jueves, 30 de diciembre de 2010

¿Qué deseamos para el año nuevo?

Son tantas cosas las que deseo que es dificil comenzar. Deseo todo el bien para mi familia, mis amigos, mis compañeros, mis hermanos en la fe. Los ancianos, los niños, los enfermos.

Me gustaría que los hombres, políticos y no políticos, nos diéramos cuenta de que "La Tierra" y todo lo que contiene no es de unos pocos, Dios la creó para todos, y debemos hacer lo posible, cada uno desde su posición, para que exista un reparto equitativo de las riquezas. ¿Cuántas familias estamos comiendo demasiado estas fiestas y cuántas se mueren de hambre?.
Me gustaría que hubiera paz en tantos y tantos lugares, empezando con la paz en nuestros corazones, en nuestras familias, muestro trabajo, nuestras comunidades y llegando a la paz en todos los paises que están sufriendo el terror de una guerra. 
Y me gustaría como dice el P. Pascual:

"El año que inicia querría tener más energías, más entusiasmo, más convicción, para enseñar a los otros lo que para mí es el tesoro verdadero: mi fe católica. Enseñarla, sobre todo, con mi vida. Querría ser, en ese sentido, más coherente, más bueno, más abierto, más disponible, más cercano. Especialmente cuando me encuentre con un pobre, con un enfermo, con una persona triste o desesperada, con quien llora porque sabe lo que muchos no se atreven a reconocer: que ha pecado. Porque sólo cuando me pongo ante mis faltas con honestidad clara y completa, descubro mi miseria y comprendo la de los otros. Y porque cuando reconozco mi miseria y la ajena puedo entender que necesitamos al único que puede limpiarnos con su palabra llena de perdón y de esperanza: Dios."

Ayúdame a intentarlo con tu ayuda, Jesús, y con la ayuda de tu madre, la Virgen María.
MEMM

Y vosotros, ¿qué deseáis para el año que va a comenzar?

lunes, 27 de diciembre de 2010

Cristianos en Irak

Desde la guerra de 2003, mantuvieron con coraje esta celebración, pero este año la anulan por seguridad
Los cristianos de Irak, sin Misa del Gallo

Estas navidades, Irak se quedará, entre otras cosas, sin Misa del Gallo. El brutal asalto a la catedral sirocatólica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en Bagdad, y las continuas amenazas contra los cristianos son la causa. Durante 7 años de violencia siguieron celebrando las liturgias de la noche de Navidad, pero este año no lo harán ni en Bagdad, ni en Mosul, ni en Kirkuk.
22 Diciembre 10 - Madrid - M. Arribas Lo anunció el arzobispo de Kirkuk de los Caldeos, Louis Sako, en un testimonio publicado en la agencia Asianews. Explicó que «por razones de seguridad, las iglesias no tendrán ni guirnaldas ni decoración, y las misas se celebrarán a plena luz del día y con la mayor sobriedad».El arzobispo iraquí destacó que «un estado de tristeza y de luto sostenido» reina entre los cristianos de esta población, y que « hay una gran preocupación por el futuro de los jovenes que, desde hace dos meses, no pueden asistir a la universidad». Continuó diciendo que «el mismo estado de ánimo afecta a las numerosas familias refugiadas en el norte, obligadas a pensar en el futuro sin basarse en nada concreto».

Se lamentó explicando que «del gobierno no se espera nada tranquilizador respecto a la defensa de los cristianos: los líderes están demasiado ocupados en la formación de un nuevo Gobierno».
Sako se refirió a la vida en Kirkuk, donde la «seguridad es un poco mejor que en la capital», a pesar de que continuan los secuestros y las amenazas. Además, no habrá fiesta de ningún tipo: ni de Papá Noel para los niños, ni ceremonias para las felicitaciones oficiales con las autoridades.

Otra medida de precaución que han tomado los cristianos ha sido suspender, de momento, la catequesis, ya que temen poner en peligro la vida de la gente, porque, «aunque hay guardias de seguridad por todos los lugares de la calle, y en frente de todas las parroquias, el problema persiste cuando salimos en fila a la calle, ya que los cristianos son un objetivo fácil». A pesar de todos estos inconvenientes, esta Navidad en Bagdad, rezarán por la paz, eso sí, a la luz del día, detrás de los muros y con guardias de seguridad.

En referencia a la homilia que se pronunciará el día de Navidad, el obispo iraquí afirmó que «insistiré en los problemas, los enfretamientos y los miedos de los hombres en la tierra, donde la Navidad trae un mesaje de esperanza».
¿Estamos concienciados los cristianos de lo que ocurre en otros países?¿Sabemos que están perseguidos e incluso pueden morir por el hecho de creer en Jesús?
¿Rezamos por nuestros hermanos?

domingo, 26 de diciembre de 2010

Uno entre nosotros. Benedicto XVI

Las palabras del santo pontífice se produjeron apenas unas horas después de que en su homilía durante la Misa del Gallo celebrada el viernes por la noche en el Vaticano, donde asegurara que “Cristo ha entrado en el mundo, haciéndose uno entre nosotros para atraernos a todos a sí. Benedicto XVI ha pedido a Dios que “cumpla su promesa” y termine “con el tiempo de las túnicas ensangrentadas” para erigir en el mundo su reino “de justicia, de amor y de paz”.


Ante miles de peregrinos reunidos en la Basílica de San Pedro, el Papa señaló que en la noche de Belén “ha quedado superada la distancia infinita entre Dios y el hombre”. Benedicto XVI rogó al Niño de Belén que ayude a los cristianos “a reconocer su rostro en el otro que lo necesita, en los que sufren o están desamparados” y en “todos los hombres” para convertir al mundo “en su familia”. El Papa aseguró que Dios “ha llamado al hombre a una libre respuesta de amor” y que el hombre no puede “con su buena voluntad redimirse a sí mismo” sino que necesita la gracia del amor de Dios y la respuesta libre del hombre para su salvación, que Dios espera “y que incluso ruega en el nacimiento de su Hijo”.



El Pontífice insistió en que Dios “no deja de buscar” a cada hombre y de levantarlo cada vez que lo necesita. Según declaró el Papa en su homilía, Dios “no abandona a la oveja extraviada en el desierto” y no se deja “confundir por el pecado” sino que vuelve “a comenzar” con cada hombre. Benedicto XVI asegurado que Dios ama a los hombres “para que puedan convertirse en personas que aman junto con Él y así haya paz en la tierra”.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Jesús nació para todos

En esta noche santa un niño nos ha dado, Hijo de Dios, Luz de Luz, engendrado no creado.


En estos días los cristianos estamos contentos, celebramos el nacimiento de Jesús en Belén.
Jesús nació por nosotros, por todos, pero sobre todo por los pobres, por los pecadores, los abandonados.
Es dificil estos días no recordar a las personas que no tienen para comer, las familias que no tienen una casa para cobijarse, los ancianos que viven solos, los tristes, los enfermos terminales.

Juan Pablo II propuso  contemplar el misterio de la Navidad y ofrecer gestos de ayuda a los más necesitados para superar el consumismo que con frecuencia caracteriza estas fiestas.


«La sencillez del pesebre contrasta con esa imagen de la Navidad que en ocasiones es presentada de manera insistente por los mensajes publicitarios», aseguró el Papa.

Pidamos al Señor que nos ayude para no pensar solo en nosotros y dediquemos parte de nuestro tiempo en ayudar a los más necesitaos.
H de Carmen

martes, 21 de diciembre de 2010

San José según Benedicto XVI

Dos razones para mirar a San José en Navidad y convertirle en nuestro modelo, según el papa.

Es cuarto domingo de Adviento y el Ángelus del Papa se ha centrado en una de las tres figuras del Misterio que se celebra la semana que viene.




«Hombre justo, fiel a la ley de Dios, dispuesto a cumplir su santa voluntad»: así describe Benedicto XVI al esposo de la Virgen María y padre putativo de Jesucristo, que «entra en el misterio de la Encarnación» porque, avisado por el ángel de la naturaleza virginal de la concepción que se ha obrado en su esposa, «sus ojos ven en ella la obra de Dios» y se sabe «seguro de estar haciendo lo justo».
Y al poner el nombre de Jesús al niño hijo del Espíritu Santo, San José «se sitúa entre el número de los servidores humildes y fieles, similar a los ángeles y a los profestas, similar a los mártires y a los apóstoles... Es testigo de la virginidad de María y de la acción gratuita de Dios, y custodio de la vida terrena del Mesías».

 
Pero Benedicto XVI, tras estos elogios al maestro del Maestro en este mundo, señala dos razones particulares por las que debe convertirse en nuestro modelo, al perfilarse en él ese «hombre nuevo» del Evangelio, caracterizado por dos virtudes: primera, «mira con confianza y coraje al futuro»; segunda, «no sigue su propio proyecto, sino que se confía totalmente a la infinita misericordia de quien cumple las profecías y abre el tiempo de la salvación».
Antes de confiar a San José, «patrono universal de la Iglesia», la labor de sus pastores (obispos y sacerdotes), Benedicto XVI fija pues las dos grandes lecciones de la vida de San José para los cristianos de hoy: contemplar con valentía los tiempos que vienen, y entregarse a la voluntad de Dios para nosotros, más que a nuestros propios y limitados designios


Benedicto XVI ha recordado además que es el patrón universal de la Iglesia y ejemplo de fidelidad para sus pastores

viernes, 10 de diciembre de 2010

ADVIENTO Y NAVIDAD

Adviento y Navidad son como las dos caras de una misma medalla en esta experiencia litúrgica de la Iglesia. Por una parte la espera y la esperanza; por otra la presencia y el cumplimiento de las promesas. Navidad asegura a este nuevo Adviento de la historia, en espera de Cristo glorioso, la fidelidad de Dios. No son vanas nuestras esperanzas, como no fueron vanas las del pueblo de Israel que esperaba al Mesías. Por eso Adviento es celebración de la espera mesiánica de nuestros Padres en la fe y actualización de nuestras esperanzas de cara a Cristo, cuando venga a salvar definitivamente nuestro mundo y nuestra historia. Y Navidad, en la que desemboca el Adviento, es celebración del Dios con nosotros, gozo por la compañía de Dios que desde hace dos mil años está presente en la vida de la Iglesia, a partir de su Encarnación y en una misteriosa y real presencia en los misterios de la liturgia.


No es intimismo, sino realismo personalista, el poner el acento en la vivencia del Adviento como experiencia personal, interior, de espera y de vigilancia, en el momento presente de nuestra historia y de nuestro camino hacia la plenitud de la vida en Cristo.

El Cardenal H. J. Newman ha expresado muy bien el sentido personal del Adviento en una homilía de la que destacamos estas expresiones: “Sabéis lo que significa esperar a un amigo, esperar que llegue y ver que tarda? ¿Sabéis lo que significa estar en ansia cuando una cosa podría ocurrir y no acaece, o estar a la espera de algún acontecimiento importante que os hace latir el corazón cuando os lo recuerdan y al que pensáis cada mañana desde que abrís los ojos? ¿Sabéis lo que es tener un amigo lejos, esperar sus noticias y preguntaros cada día qué estará haciendo en ese momento o si se encontrará bien?... Velar en espera de Cristo es un sentimiento que se parece a todos estos, en la medida en que los sentimientos de este mundo pueden ser semejantes a los del otro mundo”.

Salvación de Adviento. No es una palabra hueca, cuando hay una experiencia viva. Se espera lo que se desea. Se desea aquello que se necesita. ¿Cómo podemos decir que esperamos al Señor si no lo deseamos, o que lo deseamos si no sentimos necesidad de su presencia? Sin deseo, no hay esperanza, sin necesidad no hay deseo. Y sin estas componentes de la espiritualidad del Adviento, la oración del deseo y de la esperanza pierde su verdad y su fuerza expresiva.

No hay Adviento donde no hay deseo y necesidad de presencia y de salvación

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Gracias Señor, porque en los momentos duros sigues con nosotros




Gracias Señor, porque en los momentos difíciles, cuando todo se oscurece, cuando nos sentimos completamente solos, aunque estemos rodeados de gente, Tú siempre estás con nosotros, muy cerca, protegiéndonos y consolándonos.

Gracias, porque cuando todo se desmorona  a nuestro alrededor , cuando sentimos que  nos hundimos sin remedio, Tú  siempre nos tiendes tu mano  fuerte y generosa que nos lleva a la superficie.


Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados” –nos dice–, y Él nos acogerá así como somos: inermes y frágiles, pero desnudos ya de falsas caretas y de disfraces. Y entonces sí, “Yo os aliviaré”, porque Él es el verdadero Médico de nuestras almas.

Te pedimos señor, por las personas que se sienten solas y desesperadas y que todavía no han comprendido del todo que solo en Tí se puede encontrar el verdadero consuelo, la verdadera compañía y el  amor incondiconal y  eterno.
H. de Carmen
Porqué Yo te amo amor eterno ... Jeremías 3

 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”. Isaías 43:2
Gracias, porque nos aceptas con nuestras flaquezas, debilidades y miserias

martes, 7 de diciembre de 2010

ORACIÓN

Hemos recibido en nuestro correo del blog una oración que nos manda Isabel

ORACION

Dios Padre Bueno, guiame, acompaña mi caminar, hacia la felicidad plena contigo.

No dejes Señor que me dentenga en el camino emprendido, enseñame a seguir esperando aunque no vea resultados; a seguir trabajando con paciencia a pesar de los fracasos.

En el camino de la conversion e de ir desprendiendome de todo lo que me pesa y me hace fatigoso el caminar.

Pero creo Señor, que Tú conoces mis anelos y no dejaras mi vida en fecunda .
Creo y espero porque amo y necesito ser amado y yo se Señor que tu me amas.
 
DON SIN RAZONES

Sólo al percibirte sin razones
podemos regalarnos.
Sólo al encontrarte en el fondo de la nada, podemos darnos por nada. Sólo al unificarnos en tu silencio.
Sólo al reposar en tu misterio, podemos ir muriendo en el misterio.
 
  Isabel Araque

Muchas gracias Isabel por compartir con nosotros tus oraciones.

domingo, 5 de diciembre de 2010

El deseo de contemplar a Dios

Ea, hombrecillo, deja un momento tus ocupaciones habituales; entra un instante en ti mismo, lejos del tumulto de tus pensamientos. Arroja fuera de ti las preocupaciones agobiantes; aparta de ti tus inquietudes trabajosas. Dedícate algún rato a Dios y descansa siquiera un momento en su presencia. Entra en el aposento de tu alma; excluye todo, excepto Dios y lo que pueda ayudarte para buscarle; y así, cerradas todas las puertas, ve en pos de él. Di, pues, alma mía, di a Dios: "Busco tu rostro; Señor, anhelo ver tu rostro".
Y ahora, Señor, mi Dios, enseña a mi corazón dónde y cómo buscarte, dónde y cómo encontrarte.

Señor, si no estás aquí, ¿dónde te buscaré, estando ausente? Si estás por doquier, ¿cómo no descubro tu presencia? Cierto es que habitas en una claridad inaccesible. Pero ¿dónde se halla esa inaccesible claridad?, ¿cómo me acercaré a ella? ¿Quién me conducirá hasta ahí para verte en ella? Y luego, ¿con qué señales, bajo qué rasgo te buscaré? Nunca jamás te vi, Señor, Dios mio; no conozco tu rostro.

¿Qué hará, altísimo Señor, éste tu desterrado tan lejos de ti? ¿Qué hará tu servidor, ansioso de tu amor, y tan lejos de tu rostro? Anhela verte, y tu rostro está muy lejos de él. Desea acercarse a ti, y tu morada es inaccesible. Arde en el deseo de encontrarte, e ignora dónde vives. No suspira más que por ti, y jamás ha visto tu rostro.
Señor, tú eres mi Dios, mi dueño, y con todo, nunca te vi. Tú me has creado y renovado, me has concedido todos los bienes que poseo, y aún no te conozco. Me creaste, en fin, para verte, y todavía nada he hecho de aquello para lo que fui creado.
Entonces, Señor, ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo te olvidarás de nosotros, apartando de nosotros tu rostro? ¿Cuándo, por fin, nos mirarás y escucharás? ¿Cuándo llenarás de luz nuestros ojos y nos mostrarás tu rostro? ¿Cuándo volverás a nosotros?
Míranos, Señor; escúchanos, ilumínanos, muéstrate a nosotros. Manifiéstanos de nuevo tu presencia para que todo nos vaya bien; sin eso todo será malo. Ten piedad de nuestros trabajos y esfuerzos para llegar a ti, porque sin ti nada podemos.

Enséñame a buscarte y muéstrate a quien te busca; porque no puedo ir en tu busca a menos que tú me enseñes, y no puedo encontrarte si tú no te manifiestas. Deseando te buscaré, buscando te desearé, amando te hallaré y hallándote te amaré.

Del libro Proslógion de san Anselmo, obispo

(Cap. 1: Opera omnia, edición Schmitt, Seckau [Austria] 1938, 1, 97-100)

domingo, 28 de noviembre de 2010

¡Ven Señor Jesús!

El año litúrgico cristiano se abre con las cuatro semanas de Adviento que antecede a la Navidad. Es el tiempo de la virtud de la esperanza cristiana, que se apoya en la conmemoración de la triple venida del Señor. Nos prepara para celebrar el acontecimiento histórico del alumbramiento de Cristo, nos recuerda que el Señor vendrá al final de los tiempos para revelar la plenitud de su obra que fue realizada al venir por primera vez en la humildad de nuestra carne y, mientras tanto, Jesucristo no nos ha abandonado, sino que se hace presente en nuestras vidas y en la presencia de los sacramentos de la Iglesia.
Monseñor Juan del Río.



En el Adviento avivamos el deseo de encontrarnos con Jesús y esperamos su venida definitiva. ¡Ven Señor, Jesús!
Debemos prepararnos, encontrar tiempo todos los días para la oración, para estar a solas con Él. Hay que acercarnos a Él, que nos puede ayudar. Si no hay una unión completa e íntima entre nosotros y Él no podemos hacer sus obras.
La luz de los hombres, la verdadera sabiduría viene de Jesucristo.
Pidamos a la Virgen que nos ayude a vivir este Adviento como quién espera al Señor en cualquier momento.

martes, 23 de noviembre de 2010

¿ES CRISTO, REY Y SEÑOR DE MI VIDA?

Jesús fue tentado hasta el final: Si eres Dios ¡sálvate a ti mismo!. Pero el demostró su realeza preocupándose desde la cruz por un hombre, un pecador arrepentido: "Jesús acuerdate de mi cuando llegues a tu reino". Jesús le respondió: "Te lo aseguro : hoy estarás conmigo en el paraiso".
En la muerte es cuando empieza el reinado de Cristo, que no es de este mundo.
El reinar de Jesús es amar hasta dar la vida.
Jesús demostró hasta el último momento que había venido por todos, pero sobre todo por los pobres y por los pecadores. Y que con Él todo es posible, pero debemos cargar con la Cruz.
"Si alguno quiere venir detrás de mi.......que cargue con su cruz y me siga"
Llegamos al final del año litúrgico y debemos preguntarnos ¿Es Cristo Rey y Señor de mi vida?
o, ¿o tenemos otras prioridades?

Oración

Bendito seas, Padre, porque constituiste a Cristo resucitado como Señor y Rey de la creación, como juez de vivos y muertos.
Tú eres el Dios santo, tú eres la luz, amor, ternura y misericordia; y nosotros somos tiniebla, egoísmo, dureza, frialdad y violencia.
No obstante, tú nos quieres a todos tus hijos tal como somos, pero nos mandas amarnos unos a otros como Cristo nos amó.
Nos cuesta mucho, Señor, ver a Jesús en los pobres, en los marginados, en los rudos, antipáticos y maleducados.
Haznos ver en ellos la cara oculta del Cristo sufriente. Enciende nuestros corazones con el fuego de tu palabra y danos tu espíritu de amor que nos transforme por completo para que, amando a todos, aprobemos tu examen final

jueves, 18 de noviembre de 2010

Necesitamos orar



Necesitamos orar y seguramente las oraciones que nos salen del corazón son mucho más profundas y quizás nos ayudan más que las oraciones concretas que se recitan. San Pablo escribe a los Tesalonicenses: "Estad siempre alegres, orad constantemente, en todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros. Para San Pablo la oración no es una parte de la vida sino toda la vida. Debemos orar sin cesar, clamando a Dios  en todas nuestras necesidades, dando gracias por todo lo recibido y pidiéndole todo lo que necesitemos para nosotros y para nuestros hermanos.Debemos, cuando nos sea posible, orientar nuestro pensamiento a una incesante conversación con Dios.
Tenemos que aprender a escuchar a Dios en nuestro corazón, para saber que desea de nosotros en cada momento.
Orar no solo en la Iglesia, en todo momento somos cristianos, y debemos comportarnos como tales, tanto en la Iglesia como en el lugar de trabajo, con la familia y con los amigos. Por ello debemos sentirnos siempre en presencia del Señor y ¡ojala que toda nuestra vida fuera una oración a Dios!
Que Dios os bendiga y os guarde.
H de Carmen

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Homilía de San Agustín sobre María

"Os ruego, hermanos míos, paréis mientes, sobre todo, en lo dicho por el Señor, extendiendo su mano hacia los discípulos: éstos son mi Madre y mis hermanos; y al que hiciere la voluntad de mi Padre que me ha enviado, ése es mi padre, y mi hermano y mi hermana. ¿Por ventura, no hizo la voluntad del Padre la Virgen María, que dio fe y por la fe concibió y fue escogida para que, por su medio, naciera entre los hombres nuestra salud, y fue creada por Cristo antes de nacer Cristo de ella? Hizo por todo extremo la voluntad del Padre la Santa Virgen María, y mayor merecimiento de María es haber sido discípula de Cristo que Madre de Cristo; mayor ventura es haber sido discípula de Cristo que Madre de Cristo.

 María es bienaventurada porque antes de pedirle llevó en su seno al Maestro. Mira si no es verdad lo que digo. Pasando el Señor seguido de las turbas y haciendo milagros, una mujer exclama: "Bienaventurado el vientre que te llevó" (Lc. 11, 27); y el Señor, para que la ventura no se pusiera en la carne, responde: Bienaventurados más bien los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica. María es bienaventurada porque oyó la palabra de Dios y la puso en práctica, porque más guardó la verdad en la mente que la carne en el vientre. Verdad es Cristo, carne es Cristo. Verdad en la mente de María. Carne en el vientre de María, y vale más lo que se lleva en la mente que lo que se lleva en el vientre" (Sermón 25. Obras de ·Agustín-san, t. VII. Sermones. B.A.C. Madrid, 1950).

Y nosotros,que oímos muchas veces la palabra de Dios, ¿la ponemos en práctica?. A nosotros que se nos dá Cristo todos los días en la Eucaristía, ¿la ponemos en práctica?. ¿Somos bienaventurados? ¿Intentamos serlo? Pidamos a la Vigen María que interceda por nosotros para que consigamos levantarnos de cada una de nuestras caídas y cuando lleguemos al fin del camino podamos ver el Rosto de Dios.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Que el Señor nos guarde siempre del mal

Salmo 126
Que el Señor nos construya la casa.
Que el Señor nos guarde la ciudad.
Que nos llene de sus riquezas.
Que nos guarde siempre del mal
Oración I: En ti, Señor, vivimos, nos movemos y existimos; fuera de ti nada podemos hacer; Tú eres el cimiento de nuestra casa, la fuerza de nuestra libertad;  haz que practiquemos las obras que Tú has predispuesto de antemano.

Oración II:Señor de la bendición, crea en nosotros una nueva humanidad, edificada según el modelo de tu Hijo primogénito; sé Tú quien nos dé el crecimiento y la plenitud; que nunca desconfiemos de ti. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración III: Padre, que quisiste prolongar en tu Iglesia la fecundidad manifestada en la juventud de tu hijo y actuada por la creatividad constante de tu Espíritu, concédenos que nuestra vida sea la casa edificada en la roca de Cristo.

Oración IV:  Construye tú mismo, Señor, la casa que nosotros queremos construir en nosotros mismos; guarda Tú la ciudad terrena, que nosotros quisiéramos guardar; que no nos resulte inútil madrugar ni velar hasta muy tarde, sino que ayudados con tu auxilio, nos sintamos fuertes y no quedemos derrotados cuando litiguemos con nuestro adversario en la plaza.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Llegar a santos con ayuda de Cristo



"Los santos son hombres como nosotros, con problemas complicados... La santidad crece con la capacidad de conversión, de arrepentimiento, de disponibilidad para volver a comenzar, y sobre todo con la capacidad de reconciliación y de perdón". "Y todos podemos aprender este camino de santidad". -31 enero 2007 Benedicto XVI.

Que el Señor nos de fuerza, a través de la oración y los sacramentos, para llegar a esa conversión diaria.
Para que todos nos unamos y nos apoyemos en el camino que tenemos que recorrer hasta llegar a la felicidad eterna con nuestro Creador.

Oración:

La mano joven se une a la mano vieja y, entre ellas, se cruza la mano eterna del Cristo.
La mano débil se une a la mano fuerte y, entre ellas, se cruza la mano firme del Cristo.
La mano blanca se une a la mano negra y, entre ellas, se cruza la mano santa del Cristo.
La mano del médico se une a la mano del paciente y, entre ellas, se cruza la mano ensangrentada del Cristo.
La mano de la ignorancia se une a la mano de la sabiduría y, entre ellas, se cruza la mano omniesciente del Cristo.
La mano pecadora se une a la mano de la gracia y, entre ellas, se cruza la mano del perdón del Cristo.
Lamentablemente, solamente las manos cerradas no se unen a otras manos cerradas.
Y, aun así, entre ellas se puede; ¡es que entre ellas se cruza la mano abierta del Cristo¡

domingo, 31 de octubre de 2010

Zaqueo

Zaqueo que era un hombre pecador se encuentra con Jesús. Pero este encuentro no sucede de manera fortuita, sino que nace de la curiosidad de este hombre, que seguramente admiraba a Jesús en secreto. Al pasar Jesús por Jericó había mucha gente reunida con la esperanza de ver cómo era ese profeta del que tanto se oía. Uno de ellos era Zaqueo, hombre de mala reputación, ya que se dedicaba a cobrar impuestos y además era muy rico. Su baja estatura le impedía ver a Jesús. Entonces corrió adelantándose para subirse a un árbol y desde ahí poder contemplar a Jesús en el momento en que pasara. Y al pasar Jesús miró hacia arriba y le dijo "Zaqueo, baja enseguida, pues hoy tengo que quedarme en tu casa". Él bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Y todo el pueblo murmuraba: "Se ha ido a casa de un rico pecador". Zaqueo dijo resueltamente a Jesús: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más". Jesús le contestó: "Hoy ha entrado la salvación a esta casa, pues también este hombre es un hijo de Abraham. El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido"

Cuán transformante habrá sido el encuentro de Zaqueo con Jesucristo para que este hombre decidiera corregir el rumbo de su vida. Probablemente desde el momento en que Zaqueo con tanto interés buscó a Jesús, sabía que su modo de actuar no era el correcto y sabía que conocer a ese profeta le cambiaría la vida, aunque esto tuviera muchas consecuencias. Zaqueo al subir al árbol, vence el respeto humano. Pone los medios necesarios para un encuentro cara a cara con el Señor. No imaginó que Jesucristo le pediría hospedarse en su casa. Y bajó del árbol rápidamente y lo recibió con alegría.

Qué actitud tan hermosa la de Zaqueo, que conociendo sus pecados, acepta al Señor y atiende rápidamente a su petición. Todos los cristianos podemos imitar esta actitud de prontitud ante los reclamos del señor y una prontitud alegre, porque no hay mayor motivo de felicidad y alegría que Jesús nos llame y lo hace todos los días. Zaqueo no podía seguir siendo el mismo después de conocer personalmente a Cristo. Decide restituir a toda persona que haya engañado. Y Cristo, que conoce el corazón de cada hombre, le da la buena noticia: "Hoy la salvación ha entrado a su casa".

Texto de Catholic.net

domingo, 24 de octubre de 2010

Oración al Santísimo

En la oración al Santísimo del Jueves pasado, una de las oraciones que rezamos es la que voy a colocar a continuación, espero que os ayude en vuestra relación con Dios.
Oración


Señor Jesús: me pongo en camino. Quiero buscarte. Dame un corazón sencillo, unos pies ligeros, unos ojos abiertos para que mi marcha sólo se dirija a Ti.


Oriéntame cuando me pierda, acógeme cuando me canse, llévame a los otros cuando me sienta solo.

Dame valentía, fortaleza y audacia para no decaer en mi búsqueda, para permanecer siempre firme.

Haz que mis pies pisen la tierra pobre que pisaron los tuyos, que mis hombros sólo carguen la libertad y el desprendimiento que llevaron los tuyos, que mis entrañas anhelen sólo tu Palabra.

Y concédeme descansar mi cabeza sobre tu hombro y pronunciar tu nombre, Señor, siempre hermano, siempre nuevo.

Amén

martes, 19 de octubre de 2010

San Lucas

San Lucas escribió  el tercer Evangelio y Los Hechos de los apóstoles. Es un escritor muy agradable, y el que tiene el estilo más hermoso en el Nuevo Testamento.
Era médico. San Pablo lo llama "Lucas, el médico muy amado", y probablemente cuidaba de la salud del gran apóstol.
Era compañero de viajes de San Pablo. En los Hechos de los apóstoles,  narra los grandes viajes del Apóstol.
Lucas acompañó a San Pablo cuando éste estuvo prisionero, primero dos años en Cesarea y después otros dos en Roma. Es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. Era griego.
En su evangelio demuestra una gran estimación por la mujer. Todas las mujeres que allí aparecen son amables y Jesús siempre les demuestra gran aprecio y verdadera comprensión.

Su evangelio es el más fácil de leer, de todos los cuatro.  Lo han llamado "el evangelio de los pobres", porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños, a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que corre al encuentro de aquellos para quienes la vida es más dura y angustiosa.
También se ha llamado: "el evangelio de la oración", porque presenta a Jesús orando en todos los grandes momentos de su vida e insistiendo continuamente en la necesidad de orar siempre y de no cansarse de orar.

Otro nombre que le han dado a su escrito es el "evangelio de los pecadores", porque presenta siempre a Jesús infinitamente comprensivo con los que han sido víctimas de las pasiones humanas. San Lucas quiere insistir en que el amor de Dios no tiene límites ni rechaza a quien desea arrepentirse y cambiar de vida.

viernes, 15 de octubre de 2010

LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN

Quizás en este mundo tan competitivo, en el que todos vamos demasiado deprisa y queremos hacer mil cosas a la vez, nos haga falta dedicar más tiempo a la oración.
Un rato dedicado a conversar con nuestro Señor, para contarle los problemas del día, darle gracias por todo lo que nos da y pedirle perdón por nuestros fallos continuos.
Dios quiere que oremos, "Todo cuanto orando pidiereis creed que lo recibiréis". Y si no somos escuchados es que no pedimos con insistencia: "En efecto, es necesario orar siempre y no desfallecer" (Luc 18, 1); o no pedimos lo que más conviene para nuestra salvación.
En algunas ocasiones nos parece que no nos escucha porque no nos da lo que pedimos, San Agustín dice: "Bueno es el Señor, que a menudo no nos concede lo que queremos para darnos lo que más nos favorece". Ejemplo de ello hallamos en Pablo, que tres veces pidió ser librado de un punzante tormento y no fue oído: 2 Cor 12, 8.
La oración debe ser también humilde, "Atendió la oración de los humildes"; hay verdadera humildad cuando le pedimos que Él nos ayude, ya que nosotros no podemos conseguirlo con nuetras propias fuerzas.
 "Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura". Lo cual nos enseña el Señor que se piden primeramente las cosas celestiales y después las de la tierra.

Todos debemos dedicar al Señor un rato de oración, un rato de encuentro íntimo con Él, porque si no nuestra fe se debilita y caemos en la rutina y en el desánimo.

sábado, 9 de octubre de 2010

El Padre Nuestro, oración que resume todo el Evangelio

Padre Nuestro

«El Señor nos enseña a orar en común por todos nuestros hermanos. Porque él no dice “Padre mío” que estás en el cielo, sino ‘Padre nuestro”, a fin de que nuestra oración sea de una sola alma para todo el Cuerpo de la Iglesia.» (San Juan Crisóstomo)
Que estás en el cielo

«“Que estás en el cielo” no designa un lugar sino la majestad de Dios y su presencia en el corazón de los justos. El cielo, la Casa del Padre, constituye la verdadera patria hacia donde tendemos y a la que ya pertenecemos.» (2802)
Santificado sea tu nombre

«Santificado sea tu nombre: clarificada sea en nosotros tu noticia, para que conozcamos cuál es la anchura de tus beneficios, la largura de tus promesas, la altura de la majestad y la hondura de los juicios.» (San Francisco de Asís).
Venga a nosotros tu reino

«Para que reines tú en nosotros por la gracia y nos hagas llegar a tu reino, donde se halla la visión manifiesta de ti, el perfecto amor a ti, tu dichosa compañía, la fruición de ti por siempre.» (San Francisco de Asís)
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo

«La voluntad de nuestro Padre es “que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1 Timoteo 2,3-4)
Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
«Perdónanos: por tu inefable misericordia, por la virtud de la pasión de tu amado Hijo y por los méritos e intercesión de la beatísima Virgen y de todos tus elegidos. Así como nosotros y lo que no perdonamos plenamente, haz tú, Señor, que ple namente lo perdonemos, para que por ti amemos de verdad a los enemigos y en favor de ellos intercedamos devotamente ante ti, no devolviendo a nadie mal por mal, y para que procuremos ser en ti útiles en todo.» (San Francisco de Asís)
No nos dejes caer en la tentación.

«Dios no quiere imponer el bien, quiere seres libres. En algo la tentación es buena. Todos, menos Dios, ignoran lo que nuestra alma ha recibido de Dios, incluso nosotros. Pero la tentación lo manifiesta para enseñarnos a conocernos, y así, descubrirnos nuestra miseria, y obligarnos a dar gracias por los bienes que la ten tación nos ha manifestado.» (Orígenes)
Y líbranos del mal

«El Señor que ha borrado vuestro pecado y perdonado vuestras faltas también os protege y os guarda contra las astucias del Diablo que os combate para que el enemigo, que tiene la costumbre de engendrar la falta, no os sorprenda. Quien confía en Dios, no tema al Demonio. “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rm 8, 31) (5. Ambrosio)

martes, 5 de octubre de 2010

Otra oración de San Francisco de Asís


Oh Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:

Donde hay odio, que yo lleve el amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la unión.
Donde hay duda, que yo lleve la fe.
Donde hay error, que yo lleve la verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la alegría.
Donde están las tinieblas, que yo lleve la luz.

Oh Maestro, haced que yo no busque tanto:
A ser consolado, sino a consolar.
A ser comprendido, sino a comprender.
A ser amado, sino a amar.
Porque:
Es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo en Ti, que nacemos a la Vida Eterna.

Francisco de Asís

Oh Señor, ayúdanos a parecernos, aunque sea solo un poquito a Francisco. Que donde haya tristeza llevemos alegría y siempre procuremos llevar amor. Ayúdanos Señor, ya que sin tu ayuda no podemos hacer gran cosa y necesitamos sentirnos cerca de Tí y de tu Amor.

H de Carmen

lunes, 4 de octubre de 2010

Cántico de las criaturas de San Francisco de Asís

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son las alabanzas,la gloria y el honor,
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre
de hacer de tí mención

Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra y abre el día,
y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.

Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas,
tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso alegre: ¡loado mi Señor!

Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado mi Señor!

Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!

Y por la hermana muerte: ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa a su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!

¡No probarán la muerte de la condenación!
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Los Ángeles

El grande Doctor de la Iglesia, San Bernardo Abad, nos exhorta a amar afectuosamente a los ángeles y a confiar en ellos, porque estos espíritus celestiales nos han sido dados por Dios para acompañarnos y protegernos en el camino de nuestra vida: “Amemos entrañablemente a estos espíritus, que han de ser algún día nuestros coherederos. ¿Qué podremos temer bajo su custodia? Ni pueden ser vencidos ni sobornados. Ni pueden engañar, ni hay medio de que los engañen. Son fieles, prudentes y poderosos. ¿Por qué temer? Sigámosles, escuchémosles, y vivamos bajo la protección de Dios”. (Cfr. Oficio de Lectura para la memoria de los Santos Ángeles custodios).

Los ángeles son mensajeros de felicidad que nos indican constantemente la dirección a seguir para escoger el bien y evitar el mal, viviendo según la libertad de los hijos de Dios. En medio a todos nuestros combates, ellos están junto a nosotros para defendernos de los espíritus del mal y sostenernos en el combate más difícil: el que tenemos contra nuestro egoísmo.

Benedicto XVI

Recemos, entonces, para que los ángeles nos acompañen siempre y nos dejemos guiar por ellos en el camino hacia el Señor.

sábado, 25 de septiembre de 2010

El pobre Lázaro y el rico Epulón

Esta impresionante parábola, en que el rico disfruta y se vanagloria de sus riquezas, mientras que el pobre está en la puerta esperando un poco de comida,  sigue ocurrriendo todos los días en el mundo actual y lo más lamentable es que nos hemos acostumbrado. Y todavía mucho peor es que ni siquiera los vemos, los Lázaros de hoy son invisibles para muchas personas.
Jesús no solo nos enseña que hay que luchar contra las desigualdades del mundo, también nos indica que aquí y ahora es cuando tenemos que cambiar y ayudar a nuestro prójimo, luego en la vida eterna no podremos cambiar nuestros hechos.
El Papa Pablo VI en la encíclica Populorum progressio, hablando de la lucha contra el hambre, escribió: "Se trata de construir un mundo donde todo hombre (...) pueda vivir una vida plenamente humana, (...) donde el pobre Lázaro pueda sentarse a la misma mesa que el rico" (n. 47). Las causas de las numerosas situaciones de miseria son —recuerda la encíclica—, por una parte, "las servidumbres que le vienen de la parte de los hombres" y, por otra, "una naturaleza insuficientemente dominada" (ib.). Por desgracia, ciertas poblaciones sufren por ambos factores a la vez.
Nuestra obligación como cristianos es, dentro de nuestras posibilidades, intentar ayudar a que estas diferencias cada vez sean menores. Y no solamente en el aspecto económico, también hay a nuestro lado mucha gente sola, triste, que necesita de nuestro amor.
H de Carmen

jueves, 23 de septiembre de 2010

De la angustia a la oración por Henri J. M. Nouwen

Una de las maneras menos efectivas de eliminar nuestras preocupaciones es forzarnos en no pensar en las cosas que nos preocupan.
El consejo de Jesús de poner nuestros corazones en el reino de Dios es algo paradójico. Se le pueda dar la siguiente interpretación: Si quieres preocuparte, preocúpate de algo que merezca la pena. Preocúpate de cosas de más extensión que tu familia, tus amigos o la cita de mañana. Preocúpate de las cosas de Dios: ¡de la verdad, de la vida, de la luz!

Sin embargo, tan pronto ponemos nuestro corazón en estas cosas, nuestra mente deja de dar vueltas, porque entramos en comunión con el que está presente aquí y ahora y está dispuesto a darnos lo que más necesitamos. De este modo la angustia se convierte en oración, y nuestro sentimiento de impotencia se transforma en conciencia de recibir el poder del Espíritu de Dios.
Mientras estemos en este mundo, lleno de tensiones y de presiones, nuestra mente nunca estará libre de inquietudes; pero si nos volvemos continuamente con nuestro corazón y nuestra mente al amor comprensivo de Dios, podremos sonreír a nuestras propias inquietudes y tener los ojos y los oídos abiertos a las visiones y a los sonidos del Reino.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Danos tu Luz, Señor

Lucas 8, 16-18


En aquel tiempo Jesús dijo a la muchedumbre: «Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no venga a ser conocido y descubierto. Mirad, pues, cómo oís; porque al que tenga, se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará».

Al que solo  piense  que en tener  más dinero, más poder, más riquezas de este mundo, sin pensar en los valores del espíritu, ¿para qué le sirve?. Está viviendo una felicidad momentánea, falsa y al final de su vida, ¿qué tendrá para ofrecerle al Señor?. Nada. Irá con las manos vacías, ya que todo lo que había amontonado es perecedero y quedará en la Tierra.

Por el contrario, una persona que vive los valores del espíritu, que camina con Jesús, que se alegra de poder ayudar a los demás, ya en este mundo recibe mucho más de lo que da, se llena de amor y de fuerza.
Cuánto más te entregas, más te enriqueces. ¿Cómo será entonces, al mirar cara a cara al Señor?

Jesús, tu que viniste a salvarnos, que viniste a enseñarnos y moriste por nosotros, te pedimos que nos ayudes a entregarnos cada vez más a los demás y con más amor. Que tu luz nos guíe siempre por el buen camino , que no nos abandone nunca y así, podamos ayudar a caminar a otros.
H de Carmen

domingo, 19 de septiembre de 2010

Dios y el dinero

Jesús contrapone la actitud de quien se afana por el dinero y las cosas de aquí abajo, con la de quien vive desprendido y confiado en la providencia de Dios. Aquellos al poner sus esperanzas e ilusiones en el mundo y sus cosas viven en el ansia y la intranquilidad. Esto es porque en último término los éxitos y satisfacciones, tan anhelados, vienen determinados por factores que no siempre pueden controlar. ¿Quién puede predecir el futuro siempre incierto?




Hay bienes tan frágiles como la salud, tan inexplicables como el amor o la amistad sincera. Aspectos, éstos últimos, que son decisivos para la felicidad humana. Además la fugacidad de la vida limita las satisfacciones que estos bienes nos reportan... Desde este punto de vista ¡qué pobres parecen estas aspiraciones! En cambio, los otros, logran superar esa visión materialista para alcanzar, una dimensión espiritual.

Seguir el consejo de Jesús no es fácil, pero reporta tranquilidad, paz y verdadera alegría interior. Saberse en las manos de un Padre bondadoso que nos invita a no preocuparnos de las cosas de este mundo, es una seguridad mejor fundada que las mejores predicciones de negocios. Esto no significa que debemos negar el valor a las cosas de este mundo, pues a todos nos son necesarias. Sin embargo, podemos discernir, con ayuda de Dios, dónde, cuando y cómo poner los cauces a todo ello. Si lo primero en nuestra vida son las cosas de Dios, seguimos viviendo en el mundo, pero todo lo que hagamos será con la intención de construir el Reino, de ayudar a los hermanos y de ganarlos para Cristo con nuestro testimonio, y no por afanes o lucros personales. Además, según la misma promesa, todos los demás bienes se nos darán por añadidura: ¡Lo ha prometido Cristo!
De Catholic.net

lunes, 13 de septiembre de 2010

El hijo pródigo

El hijo pródigo, es un joven que, recibida la herencia del padre, "se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa" (Lucas 15, 13). Al caer en la miseria, se vio obligado a trabajar como un esclavo, aceptando incluso matar el hambre con comida destinada a los animales. "Entonces --dice el Evangelio-- recapacitó" (Lucas 15, 17). Las palabras que prepara para el regreso nos permiten conocer el alcance de su peregrinación interior: regresa 'a casa', a sí mismo, al padre" (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, 2007). "Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: 'Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo'" (Lucas 15, 18-19). San Agustín escribe: "Es el mismo Verbo quien te grita para que vuelvas; el lugar de la tranquilidad imperturbable se encuentra donde el amor no experimenta el abandono" (Confesiones, IV, 11.16). "Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente, corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó", (Lucas 15, 20) y lleno de alegría pidió que hicieran una fiesta.


Queridos amigos, ¿cómo no abrir nuestro corazón a la certeza de que, aunque seamos pecadores, somos amados por Dios? No se cansa nunca de salir a nuestro paso, de ser el primero en recorrer el camino que nos separa de Él. El libro del Éxodo nos muestra cómo Moisés, con una súplica confiada y audaz, logró, por así decir, cambiar a Dios del trono del juicio al trono de la misericordia (Cf. 32,7-11.13-14). El arrepentimiento es la medida de la fe y gracias a él se regresa a la Verdad. Escribe el apóstol Pablo: "Fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así por ignorancia" (1 Timoteo 1, 13). Volviendo a la parábola del hijo que regresa "a casa", experimentamos que cuando aparece el hijo mayor indignado por la cogida festiva ofrecida al hermano, el padre también le sale al paso para suplicarle: ""Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo" (Lucas 15, 31). Sólo la fe puede transformar el egoísmo en alegría y volver a entretejer las relaciones adecuadas con el prójimo y con Dios. "Es justo que haya fiesta y alegría --dice el padre--, porque tu hermano [...] estaba perdido y ha sido encontrado" (Lucas 15, 32).
Benecicto XVI
domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Qué créis que sois el hijo pródigo o el hermano mayor?  Yo personalmente creo que a veces soy como el hijo pródigo, que peco y necesito el perdón de Dios. Pero, otras veces actúo como el hijo mayor, lo tengo todo, el amor de Dios, la eucarístía, el sacramento de la penitencia; sin embargo no lo valoro, no me doy cuenta de que debería ser infinitamente feliz, Dios está siempre commigo.
H de Carmen

sábado, 11 de septiembre de 2010

Dios busca al hombre extraviado. San Ambrosio


Puesto que la debilidad de los hombres no sabe mantener un camino firme en este mundo resbaladizo, el buen Médico enseña los remedios contra el extravío, y el Juez misericordioso de ninguna manera rechaza la esperanza del perdón. Por este motivo, san Lucas ha propuesto las tres prábolas siguientes; la oveja que se había extraviado y que fue hallada, la moneda de plata que se había extraviado y se encontró, el hijo que se daba por muerto y que recobró la vida.
Todo ello  es para que este triple remedio nos impulse a curar nuestras heridas .

 La oveja cansada es devuelta al redil por el pastor; la moneda extraviada es hallada; el hijo emprende el camino y regresa a su padre arrepentido de su extravío.

Alegrémonos, pues, de que esta oveja que se extravió en Adán sea levantada por Cristo. Las espaldas de Cristo son los brazos de la cruz; en ella  he dejado mis pecados. Esta oveja es única en su naturaleza, pero no en su persona, como todos nosotros formamos un solo cuerpo pero somos muchos miembros.

Por eso está escrito: Sois el cuerpo de Cristo. El Hijo del hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido, es decir,  a todos los hombres, puesto que si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida.
San Ambrosio.
Texto sacado del Magnificat.

Para saber más de San Ambrosio: Pulsar

lunes, 6 de septiembre de 2010

Toma tu cruz y sígueme

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
- «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío."


El Señor no nos dice que debemos abandonar a nuestra familia e incluso algunas comodidades, Él nos pide que todo debe estar referido a Él. Y que sin en algún momento nos encontramos en conflicto entre los bienes familiares o materiales y Él, para ser discípulos suyos debemos seguirlo a Él.

"Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío."
Para los hombres de su tiempo, esta afirmación debió de ser durísima, ya que para ellos la cruz era símbolo de castigo y tortura, no tenían la referencia, que nosotros tenemos, Jesús murió en ella pa ra redimir nuestros pecados y resucitó al tercer día.

Ser discípulos de Jesús es ir acopañándolo, ir detrás de Él llevando nuestra cruz.
Nos debemos preguntar, ¿de verdad queremos seguir a Cristo?, ¿o solo nos conformamos con ser un poco mejores?
Debemos pensar que nos impide seguir de verdad a Jesús. Pero como nosotros somos débiles debemos recurrir al Espíritu Santo para que nos ayude, nos dé sabiduría y nos ayude a descubrir el camino para ser verdaderos discípulos de Jesús.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Gracias Señor, Dios mío



Hoy siento la necesidad de darte las gracias Dios mío.
 Gracias por llamarme,  por darme el don de escucharte y decirte sí, por no abandonarme en mis días amargos, por mis buenos días, porque te siento cerca, porque el día que no te siento cerca ,me has dado la fe suficiente para saber que estás a mi lado. Gracias por escuchar mis oraciones y gracias por hacerme entender que no siempre me conviene lo que te pido. Gracias por ser tan paciente conmigo. Gracias por la gente que me quiere, gracias por la gente que quiero. Gracias por todos las personas que has puesto a mi lado. Gracias, porque aunque no me exprese bien, te siento muy dentro. Gracias por darme la vida. Gracias por todo, Señor mío





Salmo 11
Acción de gracias
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
"Señor, salva mi vida".

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó.

Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.

Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.


A. G.