sábado, 23 de abril de 2016

No perder la identidad


Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Dentro de muy poco, ya no lo tendrán con ellos. Jesús les habla con ternura especial: «Hijitos míos, me queda poco de estar con vosotros». La comunidad es pequeña y frágil. Acaba de nacer. Los discípulos son como niños pequeños. ¿Qué será de ellos si se quedan sin el Maestro?
Jesús les hace un regalo: «Os doy un mandato nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado». Si se quieren mutuamente con el amor con que Jesús los ha querido, no dejarán de sentirlo vivo en medio de ellos. El amor que han recibido de Jesús seguirá difundiéndose entre los suyos.
Por eso, Jesús añade: «La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros». Lo que permitirá descubrir que una comunidad que se dice cristiana es realmente de Jesús, no será la confesión de una doctrina, ni la observancia de unos ritos, ni el cumplimiento de una disciplina, sino el amor vivido con el espíritu de Jesús. En ese amor está su identidad.
Vivimos en una sociedad donde se ha ido imponiendo la «cultura del intercambio». Las personas se intercambian objetos, servicios y prestaciones. Con frecuencia, se intercambian además sentimientos, cuerpos y hasta amistad. Eric Fromm llegó a decir que «el amor es un fenómeno marginal en la sociedad contemporánea». La gente capaz de amar es una excepción.
Probablemente sea un análisis excesivamente pesimista, pero lo cierto es que, para vivir hoy el amor cristiano, es necesario resistirse a la atmósfera que envuelve a la sociedad actual. No es posible vivir un amor inspirado por Jesús sin distanciarse del estilo de relaciones e intercambios interesados que predomina con frecuencia entre nosotros.
Si la Iglesia «se está diluyendo» en medio de la sociedad contemporánea no es solo por la crisis profunda de las instituciones religiosas. En el caso del cristianismo es, también, porque muchas veces no es fácil ver en nuestras comunidades discípulos y discípulas de Jesús que se distingan por su capacidad de amar como amaba él. Nos falta el distintivo cristiano.

Los cristianos hemos hablado mucho del amor. Sin embargo, no siempre hemos acertado o nos hemos atrevido a darle su verdadero contenido a partir del espíritu y de las actitudes concretas de Jesús. Nos falta aprender que él vivió el amor como un comportamiento activo y creador que lo llevaba a una actitud de servicio y de lucha contra todo lo que deshumaniza y hace sufrir el ser humano.
José Antonio Pagola

Os doy un mandamiento nuevo


Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 31-33a. 34-35

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:

- «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él.

Sí Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará.
Hijitos, me queda poco de estar con vosotros.

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. 

En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros».

Palabra del Señor.

‘El Rostro sobre la Ciudad’: Roma acoge seis encuentros sobre la Síndone

El punto de vista de teólogos, médicos, periodistas, arqueólogos, físicos, magistrados, directores de cine, actores y poetas sobre la Sábana que todavía interroga e impresiona al mundo
 (ZENIT – Roma).- Inicia en Roma un ciclo de encuentros “El Rostro sobre la Ciudad”, un verdadero ‘master’ para conocer todo tipo de detalles sobre la Sábana Santa, de indiscutible valor histórico y espiritual. Se trata de un camino hacia el descubrimiento de los secretos de la Síndone. La cita es para los días 22 de abril, 4, 6, 13, 20 y 27  de mayo en la iglesia de San Francisco Javier – Oratorio del Caravita de Roma, sede histórica del Centro de Sindonología del Caravita que desde 1975 hasta el 2013 ha acogido exposiciones y congresos sobre la Síndone.
El Ciclo es promovido y realizado por el Centro Síndone Caravita.
En cada encuentro intervendrán sindonólogos, científicos y expertos, que acompañarán al público a conocer una Sábana que representa un misterio a día de hoy sin resolver y como dijo Juan Pablo II en 1998, “una provocación a la inteligencia”. La participación de teólogos, médicos, periodistas, arqueólogos, físicos y magistrados, la proyección de películas y documentales, desde “Jesús de Nazaret” de Zeffirelli, “La Pasión” de Mel Gibson y “El Evangelio según Mateo” de Pasolini; las interpretaciones musicales de Beppe Frattaroli y las lecturas de los pasajes sobre la Síndone por parte de varios actores, además de la explosión de una copia de la Sábana Santa antes de la restauración y de dimensión real. Todo ello permitirá recrear lo que se vive durante la visita a la original.

Todos los encuentros serán introducidos por el padre Massimo Nevola, rector de San Francisco Javier- Oratorio del Caravita, y coordinados por Alberto Di Giglio, sindonólogo, director y documentalista.

La Fontana di Trevi se iluminará de rojo a favor de los cristianos perseguidos

Por iniciativa de Ayuda a la Iglesia Necesitada, la ceremonia será el 29 de abril y estará presidida por el cardenal Piacenza
 (ZENIT – Roma).- La Fontana di Trevi, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Roma, se iluminará de rojo el próximo 29 de abril, a las 20.00. Ayuda la Iglesia Necesitada quiere recordar así la sangre de tantos mártires cristianos que hoy, incluso más que en los primeros siglos, son asesinados por odio a la fe.
A través de esta iniciativa, AIN, quiere llamar la atención sobre el drama de la persecución anticristiana. Tal y como explican el presidente y director de AIN Italia, Alfredo Montovano y Alessandro Monteduro, “la sistemática violación del derecho a la libertad religiosa, sobre todo en perjuicio de los cristianos, se debe convertir en un tema central en el debate público, para evitar el riesgo de la indiferencia y la consecuente prolongación de una agonía intolerable”.
Desde su nacimiento en 1947, la fundación pontificia ha denunciado las persecuciones por motivos religiosos. Un compromiso que desde 1999 ha encontrado un poderoso instrumento en el Informe sobre la libertad religiosa en el mundo, cuya próxima edición será publicada el 15 de noviembre. “Los contenidos del Informe serán poco útiles si no se convierten en patrimonio común, si no sacude nuestras conciencias, si no produce una reacción pública y difundida para apoyar a tantos perseguidos que no puede hacer que se escuche su voz”, indicaron en AIN.
Durante el evento del 29 de abril en la Fontana di Trevi, AIN dará voz a algunas historias y testimonios del martirio cristiano, empezando por el obispo caldeo de Aleppo, monseñor Antoine Audo, que se encontrará esos días en Italia invitado por la fundación pontificia. El acto será inaugurado por el presidente internacional de Ayuda a la Iglesia Necesitada, el cardenal Mauro Piacenza.
Han sido muchas las realidades y asociaciones que se han adherido a esta iniciativa.
Finalmente, Montovano y Monteduro invitan a todos los que lo deseen a estar presentes, “muchos de nuestros hermanos perseguidos y olvidados os estarán agradecidos, porque vuestra presencia les representará, dándoles plena visibilidad en el escenario público”. Y concluyen asegurando que “sobre el fondo de la mágica fuente romana iluminada de rojo, se espera que se pueda entonar el preludio de una reacción duradera y concreta y todo lugar, para que los perseguidos del siglo XXI pueden volver cuanto antes a gozar plenamente de su derecho natural a la libertad religiosa”.


23 de abril: san Jorge, mártir


Terrible debió de ser el proceso del martirio hasta su muerte, cuando en Oriente se le llama el «Gran Mártir».
Debió de ser un soldado nacido en Capadocia –en la Turquía actual– y que murió en Nicomedia a comienzos del siglo IV, probablemente en la persecución de Diocleciano. Poca cosa concreta se conoce de su vida con plena fiabilidad, porque las múltiples y variantes referencias están plagadas de fábulas y ficciones que, si bien portan ejemplarizantes lecciones y llevan consigo el encanto de la sencillez que cautiva la imaginación, es más que probable que nada tengan que ver con la verdadera y desconocida verdad de su existencia.
Es el santo que mata haciendo el bien. La iconografía lo ha representado con frecuencia con caballo, lanza, espada, casco y armadura, enfrentándose y venciendo al terrible dragón. Se cuenta de mil formas que aquella terrible bestia, asentada en las orillas del lago, tenía asolada a la ciudad pagana de Silene, en Libia. Solo con su aliento mataba. Para aplacarlo, cada día le llevaban dos ovejas que devoraba al instante; luego tuvo que ser una doncella. Un mal día le tocó el turno a la hija del rey, pero se presentó un apuesto jinete que cabalgaba haciendo el bien; se apercibió de lo que sucedía, hizo la señal de la cruz, y, en nombre del Señor Jesús, se lanzó aquel formidable guerrero contra el dragón con furia y valentía nunca vista. Mató a la bestia y catequizó al pueblo, que comenzó jubiloso y agradecido una vida nueva.
La leyenda de san Jorge es todo un símbolo. El dragón representa a las fuerzas del Mal que pretenden aniquilar, sedientas de sangre, a la indefensa comunidad de creyentes, que será conducida a un nuevo y feliz modo de vivir por Jesús, el único salvador capaz de vencerlas. Jorge solo es el sobre que lleva la carta.
En Lydda –Palestina–, donde se dice que sufrió martirio, se construyó un templo dedicado al santo; inscripciones del siglo IV hablan de sus reliquias; los reyes merovingios se atribuyeron la descendencia de un hijo de san Jorge, para buscar su parentela; Ricardo Corazón de León lo nombró patrono de los cruzados, que fueron quienes se encargaron de extender su devoción y culto en Occidente, llegando a ser Patrón de Inglaterra, de Portugal, Génova y hasta de la Autonomía Catalana, que conserva en el edificio de la Diputación las reliquias del santo donadas a Felipe II por su embajador en Alemania. No se privaron los artistas como Rafael, Donatello, Carpaccio y otros de imprimir con sus pinceles la figura venerada por reyes y pueblos.
La oficialidad de la Iglesia no se pronuncia sobre los datos narrados de mil maneras en torno a la figura del santo; ese que hace sonreír a los críticos, menear la cabeza a los sabios y quitarse el sombrero al hombre del pueblo. Sí que ha rebajado la categoría de su fiesta, haciéndola solo optativa, como dando a entender que una cosa es que existiera el mártir –testificado por dos inscripciones primitivas en una iglesia siria y por un catálogo del papa Gelasio I, fechado en el año 494, en el que san Jorge aparece mencionado como una persona cuyo nombre fue objeto de veneración– y otra que su figura se adapte a la epopeya aureolada con que popularmente se le envuelve. Con respecto a la autenticidad de los relatos, ni afirma ni niega, solo deja que se sigan escuchando y… se lava las manos.
Por cierto, ¿no será otro de los símbolos encerrados en la figura juvenil y aguerrida de san Jorge, presto siempre a la pelea contra el mal, la representación plástica de la firme persuasión acerca de lo que ha de ser la vida del cristiano, considerada como una continuada lucha contra los dragones personales que están solapados y disimulados en nuestro interior?

 Archimadrid

«EL ESPÍRITU ES EL QUE DA LA VIDA»


El Señor, que es quien nos da la vida, estableció para nosotros la institución del bautismo, símbolo de muerte y de vida: por el agua es representada la muerte y por el Espíritu se nos dan las arras de la vida.

El bautismo tiene una doble finalidad: la destrucción del cuerpo de pecado, para que no fructifiquemos ya más para la muerte, y la vida en el Espíritu, que tiene por fruto la santificación; por esto el agua, al recibir nuestro cuerpo como en un sepulcro, suscita la imagen de la muerte; el Espíritu, en cambio, nos infunde una fuerza vital y renueva nuestras almas, pasándolas de la muerte del pecado a la vida original. Esto es lo que significa renacer del agua y del Espíritu, ya que en el agua se realiza nuestra muerte y el Espíritu opera nuestra vida.

Con la triple inmersión y la triple invocación que la acompaña se realiza el gran misterio del bautismo, en el que la muerte halla su expresión figurada y el espíritu de los bautizados es iluminado con el don de la ciencia divina. Por tanto, si alguna virtualidad tiene el agua, no la tiene por su propia naturaleza, sino por la presencia del Espíritu. Porque el bautismo no es remoción de las manchas del cuerpo, sino la petición que hace a Dios una buena conciencia.

Y para prepararnos a esa nueva vida, que es fruto de su resurrección, es por lo que el Señor nos propone toda la doctrina evangélica... Por el Espíritu Santo se nos restituye en el paraíso, por él podemos subir al reino de los cielos.

Del Libro de san Basilio Magno, obispo, Sobre el Espíritu Santo. Fuente: News.va

Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre.


Evangelio según San Juan 14,7-14. 

Jesús dijo a sus discípulos:
"Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto". 
Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". 
Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'? 
¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?
Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
 Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre.
 Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
 Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré."