viernes, 7 de agosto de 2015

No tengan miedo a las tensiones y conflictos, nos hacen crecer, el Papa a los jóvenes del MEJ

Tensión, dialogo, conflicto, respeto, encuentro con Jesús, estupor, paz, alegría, Eucaristía como memoria de lo que Jesús hizo por nosotros, palabras claves en el diálogo del Papa con los jóvenes del Movimiento Eucarístico juvenil.
Jóvenes del Movimiento Eucarístico Juvenil de la Compañía de Jesús, reunidos en Roma de diversas partes del mundo, en la celebración del centenario, dialogaron en Audiencia con el Papa, haciéndole preguntas y escuchando sus respuestas.
El encuentro se desarrolló en lengua italiana, salvo algunas preguntas que hicieron en otras lenguas. La Redacción de programas en español de Radio Vaticana les ofrece una síntesis de las palabras de Francisco, traducidas al español.

Tensión y conflicto Francisco inició las respuestas diciendo que le impresionaron algunas palabras de las preguntas: Tensión y conflicto. Solamente en el cementerio y en el Paraíso no hay tensiones y conflictos. Si hay tensiones y conflictos quiere decir que estoy vivo. No tengo que tener miedo de las tensiones y conflictos porque me hacen crecer. Pero ustedes tienen que discernir cuáles son las verdaderas tensiones y conflictos a los que hay que atender. Las tensiones se resuelven con el diálogo. No hay que pegarse demasiado a una tensión porque eso hace mal. Siempre buscando la armonía y la armonía se hace de tensiones y a su vez genera otras tensiones. Esto con respecto a la familia.
¿Qué hacemos frente a conflictos sociales y también culturales? También los conflictos pueden hacer bien porque nos hacen entender que hay cosas diversas. El conflicto para ser bien asumido debe ser orientado hacia la unidad en el respeto a cada identidad. El conflicto se resuelve con respeto a la identidad. Los conflictos que no se resuelven terminan en guerra. Y hay conflictos que son violencia. Se llama: “matar”. Hay lugares donde a los cristianos, no sólo no se les respeta su identidad; sino que se los mata. Si en un país hay tanta diversidad, sólo el respeto resuelve el conflicto.



La paz de Jesús y no la falsa paz del enemigo es el desafío A la pregunta sobre cuál ha sido para él el mayor desafío de su vida como religioso respondió: El mayor desafío ha sido encontrar la paz en el señor. Ha sido el mayor desafío de mi vida religiosa. Hay otro desafío: saber distinguir la paz de Jesús de la paz que no es de Jesús. Discernir la verdadera paz de la falsa paz. La verdadera paz viene siempre de Jesús. La paz superficial que solo me contenta un poco viene del enemigo. Saber conocer y distinguir cuál es la paz de Jesús y cuál la falsa paz del enemigo que me destruye. Te pone en medio de la calle y después te deja solo. Nosotros decimos que “el diablo es un mal pagador”, es un estafador que muestra una paz maquillada. Pero ¿cómo se que la paz es de Jesús? Por la alegría. El diablo solo me puede dar diversión, un poco de circo, te da felicidad un rato, pero nunca te da esta alegría. Mientras que Jesús es un buen pagador, paga muy bien.

Los abuelos son la memoria de la fe La familia es otra palabra importante de la que han hablado. No solamente están las tensiones generacionales entre los papás y entre mis padres y yo, sino que, también en las generaciones están los abuelos. Y los abuelos son los grandes olvidados de este tiempo. Yo me pregunto: ¿Ustedes hablan con sus abuelos? Los abuelos son fuente de sabiduría porque tienen la memoria de la vida, la memoria de la fe, la memoria de las tensiones, la memoria de los conflictos. ¡Son buenos los abuelos!

El signo de la amistad con Jesús Respondiendo a la pregunta sobre la amistad con Jesús, Francisco expresó: Jesús dice ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les digo. Jesús me habla con la paz y la alegría que me da en tantas maneras de encontrarlo. Lo encuentro en la oración, la Eucaristía y ayudando a los necesitados. “Encontrar a Jesús”, no se olviden de esta palabra. Pensemos en ese día que Jesús pasaba y que Juan y Andrés escucharon a Juan Bautista que les dijo: “Ese es…” … Que sucedió después: Andrés fue con su hermano lleno de alegría y estupor. El encuentro con Jesús da estupor, paz, alegría.

Para profundizar en la Eucaristía Le preguntaron qué les diría a los jóvenes con el fin de que descubran la profundidad de la Eucaristía. Respondió: Ayuda pensar en la Última Cena. Esas palabras que Jesús dijo cuando dio el pan y el vino: “hagan esto en memoria mía”. Es ahí que nos salva Jesús. La memoria de un amor tan grande que ha dado su vida por mí. La gracia de la memoria de lo que Jesús hizo por mí. No es un ritual, una ceremonia. Es otra cosa. Es la sangre de Jesús, el misterio de la Eucaristía. Es memoria de que Jesús ha dado su vida por mí. Si tú quieres profundizar, recuerda. San Pablo dice: Acuérdate de Jesucristo resucitado de entre los muertos... La memoria... Cada vez que vayan a rezar delante del sagrario, acuérdense de esto.
Piensen estas palabras tensión, diálogo, conflicto, respeto, Encuentro con Jesús, amistad con Jesús: paz y alegría. Profundizar en la eucaristía recordar lo que hizo Jesús por mí. Estamos en un mundo en guerra, hay muchas cosas feas, pero también hay muchas cosas lindas y buenas. Tenemos tantos motivos para ir adelante, tantos santos escondidos en el Pueblo de Dios. Dios está presente. ¡Animo y adelante!

Carta del Papa para los mártires cristianos de Oriente Medio - El silencio de los inocentes

«En más de una ocasión quise ser voz de las atroces, inhumanas e inexplicables persecuciones de quien —sobre todo entre los cristianos— es víctima del fanatismo y de la intolerancia, a menudo ante los ojos y el silencio de todos».

Lo escribe el Papa Francisco en la carta enviada, con fecha del 31 de julio, al arzobispo Maroun Elias Lahham, auxiliar de Jerusalén de los latinos y vicario patriarcal para Jordania, en el primer aniversario de la llegada al país medioriental de los refugiados iraquíes que huían de la llanura de Nínive, acaecida el 8 de agosto de 2014. Portador del mensaje pontificio es el obispo Nunzio Galantino, secretario general de la Conferencia episcopal italiana, que del 6 al 9 de agosto se encuentra en Amán por invitación del patriarca de Jerusalén, Fouad Twal. 
«Que la opinión pública mundial –desea el Pontífice– esté cada vez más atenta, siendo sensible y partícipe, ante las persecuciones perpetradas en contra de los cristianos y, más en general, de las minorías religiosas. Renuevo el deseo de que la comunidad internacional no asista muda e inerte ante tal inaceptable crimen, que constituye una preocupante deriva de los derechos humanos más esenciales e impide la riqueza de la convivencia entre los pueblos, las culturas y los credos».

No hay nadie que no se ame a sí mismo, pero ha de buscarse el recto amor, no el perverso. San Agustín

¿Qué significa -os suplico-: Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Comprendemos lo que quiere decir con las palabras tome su cruz, es decir, soporte las tribulaciones; tome está aquí por sufrir. Acepte con paciencia -dijo- todo lo que ha de sufrir por mí. Y sígame. ¿A dónde? Adonde sabemos que fue él después de resucitado: subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre. Allí nos ha colocado también a nosotros. Entretanto, vaya delante la esperanza, para que le siga la realidad. ¿Cómo debe ir delante la esperanza? Lo saben quienes escuchan: «Levantemos el corazón».
Sólo nos queda por averiguar -en la medida en que nos ayude el Señor, discutir; entrar, si él nos abre; hablar, si él nos lo concede, y exponeros a vosotros lo que haya podido encontrar- qué significa Niéguese. ¿Cómo se niega -a sí mismo quien se ama? Esto es un razonamiento; pero un razonamiento humano. Un hombre me pregunta: «¿Cómo se niega a sí mismo quien se ama?» Pero el Señor responde a ese tal: «Si se ama, niéguese» En efecto, amándose a sí mismo se pierde y negándose se encuentra. Quien ama -dice- su vida la perderá(Jn 12,25). Lo mandó quien sabe lo que ha de mandar; porque sabe aconsejar; quien sabe instruir y sabe cómo reparar quien se dignó crear.El que ama pierde. Es cosa triste perder lo que amas; pero a veces también el agricultor pierde lo que siembra. Arroja el grano, lo esparce, lo tira y lo cubre de tierra. ¿De qué te extrañas? Este que así lo desprecia y lo pierde es un avaro a la hora de la cosecha. El invierno y el verano muestran lo que hizo: el gozo del que cosecha te manifiesta el propósito del que siembra. Por tanto, el que ama su vida la perderá. Quien busque fruto de ella, siémbrela, no sea que amándola perversamente la pierda.
No hay nadie que no se ame a si mismo; pero hay que buscar el recto amor y evitar el perverso. Quien se ama a sí mismo abandonando a Dios, y quien abandona a Dios, por amarse a sí mismo, ni siquiera permanece en sí, sino que sale incluso de sí. Sale desterrado de su corazón, depreciando lo interior y amando lo exterior. ¿Qué he dicho? ¿No desprecian su conciencia todos los que obran mal? Quien respeta a su conciencia, pone limites a su maldad. Así, pues, dado que despreció a Dios para amarse a si mismo, amando exteriormente lo que no es él mismo, se despreció también a sí mismo. Ved y escuchad al Apóstol, que aduce un testimonio a favor de esta interpretación: En los últimos tiempos -dice- sobrevendrán tiempos peligrosos. ¿Cuáles son esos tiempos peligrosos? Habrá hombres amantes de sí mismos. Aquí está el principio del mal. Veamos si al amarse a sí mismos, permanecen, al menos, dentro de sí; veámoslo, escuchemos lo que sigue: Habrá hombres amantes de sí mismos, amantes del dinero (2 Tim 3,1-2). ¿Dónde estás tú que te amyabas? Efectivamente, estás fuera. Dime, te suplico: «¿Eres tú acaso el dinero?».
Por tanto, tú que abandonando a Dios, te amaste a ti mismo, amando el dinero, te abandonaste también a ti. Primero te abandonaste, luego te perdiste,. El amor al dinero fue quien hizo que te perdieras. Por el dinero llegas a mentir: La boca que miente da muerte al alma (Sab 1,11). Ve, pues, que cuando vas detrás del dinero, has perdido tu alma. 
Vuelve, pues; sé como aquel hijo menor, que después de malgastar y perder todos sus haberes viviendo pródigamente, sintió necesidad, apacentó puercos y, agotado por el hambre, suspiró y se acordó de su padre. ¿Qué dice de él el evangelio? Y volvió a sí mismo. Quien se había perdido hasta a si mismo, volvió a sí mismo. Veamos si se quedó en sí mismo. Vuelto a sí mismo, dijo: «Me levantaré». Luego había caído. Me levantaré -dijo- e iré a casa de mi padre. Ved que ya se niega a sí mismo quién se había hallado a sí mismo. ¿Cómo se niega? Escuchad: Y le diré: «He pecado contra el cielo y contra ti». Se niega a sí mismo: Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo (Lc 15,11-19). He aquí lo que hicieron los santos mártires: despreciaron las cosas de fuera: todas las delicias de este mundo, todos sus errores y terrores; cuanto agradaba, cuanto infundía temor, todo lo despreciaron, todo lo pisotearon. Vinieron a sí mismos y se miraron; se hallaron a sí mismos en sí mismos y se encontraron desagradables; corrieron a aquel que los formó, para revivir y permanecer en él y para que en él pereciera lo que por sí mismos habían comenzado a ser y permaneciese lo que él había creado en ellos. Eso es negarse a sí mismo.

Sermón 330,1-3.

¿Qué podrá dar un hombre para recobrar su vida?

Lectura del santo evangelio según san Mateo 16, 24-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará.
¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida?
¿O qué podrá dar para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del hombre con majestad.»

Palabra del Señor.