Que el Señor nos construya la casa.
Que el Señor nos guarde la ciudad.
Que nos llene de sus riquezas.
Que nos guarde siempre del mal
Oración I: En ti, Señor, vivimos, nos movemos y existimos; fuera de ti nada podemos hacer; Tú eres el cimiento de nuestra casa, la fuerza de nuestra libertad; haz que practiquemos las obras que Tú has predispuesto de antemano.
Oración II:Señor de la bendición, crea en nosotros una nueva humanidad, edificada según el modelo de tu Hijo primogénito; sé Tú quien nos dé el crecimiento y la plenitud; que nunca desconfiemos de ti. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración III: Padre, que quisiste prolongar en tu Iglesia la fecundidad manifestada en la juventud de tu hijo y actuada por la creatividad constante de tu Espíritu, concédenos que nuestra vida sea la casa edificada en la roca de Cristo.
Oración IV: Construye tú mismo, Señor, la casa que nosotros queremos construir en nosotros mismos; guarda Tú la ciudad terrena, que nosotros quisiéramos guardar; que no nos resulte inútil madrugar ni velar hasta muy tarde, sino que ayudados con tu auxilio, nos sintamos fuertes y no quedemos derrotados cuando litiguemos con nuestro adversario en la plaza.
Oración III: Padre, que quisiste prolongar en tu Iglesia la fecundidad manifestada en la juventud de tu hijo y actuada por la creatividad constante de tu Espíritu, concédenos que nuestra vida sea la casa edificada en la roca de Cristo.
Oración IV: Construye tú mismo, Señor, la casa que nosotros queremos construir en nosotros mismos; guarda Tú la ciudad terrena, que nosotros quisiéramos guardar; que no nos resulte inútil madrugar ni velar hasta muy tarde, sino que ayudados con tu auxilio, nos sintamos fuertes y no quedemos derrotados cuando litiguemos con nuestro adversario en la plaza.
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