sábado, 31 de diciembre de 2011

ORACIÓN AL SEÑOR AL TERMINAR EL AÑO

Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,
tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias
por todo aquello que recibí de TI.

Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto
fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cunato hice en este año, el trabajo
que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos
y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé
los más cercanos a  mí y los que están más lejos,
los que diero su mano y aquellos a los que pude ayudar,
con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también, Señor, hoy quiero pedirte perdón,
perdón por el tiempo perdido, y el amor desperdiciado.
También por la oración que poco a poco fui aplazando
y que ahora vengo a presentarte.

Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente te pido perdón.
En los próximos días iniciaremos un nuevo año
y detengo mi vida ante el nuevo calendario
aún sin estrenar y te presento estos días
que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Cólmame de bondad y de alegría para que cuantos
conviven conmigo o se acerquen a mí,
encuentren en mi vida un poquito de Tí.

Danos un año feliz y enséñanos 
a repartir felicidad. Amén
ISABEL

viernes, 30 de diciembre de 2011

Los pastores de Belén

No fueron los grandes de este mundo, sino los pastores. Por humildes y sencillos, por ser dóciles al mensaje Divino
Al nacimiento de Jesús fueron invitados unos pastores, gente sencilla y buena.
No fueron invitados los cortesanos de Herodes, ni los fariseos, ni los miembros del Sanedrín.
No fueron los grandes de este mundo, sino los pastores.
Por humildes y sencillos, por ser dóciles al mensaje Divino.

Hoy siguen siendo invitados los humildes, los que aceptan a Dios y sus mandamientos, los sencillos, los  pobres de espíritu.
Jesús es el patrón de los desamparados, de los sin techo, de los emigrantes, de todos los miserables, enfermos, hambrientos…
Cristo nace como un gitano.
Para el Creador del mundo un establo de animales.
No había lugar para Él en ninguna casa de Belén.
Para enseñarnos que las cosas materiales no son la felicidad del hombre sino las celestiales.
¡Qué contraste tan brutal con ese afán nuestro de poseer más y más cosas!

Nunca estamos satisfechos con lo que tenemos.

“He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir”…
Ojalá que esta Navidad, tú también puedas decir eso: He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir…
Porque de lo contrario, “aunque Cristo naciese mil veces en Belén, si no nace en ti, seguirás eternamente perdido”.
Autor: P Mariano de Blas LC
Fuente: Catholic.net

Ojala nosotros hayamos preparado nuestro corazón de manera que Jesús se haya sentido confortable al volver a nacer en él,.
Que sintamos verdaderamente lo que significa la Navidad. Que nos sintamos priviligiados, que sepamos que Dios vino por todos, pero vino también por cada uno de nosotros.
Ojala todos podamos decir: "He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir"


miércoles, 28 de diciembre de 2011

martes, 27 de diciembre de 2011

Benedicto XVI llama a dejar a un lado el consumismo navideño

Durante la conocida Misa de Gallo ofrecida  en la Basílica de San Pedro, el Papa Benedicto XVI llamó a los fieles a olvidarse del fenómeno comercial de la época, para avocarse en el nacimiento de Jesús olvidando la obsesión por lo material.

“Dios se ha hecho pobre. Su hijo ha nacido en la pobreza del establo. En el niño Jesús, Dios se ha hecho dependiente, necesitado del amor de personas humanas, a las que ahora puede pedir su amor, nuestro amor [...] La Navidad se ha convertido hoy en una fiesta de los comercios, cuyas luces destellantes esconden el misterio de la humildad de Dios, que nos invita a la pobreza y a la sencillez”, instó Ratzinger.
Así, la homilía de Noche Buena estuvo enfocada a retomar el camino de la extrema sencillez exterior e interior, además de abandonar los propios prejuicios y opiniones, con la disposición de ver al Dios que se oculta en la humildad de un niño recién nacido.
“Celebremos así la liturgia de esta noche santa y renunciemos a la obsesión por lo que es material, mensurable y tangible. Dejemos que nos haga sencillos ese Dios que se manifiesta al corazón que se ha hecho sencillo”, dijo.

San Esteban por Benedicto XVI

Con el corazón aún lleno de asombro e inundado de la luz que proviene de la gruta de Belén, donde con María, José y los pastores, hemos adorado a nuestro Salvador, hoy recordamos al diácono san Esteban, el primer mártir cristiano. Su ejemplo nos ayuda a penetrar más en el misterio de la Navidad y nos testimonia la maravillosa grandeza del nacimiento de aquel Niño, en el que se manifiesta la gracia de Dios, que trae la salvación a los hombres (cf. Tt 2, 11). De hecho, el niño que da vagidos en el pesebre es el Hijo de Dios hecho hombre, que nos pide que testimoniemos con valentía su Evangelio, como lo hizo san Esteban, quien, lleno de Espíritu Santo, no dudó en dar la vida por amor a su Señor.
 Como su Maestro, muere perdonando a sus perseguidores y nos ayuda a comprender que la llegada del Hijo de Dios al mundo da origen a una nueva civilización, la civilización del amor, que no se rinde ante el mal y la violencia, y derriba las barreras entre los hombres, haciéndolos hermanos en la gran familia de los hijos de Dios.

San Esteban es también el primer diácono de la Iglesia, que haciéndose servidor de los pobres por amor a Cristo, entra progresivamente en plena sintonía con él y lo sigue hasta el don supremo de sí. El testimonio de san Esteban, como el de los mártires cristianos, indica a nuestros contemporáneos, a menudo distraídos y desorientados, en quién deben poner su confianza para dar sentido a la vida. De hecho, el mártir es quien muere con la certeza de saberse amado por Dios y, sin anteponer nada al amor de Cristo, sabe que ha elegido la mejor parte. Configurándose plenamente a la muerte de Cristo, es consciente de que es germen fecundo de vida y abre en el mundo senderos de paz y de esperanza. Hoy, presentándonos al diácono san Esteban como modelo, la Iglesia nos indica asimismo que la acogida y el amor a los pobres es uno de los caminos privilegiados para vivir el Evangelio y testimoniar a los hombres de modo creíble el reino de Dios que viene.
La fiesta de san Esteban nos recuerda igualmente a los numerosos creyentes que en varias partes del mundo se ven sometidos a pruebas y sufrimientos a causa de su fe. Encomendándolos a su celestial protección, comprometámonos a sostenerlos con la oración y a realizar sin cesar nuestra vocación cristiana, poniendo siempre en el centro de nuestra vida a Jesucristo, a quien en estos días contemplamos en la sencillez y en la humildad del pesebre. Por eso, invoquemos la intercesión de María, Madre del Redentor y Reina de los mártires, con la oración del Ángelus.

domingo, 25 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD

Si te sientes feliz en Navidad, no te extrañes.

Tienes derecho y razón de ser feliz.
Si en Navidad sientes deseos de hacer las paces con todo el mundo, hazlo sin dudar
Los ángeles te lo indican:
Paz a los hombres de buena voluntad.
Si tienes deseos
de hacer las paces con Dios en Navidad,
¿por qué esperar?

Es el momento más adecuado.
No todos los días sientes los mismos deseos.
Es mejor pedir perdón a un Niño
que a un Hombre.
Mejor acudir al tribunal de la Misericordia
que al de la Justicia.
Si te sientes triste en Navidad,
no has entendido.

¿Triste cuando Dios viene a tu encuentro
lleno de amor y ternura?
Si sigues odiando en Navidad,
no has comprendido.
Navidad es la fiesta del Amor,
del Perdón, de la Paz,
por si no lo sabías.

Si sigues siendo un pecador en este tiempo,
la Navidad no existe para ti.
La Navidad te invita a recuperar tu alma de niño,
el niño inocente que fuiste alguna vez.

Al nacimiento de Jesús fueron invitados unos pastores,
gente sencilla y buena.
No fueron invitados los cortesanos de Herodes,
ni los fariseos, ni los miembros del Sanedrín.

No fueron los grandes de este mundo,
sino los pastores.
Por humildes y sencillos,
por ser dóciles al mensaje Divino.

Hoy siguen siendo invitados los humildes,
los que aceptan a Dios y sus mandamientos,
los sencillos, los pobres de espíritu.

Jesús es el patrón de los desamparados,
de los sin techo, de los emigrantes,
de todos los miserables, enfermos, hambrientos...
Cristo nace como un gitano.

Para el Creador del mundo un establo de animales.
No habíalugar para Él en ninguna casa de Belén.
Para enseñarnos que las cosas materiales
no son la felicidad del hombre sino las celestiales.
¡Qué contraste tan brutal con ese afán nuestro
de poseer más y más cosas!

Nunca estamos satisfechos con lo que tenemos.
“He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir”...
Ojalá que esta Navidad,
tú también puedas decir eso:
He encontrado a Cristo y por tanto la alegría de vivir...

Porque de lo contrario,
“aunque Cristo naciese mil veces en Belén,
si no nace en ti, seguirás eternamente perdido”. 

P. Mariano de Blas

sábado, 24 de diciembre de 2011

NAVIDAD POR BENEDICTO XVI

Con la liturgia navideña la Iglesia nos introduce en el gran Misterio de la Encarnación. La Navidad, dijo, “no es un simple aniversario del nacimiento de Jesús; es también esto, pero es más aún, es celebrar un Misterio que ha marcado y continua marcando la historia del hombre”

E hizo preguntas que cualquiera se hace: ¿cómo es posible que yo viva ahora este evento tan lejano en el tiempo? ¿Cómo puedo participar provechosamente en el nacimiento del Hijo de Dios, ocurrido hace más de dos mil años?

En la Santa Misa de la Noche de Navidad, se repite la respuesta al salmo responsorial: “Hoy ha nacido para nosotros el Salvador”.
Este adverbio de tiempo, subrayó el papa, “hoy”, se utiliza más veces en las celebraciones natalicias y está referido al hecho del nacimiento de Jesús y a la salvación que la Encarnación del Hijo de Dios viene a traer.

“En la Liturgia, tal venida sobrepasa los límites del espacio y del tiempo y se vuelve actual, presente; su efecto perdura, en el transcurrir de los días, de los años y de los siglos. Indicando que Jesús nace 'hoy', la Liturgia no usa una frase sin sentido, sino subraya que esta Navidad incide e impregna toda la historia, sigue siendo una realidad incluso hoy, a la cual podemos acudir precisamente en la liturgia”

“El Eterno ha entrado en los límites del tiempo y del espacio, para hacer posible 'hoy' el encuentro con Él. Los textos litúrgicos navideños nos ayudan a entender que los eventos de la salvación realizados por Cristo son siempre actuales, interesan a cada hombre y a todos los hombres. Cuando escuchamos o pronunciamos, en las celebraciones litúrgicas, este 'hoy ha nacido para nosotros el Salvador', no estamos utilizando una expresión convencional vacía, sino entendemos que Dios nos ofrece 'hoy, ahora, a mí, a cada uno de nosotros, la posibilidad de reconocerlo y de acogerlo, como hicieron los pastores de Belén, para que Él nazca también en nuestra vida y la renueve, la ilumine, la transforme con su Gracia, con su Presencia”.

Aludió el papa a un segundo aspecto: el evento de Belén debe ser considerado a la luz del Misterio Pascual: el uno y el otro son parte de la única obra redentora de Cristo. “La Encarnación y el nacimiento de Jesús nos invitan a dirigir, desde ya, la mirada sobre su muerte y su resurrección: Navidad y Pascua, ambas son fiestas de la redención"

“En Navidad encontramos la ternura y el amor de Dios que se inclina sobre nuestros límites, sobre nuestras debilidades, sobre nuestros pecados y se abaja hasta nosotros”. “Miremos a la gruta de Belén: Dios se abaja hasta ser acostado en un pesebre, que es ya el preludio del abajamiento en la hora de su pasión. El culmen de la historia del amor entre Dios y el hombre pasa a través del pesebre de Belén y el sepulcro de Jerusalén.

viernes, 23 de diciembre de 2011

VISITACIÓN DE MARÍA A SU PRIMA ISABEL

Meditación del Papa
Como primera y perfecta discípula de su Hijo, siempre ha mostrado, acompañando el camino de la Iglesia, una especial solicitud por los que sufren. De ello dan testimonio los miles de personas que se acercan a los santuarios marianos para invocar a la Madre de Cristo y encuentran en ella fuerza y alivio. El relato evangélico de la Visitación (cf. Lc 1, 39-56) nos muestra cómo la Virgen, después de la anunciación del Ángel, no retuvo el don recibido, sino que partió inmediatamente para ayudar a su anciana prima Isabel, quien llevaba seis meses gestando a Juan. En el apoyo ofrecido por María a su familiar que vive, en edad avanzada, una situación delicada como el embarazo, vemos prefigurada toda la acción de la Iglesia en apoyo de lavida necesitada de cuidados. (Benedicto XVI, Homilía, 11 de Febrero de 2010)
Reflexión

El amor de María no midió la distancia que le apartaba de su prima, ni mucho menos le llevó a tomar en cuenta lo que iba a exigirle ese viaje, viajando sola por el desierto, o cuánto tiempo le iba a tomar llegar hasta allá o cuánta comida iba a requerir para realizar ese trayecto... Su donación le condujo a hacer una de las cosas más costosas para el ser humano: el olvidarse de sí misma, para ser totalmente de los demás.

Nosotros, igualmente, podemos contemplar las necesidades de los que están cerca de nosotros; sobre todo, la sed de ayuda que llevan en su interior, con la esperanza de que alguien pueda satisfacerla y calmar su ansia. Por eso, detengámonos en el caminar de nuestra vida para ayudar a los demás.

sábado, 17 de diciembre de 2011

NOCHEBUENA.

¿Por qué la Noche de Navidad es Nochebuena ?

Porque en ella nace el Mensajero de la Buena Nueva de que Dios tiene buena voluntad para todos los hombres . Porque nace la Luz del mundo, para que no caminemos en nuestra vida por las tinieblas del pecado . Porque nace el que viene a darnos verdaderas ganas de vivir , dando a nuestra vida un nuevo sentido y una nueva orientación .

Porque nace Aquel que ha sido el único capaz de poder afirmar con verdad:

" Venid a mí todos los que estáis tristes y sufriendo ; Yo os aliviaré " .

Porque nace el verdadero Cordero de Dios , que quita el pecado del mundo , ese pecado colectivo que fabricamos todos los hombres de todos los tiempos .

Porque nace Aquel que nos dará como precepto de su religión : " Amaos los unos a los otros " . Porque nace el que pudo decir " Yo soy la resurección y la vida ; quie cree en mi , aunque muera , vivirá para siempre " .

Motivos más que suficientes para que llamemos a esa noche una verdadera Nochebuena.
 
Isabel

viernes, 16 de diciembre de 2011

...porque ellos verán a Dios

Todos queremos ver a Dios...

Todos queremos encontrarnos con la plenitud, con la fuente de  vida infinita que es Dios.
Todos queremos ver a Dios en la realidad concreta de nuestra vida diaria.
Todos queremos ver, con los ojos de nuestro rostro, a Dios, a ese Dios que siempre está escondido y nunca acabamos de encontrar.

¿Será posible ver a Dios...?
¿Será posible que acabemos encontrándonos con Dios en el fondo de nuestra alma?
¿Llegaremos a ver a Dios algún día, en las complicadas circunstancias de nuestra vida ordinaria?
¿Será posible descubrir el rostro de Dios en el rostro de las personas con las que nos cruzamos diariamente?

Señor,
¿por qué no te veo ni te encuentro?
¿Dónde estás? ¿Dónde vives?
¿Cómo encontrarte?
¿Cómo descubrir tu presencia?

Señor, "muéstranos tu rostro y nos basta...."

Ésa es nuestra oración, nuestra súplica, nuestra añoranza...

Del libro: "En ti vivimos, Señor" de Manuel J. Fernández Márquez

jueves, 15 de diciembre de 2011

Dichosos los que saben vivir

Nuestra vida muchas veces va perdiendo el brillo. Los acontecimientos, las circunstancias, más que ayudarnos a crecer, en vez de ser oportunidades de maduración para nuestra persona, nos limitan, nos hacen sufrir y por lo tanto los rechazamos.
Toma la vida con filosofía, aprende de ella y sácale el jugo, exprime de forma positiva todo lo que Dios permite y así serás una persona feliz y dichosa.

DICHOSOS los que saben reírse de sí mismos, porque no terminarán nunca de divertirs
DICHOSOS los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconveniente
DICHOSOS los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas: llegarán a ser sabios
DICHOSOS los que saben escuchar y callar:aprenderán cosas nuevas.
DICHOSOS los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio: serán apreciados por sus vecinos.
DICHOSOS los que están atentos a las exigencias de los demás, sin sentirse indispensables: serán fuente de alegría.
DICHOSOS ustedes cuando sepan mirar seriamente a las cosas pequeñas y tranquilamente a las cosas importantes: llegarán lejos en esta vida.
DICHOSOS ustedes cuando sepan apreciar una sonrisa y olvidar un desaire: vuestro camino estará lleno de sol.
DICHOSOS ustedes cuando sepan interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, aún contra las apariencias: serán tomados por ingenuos, pero es el precio justo de la caridad.
DICHOSOS los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar: evitarán muchas tonterías.
DICHOSOS ustedes sobre todo cuando sepan reconocer al Señor en todo los que se encuentran: habrán logrado la verdadera luz y sabiduría.
Con estos consejos, Santo Tomás Moro nos da algunas pautas de cómo vivir nuestro breve paso por esta tierra llevando un mensaje, unas actitudes y un modo de ser algo diferente de lo que hoy nuestra sociedad contemporánea nos ofrece.
Marca tú la diferencia, y enséñanos con tu ejemplo a vivir...

Decir sí al Señor

El misterio eucarístico es el corazón de la vida cristiana. La Eucaristía es el mayor acto de amor que se haya realizado en la humanidad, ya que es el sacrificio de Cristo por nuestra salvación. Es el cumplimiento de las palabras y promesas que Jesús dijo estando en el mundo. Jesús nos habló del amor “hasta el extremo”, ¡y qué amor tan apasionado me demostró al sacrificarse por mí!

Nosotros somos distintos. Muchas veces nuestro egoísmo hace que no acudamos a la invitación de Cristo de ir a trabajar a su lado. Ahora es el tiempo de decirle: “Sí, Señor, ten la seguridad de que acudiré a tu viña para  ayudarte”. Necesitamos ingeniárnoslas para ver cómo podemos hacer feliz a la Persona que nos amó y ama tanto, buscando lo que más le agrada. Y lo que Cristo quiere es nuestro corazón y nuestra vida entera, para que trabajemos junto a Él en la viña de nuestro entorno social, para poder realizarnos dándonos a nosotros mismos y ayudar a los demás; dando testimonio de su amor.

Diálogo con Cristo

Jesús, ahora veo que Tú eres un hombre que cumples lo que prometes, y comparando todas las cosas buenas que me has dado, con lo ingrato que he sido contigo, veo que mi corazón me empuja a ir a tu viña y trabajar a tu lado. ¡Qué mejor trabajo que ayudarte Señor! Me hedado cuenta lo tonto que he sido al no querer estar contigo desde el principio. Concédeme el regalo de ser un hombre de palabra, especialmente contigo. Ayúdame a ser fiel a todas las promesas de cambio y de mejora en mi vida, y que la Eucaristía sea mi soporte cuando vea que estoy a punto de fallarte y serte infiel.

lunes, 12 de diciembre de 2011

VISIÓN DEL EVANGELISTA LUCAS

Vivimos con los hombres de la Biblia. Ellos son nuestros amigos invisibles. No nos dejan en paz si es que estamos en una posición cómoda o andamos ciegos.

Lucas provoca, es de izquierda. Simpatiza con los pecadores y los oprimidos. Se empeña a favor de los enfermos. Jesús le devuelve a la viuda de Naín la vida de su hijo, que había muerto.
Su sensibilidad por los que sufren no sorprende, puesto que era médico.

Lucas centra su atención en Jesús como salvador. Con su Evangelio y los Hechos de los apóstoles inscribe en la memoria de la Iglesia la dimensión social. La hospitalidad, la sorpresa deparada por los no creyentes, el oaprendizaje a partir de los propios errores y la maldición de la falta de misericordia hacen de Lucas un maestro que hoy tiene acceso a los corazones de los jóvenes.

Es radical en su mensaje pero no hiere a nadie. Ensalza a los pobres y muestra a los que tienen bienes un camino para tratar con su riqueza, más aún les indica cómo pueden, con esos bienes, hacer felices a otros y llegar a ser felices ellos mismos. Todos entienden su palabra.

Tal como lo describe Lucas, Jesús está del lado de los hombres que tienen la audacia de levantarse contra la injusticia. Además, Lucas  ignora menos que los otros evangelistas a las mujeres que acompañan a Jesús.

Del libro "Coloquios nocturnos en Jerusalén" de Carlo M. Martini

sábado, 10 de diciembre de 2011

¡Alégrense porque el Señor está cerca!

Adviento es un período para abrir los ojos, volver a centrarse, prestar atención, tomar conciencia de la presencia de Dios en el mundo y en nuestras vidas.

Adviento ofrece la maravillosa oportunidad de realizar las promesas y el compromiso de nuestro Bautismo.

El cardenal Joseph Ratzinger escribió que "el objetivo del año litúrgico consiste en recordar sin cesar la memoria de su gran historia, despertar la memoria del corazón para poder discernir la estrella de la esperanza. Esta es la hermosa tarea del Adviento: despertar en nosotros los recuerdos de la bondad, abriendo de este modo las puertas de la esperanza".

En este tiempo de Adviento, permítanme presentarles algunas sugerencias:

Acaben con una riña. Hagan la paz. Busquen a un amigo olvidado. Despejen la sospecha y sustitúyanla por la confianza. Escriban una carta de amor.
Compartan un tesoro. Respondan con dulzura, aunque les gustara una respuesta brutal. Alienten a un joven a tener confianza en él mismo. Mantengan una promesa. Encuentren tiempo, tómense tiempo. No guarden rencor. Perdonen al enemigo. Celebren el sacramento de la reconciliación. Escuchen más a los otros. Pidan perdón si se han equivocado. ¡Sean gentiles aunque no se hayan equivocado! Traten de comprender. No sean envidiosos. Piensen antes en el otro.

Rían un poco. Ríanse un poco más. Gánense la confianza. Opónganse a la maldad. Sean agradecidos. Vayan a la iglesia. Quédense en la iglesia más de tiempo de lo acostumbrado. Alegren el corazón de un niño. Contemplen la belleza y la maravilla de la tierra. Expresen su amor. Vuélvanlo a expresar. Exprésenlo más fuerte. Exprésenlo serenamente.

¡Alégrense porque el Señor está cerca!
 Autor: P. Thomas Rosica

Fuente: Catholic.net
 

viernes, 9 de diciembre de 2011

María como modelo

Sobre la ejemplaridad de María se ha detenido por extenso Pablo Vl en la Marialis cultus. Tratando ampliamente de la admirable santidad de María, fruto de la generosidad de Dios y al mismo tiempo de la respuesta humilde y generosa de María, esclava del Señor, el pontífice llama la atención ante todo sobre esta respuesta personal y ejemplar de María. "Bien pronto los fieles comenzaron a fijarse en María para, como ella, hacer de la propia vida un culto a Dios, y de su culto un compromiso de vida" (MC 21).

 "El sí de María es para todos los cristianos una lección y un ejemplo para convertir la obediencia a la voluntad del Padre en camino y en medio de santificación propia". María, en la enseñanza del papa es modelo de vida, modelo universal, modelo de inserción del culto en la vida propia; a su lado el cristiano aprende a vivir, como María, su vida propia con Dios. Cuando el cristiano "contempla la santidad y las virtudes de la llena de gracia" (MC 22), el papa habla de "operante imitación", igual que hace la iglesia "en conmovido estupor", cuando ve en ella "como en una imagen purísima, todo lo que ella desea y espera ser".


Pero a la luz de la ejemplaridad de María también el culto asume un sentido más amplio y vital, resume y presenta toda la actitud del hombre respecto a Dios. María, "modelo de la iglesia en el ejercicio del culto", muestra en ella el modo de vivir la relación entre el hombre y Dios. Los cuatro títulos de la Virgen orante: Virgen a la escucha, Virgen en oración, Virgen madre, Virgen oferente, expresan cómo la iglesia y el cristiano deben desarrollar la relación esencial con Dios: con la actitud de fe que se pone a escuchar (MC 17), la actitud de diálogo gozoso como el del Magnificat (MC 18), la respuesta a la vocación propia de servicio que en María se convierte en maternidad (MC 19) y, finalmente, con la capacidad de expresar en la oferta de sí, en la participación de la oferta redentora de Cristo (MC 20). Así vivida, la devoción a María no deja ya lugar a una piedad egoísta, sentimental e infantil, que excluye el compromiso y la coherencia de vida

Más acuciante es todavía la llamada de Pablo Vl cuando se dirige a los hombres de hoy invitándoles a ver bien en la realidad de María su actualidad: su vida"tiene un valor ejemplar, universal y permanente" (MC 35); María es modelo siempre actual. Es preciso volver a encontrar el verdadero rostro de María, que puede estar cubierto por superestructuras socio-culturales; hay que encontrar la figura verdadera y la verdadera función y misión de María (MC 36); sobre todo es hoy esencial tener presente que la Virgen del evangelio, la mujer de Juan, es la que se contempla y promete en el Génesis, pero también la joven judía "bendita entre las mujeres", colocada en la historia para indicar cómo debe ser en el plan divino la mujer de hoy en todas las situaciones y condiciones reales de la vida; y, con la mujer, el hombre "artífice de la ciudad terrena y temporal, pero peregrino diligente hacia la celeste y eterna; promotor de la justicia que libera al oprimido y de la caridad que socorre al necesitado pero sobre todo testigo activo del amor que edifica a Cristo en los corazones" (MC 37).


La imagen renovada y reconsiderada de María que se propone al hombre le ayuda a vivir en plena conformidad con la voluntad de Dios; para esto "Dios ha hecho y dado a María al mundo, para que en el mundo encuentre el hombre en ella una hermana y una madre ejemplar"; alzando los ojos a María, el hombre de hoy puede encontrar en ella el modelo de toda virtud humana y cristiana.

Pablo VI

jueves, 8 de diciembre de 2011

María Inmaculada, redimida por preservación del pecado.Catequesis de Juan Pablo II

1. La doctrina de la santidad perfecta de María desde el primer instante de su concepción encontró cierta resistencia en Occidente, y eso se debió a la consideración de las afirmaciones de san Pablo sobre el pecado original y sobre la universalidad del pecado, recogidas y expuestas con especial vigor por san Agustín.
El gran doctor de la Iglesia se daba cuenta, sin duda, de que la condición de María, madre de un Hijo completamente santo, exigía una pureza total y una santidad extraordinaria. Por esto, en la controversia con Pelagio, declaraba que la santidad de María constituye un don excepcional de gracia, y afirmaba a este respecto: «Exceptuando a la santa Virgen María, acerca de la cual, por el honor debido a nuestro Señor, cuando se trata de pecados, no quiero mover absolutamente ninguna cuestión, porque sabemos que a ella le fue conferida más gracia para vencer por todos sus flancos al pecado, pues mereció concebir y dar a luz al que nos consta que no tuvo pecado alguno» (De natura et gratia, 42).

San Agustín reafirmó la santidad perfecta de María y la ausencia en ella de todo pecado personal a causa de la excelsa dignidad de Madre del Señor. Con todo, no logró entender cómo la afirmación de una ausencia total de pecado en el momento de la concepción podía conciliarse con la doctrina de la universalidad del pecado original y de la necesidad de la redención para todos los descendientes de Adán. A esa consecuencia llegó, luego, la inteligencia cada vez más penetrante de la fe de la Iglesia, aclarando cómo se benefició María de la gracia redentora de Cristo ya desde su concepción.

2. En el siglo IX se introdujo también en Occidente la fiesta de la Concepción de María, primero en el sur de Italia, en Nápoles, y luego en Inglaterra.
Hacia el año 1128, un monje de Cantorbery, Eadmero, escribiendo el primer tratado sobre la Inmaculada Concepción, lamentaba que la relativa celebración litúrgica, grata sobre todo a aquellos «en los que se encontraba una pura sencillez y una devoción más humilde a Dios» (Tract. de conc. B.M.V., 1-2), había sido olvidada o suprimida. Deseando promover la restauración de la fiesta, el piadoso monje rechaza la objeción de san Agustín contra el privilegio de la Inmaculada Concepción, fundada en la doctrina de la transmisión del pecado original en la generación humana. Recurre oportunamente a la imagen de la castaña «que es concebida, alimentada y formada bajo las espinas, pero que a pesar de eso queda al resguardo de sus pinchazos» (ib., 10). Incluso bajo las espinas de una generación que de por sí debería transmitir el pecado original -argumenta Eadmero-, María permaneció libre de toda mancha, por voluntad explícita de Dios que «lo pudo, evidentemente, y lo quiso. Así pues, si lo quiso, lo hizo» (ib.).

A pesar de Eadmero, los grandes teólogos del siglo XIII hicieron suyas las dificultades de san Agustín, argumentando así: la redención obrada por Cristo no sería universal si la condición de pecado no fuese común a todos los seres humanos. Y si María no hubiera contraído la culpa original, no hubiera podido ser rescatada. En efecto, la redención consiste en librar a quien se encuentra en estado de pecado.

3. Duns Escoto, siguiendo a algunos teólogos del siglo XII, brindó la clave para superar estas objeciones contra la doctrina de la Inmaculada Concepción de María. Sostuvo que Cristo, el mediador perfecto, realizó precisamente en María el acto de mediación más excelso, preservándola del pecado original.

De ese modo, introdujo en la teología el concepto de redención preservadora, según la cual María fue redimida de modo aún más admirable: no por liberación del pecado, sino por preservación del pecado.

La intuición del beato Juan Duns Escoto, llamado a continuación el «doctor de la Inmaculada», obtuvo, ya desde el inicio del siglo XIV, una buena acogida por parte de los teólogos, sobre todo franciscanos. Después de que el Papa Sixto IV aprobara, en 1477, la misa de la Concepción, esa doctrina fue cada vez más aceptada en las escuelas teológicas.
Ese providencial desarrollo de la liturgia y de la doctrina preparó la definición del privilegio mariano por parte del Magisterio supremo. Ésta tuvo lugar sólo después de muchos siglos, bajo el impulso de una intuición de fe fundamental: la Madre de Cristo debía ser perfectamente santa desde el origen de su vida
4. La afirmación del excepcional privilegio concedido a María pone claramente de manifiesto que la acción redentora de Cristo no sólo libera, sino también preserva del pecado. Esa dimensión de preservación, que es total en María, se halla presente en la intervención redentora a través de la cual Cristo, liberando del pecado, da al hombre también la gracia y la fuerza para vencer su influjo en su existencia.

De ese modo, el dogma de la Inmaculada Concepción de María no ofusca, sino que más bien contribuye admirablemente a poner mejor de relieve los efectos de la gracia redentora de Cristo en la naturaleza humana
A María, primera redimida por Cristo, que tuvo el privilegio de no quedar sometida ni siquiera por un instante al poder del mal y del pecado, miran los cristianos como al modelo perfecto y a la imagen de la santidad (cf. Lumen gentium, 65) que están llamados a alcanzar, con la ayuda de la gracia del Señor, en su vida.

[L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 7-VI-96

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La MISERICORIA DE DIOS

Meditación del Papa


Quien va con el Señor, incluso en los valles oscuros del sufrimiento, de la incertidumbre y de todos los problemas humanos, se siente seguro. Tú estás conmigo: ésta es nuestra certeza, la certeza que nos sostiene. La oscuridad de la noche da miedo, con sus sombras cambiantes, la dificultad para distinguir los peligros, su silencio lleno de ruidos indescifrables. Si el rebaño se mueve después de la caída del sol, cuando la visibilidad se hace incierta, es normal que las ovejas se inquieten, existe el riesgo de tropezar, de alejarse o de perderse, y existe también el temor de que posibles agresores se escondan en la oscuridad (Benedicto XVI, 5 de octubre de 2011)
Reflexión

Las palabras del Santo Padre, nos dan una seguridad de la gran misericordia y paciencia de Dios para con el hombre: "Tú estás conmigo: ésta es nuestra certeza, la certeza que nos sostiene". Es una certeza saber que Nuestro Señor Jesucristo siempre va a nuestro encuentro, y que se alegra de tenernos a su lado.

Sin embargo, Él permite que nos perdamos en ocasiones para que comprendamos que nos cuida en cada momento, que está a nuestro lado. Pero hay que recordar que tenemos un deber muy grande al llevar a Cristo a los demás, y que, con nuestra certeza de que Élnunca nos dejará solos, haremos que las personas también se den cuenta de ello, y confíen más en Jesucristo.
Diálogo con Cristo

Señor Jesús, después de meditar contigo sobre la misericordia que tienes con aquellos que se han perdido por no hacer caso a lo que Tú quieres, te doy gracias por regalarme la certeza de que nunca me dejarás en los momentos en los yo me pierda, sabiendo que me esperas y que siempre sales a mi encuentro.
Dios me ama tanto que nunca me dejará solo, ¿Cuál es mi respuesta?
“Tanto se complace Dios en nuestros actos de bondad para con los demás, que ofrece su misericordia solamente a quienes sonmisericordiosos”. (San Hilario, en Catena Aurea vol. I, p. 248)

Andrés González Cristóbal, LC

martes, 6 de diciembre de 2011

PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR

San Juan Bautista fue el precursor de Jesús, la "voz" que Dios envió para preparar la venida de su hijo.
Ya decía Isaías:
Mira que envío a mi mensjero delante de ti,
para que vaya preparando tu camino.
Preparad el camino del Señor
haced rectas sus sendas.

Observando la vida del  Bautista y pensando en sus palabras: Debemos meditar sobre la necesidad de la penitencia y de la confesión frecuente.

La conversión continua, no sólo en grandes cosas, también en esos aspectos de la vida que a veces descuidamos, amor a los que tenemos al lado, preocuparnos de los problemas de los que están a nuestro alrededor y ayudar, si es posible, una palabra amable, una sonrisa, prefección y puntualidad en el trabajo, dando el primer lugar a otros...

San Juan Bautista estaba siempre disponible, la palabra iba acompañada de la obra.
Así debemos prepararnos para la llegada del Señor, siendo coherentes con nuestra fe,  fiarnos totalmente del Señor y que nuestas obras y nuestro continuo caminar a su lado, en los momentos fáciles y en los momentos difíciles nos preparen para su llegada.
MEMM

lunes, 5 de diciembre de 2011

MISIÓN DE LOS DISCÍPULOS DEL SEÑOR

Meditación del Papa


"Él deja a sus Apóstoles y, a través de ellos, a todos nosotros - el mensaje -: "Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos (...) Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo" (Mt 28,19). Como Jesús, los mensajeros de paz de su reino deben ponerse en camino, deben responder a su invitación. Deben caminar, pero no con la potencia de la guerra o con la fuerza del poder.

San JuanCrisóstomo, en una de sus homilías, comenta "Siendo corderos, venceremos y, aunque estemos rodeados de muchos lobos, conseguiremos superarlos". Pero si nos hacemos lobos, seremos derrotados, porque seremos privados de la ayuda del pastor". Los cristianos no deben nunca caer en la tentación de ser lobos entre los lobos; no es con el poder, con la fuerza, con la violencia que el reino de paz de Cristo se extiende, sino con el don de sí, con el amor llevado hasta el extremo, aún hacia los enemigos.

Jesús no vence el mundo con la fuerza de las armas, sino con la fuerza de la Cruz, que es la verdadera garantía de la victoria. Y esto tiene como consecuencia para quien quiere ser discípulo del Señor, su invitado, el estar también preparado a la pasión y al martirio, a perder la propia vida por Él, para que en el mundo triunfen el bien, el amor, la paz. Es ésta la condición para poder decirentrando en cada realidad "Paz sea a esta casa" (Lc 10,5). (Benedicto XVI, audiencia general, miércoles 26 de octubre de 2011)

Reflexión
El Papa nos enseña que no podemos llevar este mensaje por nosotros mismos, estando alejados del pastor, de Cristo. Sólo lograremos cumplir con este mandato misionario en cada una de las difíciles situaciones en las que vivimos, si estamos unidos a Cristo.

Y el Papa va más allá: "No es con el poder, con la fuerza, con la violencia que el reino de paz de Cristo se extiende, sino con el don de sí". No podemos aceptar pasivamente el mal que sugiere el mundo y mucho menos querer combatirlo con la fuerza.

Sólo podremos ayudar este mundo siendo de verdad lo que somos: cristianos, misioneros, apóstoles de Cristo. Y eso implica el don de nosotros mismos, salir de nuestras seguridades, de nuestras comodidades, para que elprójimo tenga también la paz y el amor de Dios, que nosotros debemos transmitir.

martes, 29 de noviembre de 2011

ADVIENTO

La Iglesia, para comenzar el año litúrgico, celebra la llegada de Cristo con una gran fiesta a la cual llamamos Navidad. Esta fiesta es tan importante para los cristianos que la Iglesia, antes de celebrarla, prepara a sus hijos durante el período conocido como Adviento. Ya desde tiempos remotos la Iglesia acostumbra tener esta preparación.

La palabra Adviento, como se conoce este temporada, significa "llegada" y claramente indica el espíritu de vigilia y preparación que los cristianos deben vivir. Al igual que se prepara la casa para recibir a un invitado muy especial y celebrar su estancia con nosotros, durante los cuatro domingos que anteceden a la fiesta de Navidad, los cristianos preparan su alma para recibir a Cristo y celebrar con Él su presencia entre nosotros.

Pero nosotros, ¿verdaderamente estamos preparándonos para recibir al Señor?. ¿No estamos metidos en una espiral de la que es muy dificil salir? Comidas, hay que hacer una cena y una comida especial, pero, ¿es necesario perder tanto tiempo y tanto dinero?

Los regalos, un montón de regalos que hay que pensar y comprar, pero ¿no es el cumpleaños de Jesús?, ¿qué regalo le hacemos a Él?.
Hay familias que verdaderamnete celebran el Adviento y la Navidad de una forma cristiana. Pero otras no podemos o no sabemos.

Yo hoy te pido Jesús que me ayudes a preparar mi corazón para recibirte como te mereces y aunque el ambiente exterior no me ayude mucho, en Nochebuena tenga un ratito para darte la bienvenida y mi regalo es el único que se me ocurre ofrecerte intentar amarte cada vez más.
H. de Carmen.

NECESITAMOS TIEMPO PARA PENSAR

Escuchamos música, vemos películas, leemos libros, consultamos páginas de Internet. La cantidad de informaciones y de estímulos puede aturdir los corazones. Pero luego, ¿buscamos tiempo para pensar

Un modo de vivir desordenado nos ha llevado a suponer que no tenemos tiempo para la reflexión. En realidad, el tiempo no ha cambiado: la Tierra se mueve hoy como hace mil años (a no ser que los astrónomos tengan que precisar este dato). Lo que ha cambiado es nuestro modo de vivir o, mejor, nuestro modo de malvivir
Con menos prisas, con menos solicitaciones, con menos angustia por lo accesorio, seremos capaces de abrir espacios para pensar. No de un modo egoístico: un pensamiento encerrado en uno mismo resulta extremadamente pobre e inhumano. Sino de un modo abierto, solidario, disponible a la escucha de los “sabios” en humanidad, en alegría, en justicia, enexperiencias buenas, en ideas verdaderas.
Necesitamos rescatar tiempo para abordar temas esenciales: el origen de la vida, el horizonte que se abre tras la muerte, la dignidad de cada hombre o mujer: nacido o no nacido, rico o pobre, con títulos o sin ellos. Necesitamos invertir la mejor parte de las energías interiores en ese asunto que desde que el hombre es hombre ha preocupado a millones de habitantes de nuestro planeta: ¿qué lugar, qué papel desempeña Dios en el sucederse de los hechos y en las expectativas de los corazones
El día empieza. Lo susurra o lo grita un despertador inflexible, o un pájaro que picotea en la ventana. Mil “necesidades” intentarán ocupar nuestros minutos e inquietar el alma hasta impedir que la mirada atisbe lo esencial, lo importante, lo que nunca acaba.

Si ponemos orden en la agenda interna, si dejamos de ser esclavos de mensajes que nos aturden y oprimen, lograremos abrir espacios para lo que nunca pasa, para lo realmente importante, para lo que más necesitamos: el maravilloso e infinito Amor que viene de un Dios que nos conoce y nos espera en un Reino que dura eternamente.
P. Fernando Pascual

jueves, 24 de noviembre de 2011

LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS

La Iglesia es "comunión de los santos": esta expresión designa primeramente las "cosas santas" (sancta), y ante todo la Eucaristía, "que significa y al mismo tiempo realiza la unidad de los creyentes, que forman un solo cuerpo en Cristo" (LG 3).

Este término designa también la comunión entre las "personas santas" (sancti) en Cristo que ha "muerto por todos", de modo que lo que cada uno hace o sufre en y por Cristo da fruto para todos.

"Creemos en la comunión de todos los fieles cristianos, es decir, de los que peregrinan en la tierra, de los que se purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza celeste, y que todos se unen en una sola Iglesia; y creemos igualmente que en esa comunión está a nuestra disposición el amor misericordioso de Dios y de sus santos, que siempre ofrecen oídos atentos a nuestras oraciones" (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 30).

«No lloréis, os seré más útil después de mi muerte y os ayudaré más eficazmente que durante mi vida» (Santo Domingo, moribundo, a sus frailes: Relatio iuridica 4; cf. Jordán de Sajonia, Vita 4, 69). 


Pasaré mi cielo haciendo el bien sobre la tierra (Santa Teresa del Niño Jesús, verba).

Del Catecismo de la Iglesia Católica

SEÑOR DE LA JUSTA CERCANÍA.

Cualquier segundo es una puerta
para entrar a tiempo.
Todo centimetro es una tierra
que lleva tu huella.
Cada color y cada aroma
me hacen sentir tu fantasia
jugando hacia el infinito.
En cada mirada se asoma
la intimidad de tu misterio.
Todo golpe de azada
cae sobre la tierra
con certeza de cosecha.
Cada canto verdadero
trae hasta mi corazón
el rumor de la fiesta
que ya empezó eterna
al final de mi camino.

 
Señor, no puedes perderte en una clandestinidad absoluta:
yo me moriría en tu ausencia.
Ni puedes revelarte en toda tu grandeza :
yo quedaría absorbido
en el resplandor de tu gloria.


Tú eres el Señor de la justa cercania,
del sacramento necesario
que nos permite irnos haciendo , sin tanto frio y noche
que quede crudo nuestro barro ,
ni tanto sol y medio dia
que tu fuego nos calcine .
ISABEL
Del libro Salmos para " sentir y gustar internamente " .

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.

Acordémonos de esta viuda que, preocupada por los pobres, se olvida de sí misma hasta el punto de dar todo lo que le quedaba para vivir, pensando sólo en la vida futura, tal como lo atestigua el mismo Señor. Los demás habían dado lo que les sobraba, pero ella, quizás más pobre que muchos pobres- puesto que toda su fortuna quedaba reducida a dos monedas-, en su corazón era más rica que todos los ricos.

Sólo dirigía su mirada hacia las riquezas de la recompensa eterna; deseosa de los tesores celestiales, renunció a todo lo que poseía como a bienes que proceden de la tierra y que a la tierra regresan. Dio lo que tenía para alcanzar lo que no veía. Dio bienes perecederos para obtener bienes inmortales.
Esta pobre mujer no se olvidó de los bienes previstos y dispuestos por el Señor para obtener la recompensa futura. Por eso, el Señor tampoco se olvidó de ella, y el juez de este mundo pronunció por adelantado su sentencia: elogia a aquella que coronará en el día del juicio.
San Paulino de Nola (sacado del Magnificat)

lunes, 21 de noviembre de 2011

NUESTRO ÚLTIMO EXAMEN

Entonces dirá el rey a los de su derecha:


"Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme."

Entonces los justos le contestarán:
"Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte

Y el rey les dirá
"Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis."
Y entonces dirá a los de su izquierda
"Apartaos de mi, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.
Entonces también éstos contestarán:
"Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistirnos?"
 él replicará
"Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo."
Algunas personas hemos hecho muchos exámenes en nuestra vida, otros no tantos, pero esos exámenes no tenían tanta importancia como el examen que nos falta a todos los que todavía disfrutamos de vivir. Nos falta el único examen que importa de verdad, nos falta el último examen: NOS TENEMOS QUE EXAMINAR DEL AMOR.
Al final de nuestra vida, a todos, de todas la naciones, de todas culturas, de todas ideologías, nos van a preguntar si hemos amado a los demás, si hemos ayudado a los que nos necesitaban, si hemos consolado a los tristes y hemos visitado a los enfermos.
Si hemos visto a Cristo en los demás, sobre todo si lo hemos visto en los más necesitados, no solo de cosas materiales, sino también necesitados de amor y compañía.

Pidamos al Señor que nos ayude a librarnos de nuestro egoísmo y amemos a los demás como él nos ama.
JME

sábado, 19 de noviembre de 2011

EL PECADO

En algunos lugares es fácil encontrar a católicos que han perdido la idea del pecado. De ahí se deriva la desafección hacia el sacramento de la confesión y, en no pocos lugares, la costumbre de comulgar sin ninguna inquietud acerca de si uno posee o no posee las disposiciones suficientes para participar en la Mesa del Señor. Otros llevan la pérdida del sentido del pecado mucho más lejos: dejan de comulgar, se alejan poco a poco de una Iglesia que “no les sirve”, apagan en su interior todo anhelo detranscendencia al dejarse invadir por las preocupaciones del mundo.

A través de la catequesis de adultos, de lasdiversas actividades pastorales de la parroquia, de la predicación dominical, se hace urgente un esfuerzo por superar este tipo de interpretaciones equivocadas e insuficientes.
Para descubrir lo que es el pecado necesitamos reconocer que nuestra vida está íntimamente relacionada con Dios, que existimos como seres humanos desde un proyecto de amor maravilloso. Es entonces cuando nos damos cuenta de que Dios llama a cada uno de sus hijos a una vida feliz y plena en el servicio a los hermanos, y que nos pide, para ello, que vivamos los mandamientos.

Porque existe Dios, porque tiene un plan sobre nosotros, entonces sí que podemos comprender qué es el pecado, qué enorme tragedia se produce cada vez que optamos por seguir nuestros caprichos: nos apartamos del camino del amor.

Es triste haber cometido tantas faltas, haberle fallado a Dios, haber herido al prójimo. Es doloroso reconocer que hemos incumplido buenos propósitos, que hemos cedido a la sensualidad o a la soberbia, que hemos preferido el egoísmo a la justicia, que hemos buscado mil veces la propia satisfacción y no la sana alegría de quienes viven a nuestro lado. Pero la mirada puesta en Cristo, el descubrimiento de la Redención, debería sacarnos de nosotros mismos, debería llevarnos a la confianza: la misericordia es mucho más fuerte que el pecado, el perdón es la palabra decisiva de lahistoria humana, de mi vida concreta y llena de heridas.

Al mismo tiempo, si al mirar a Dios reconocemos que existe el pecado, también podemos descubrir que existe El misterio de la Cruz, de la misericordia, está presente en el sacramento de la Penitencia. Pero, de modo especial, en la Eucaristía. Allí no sólo recordamos, sino que participamos nuevamente en la entrega del Hijo al Padre, en la donación del Amor más grande, que por salvar al esclavo no dudó en entregar al Hijo, como recordamos en el solemne pregón que se canta en la Vigilia Pascual.
Con los ojos puestos en el Crucificado, que también es el Resucitado, podemos descubrir la maldad del pecado y la fuerza de la misericordia. Desde el abrazo profundo de Dios Padre nace en los corazones la fuerza queacerca al sacramento de la confesión, el arrepentimiento profundo que aparta del mal camino, la gratitud que lleva a amar mucho, porque mucho se nos ha perdonado (cf. Lc 7,37-50). Son verdades que los mismos sacerdotes necesitamos vivir en lo más profundo de nuestra alma, son verdades que necesitamos transmitir como una experiencia maravillosa a la que todos están invitados.l perdón, la misericordia,especialmente a la luz del misterio de Cristo.

P. Fernando Pascual

martes, 15 de noviembre de 2011

¡Señor, yo creo en ti, pero aumenta mi fe!

"Sucedió que, al acercarse él a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna; al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello. Le informaron que pasaba Jesús el Nazareno y empezó a gritar, diciendo: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!» Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó: «¿Qué quieres que te haga?» El dijo: «¡Señor, que vea!» Jesús le dijo: «Ve. Tu fe te ha salvado». Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios."


El ciego de Jeericó nos da una enseñanza clara, hay que tener mucha fe. Nosotros solemos pedir cosas al Señor, pero como no nos las concede o tarda más de lo que pensamos, nos desanimamos enseguida.

El ciego gritaba y gritaba, estaba seguro de que el Señor le iba a curar, ¿estamos nosotros tan seguros? ¿O necesitamos que Jesús nos aumente la fe?

A veces Dios puede tardar tanto en concedernos nuestras peticiones, quizás porque no nos conviene, que nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, como dice San Pablo. Y otras veces porque no lo pedimos con suficiente fe, nuestro Padre está esperando que acudamos a Él con amor y mucha fe.

"Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre".

También nos damos cuenta que el ciego después de curado sigue alabando a Dios, esto también debe se una gran enseñanza para nosotros.

¡Señor, yo creo en ti, pero aumenta mi fe!

MEMM

sábado, 12 de noviembre de 2011

LA CRUZ

No es posible prescindir de la cruz de la vida ; pero no nos engañemos en imaginar cruces raras ; la cruz toma la forma de mil circustancias diarias en nuestra vida .

El cumplimiento de nuestros múltipres deberes suele ser cruz que gravita sobre nuestros hombros ; la fiel ejecucion de nuestras obligaciones familiares ; profesionales o ciudadanas ; la práctica sincera del amor a todos , aun a los que no nos resultan simpáticos , la puesta al servicio de los demás aun a costa de nuestra propia incomodidad , para que los demás esten y se sientan cómodos ; la aceptación de las cosas molestas que nosotros no buscamos , pero que nos vinieron solas , sin saber de donde ni por que ; todo eso constituye frecuentemente una cruz pesada , o no , pero al fin una cruz .

Feliz aquel que sufre y sabe para qué sufre ; feliz quien sufre para que los otros sufran menos . La verdadera cruz cristiana tiene como trazo vertical la tensión hacia el cielo y como trazo horizontal el esfuerzo continuo por mejorar la tirra .

Triste es sufrir ; mucho maás triste es no saber sufrir ; el cristiano conoce que debe sufrir con Cristo y por aquellos que fueron redimidos por Cristo . Del libro los cinco minutos de DIOS .
 
ISABEL

miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL NÚMERO 7 EN LA BIBLIA

El número 7 tiene el simbolismo más conocido de todos.


El numero 7, representa la Divinidad, lo completo y perfecto. Es el número que para los judíos les significaba lo sagrado de Dios.

Pedro pregunto ¿Hasta siete? Porque era el número de la perfección(Mat. 18:21).

Este número es el que describe el orden en la vida del hombre en todas sus acciones porque toma en cuenta a Dios. La creación fue terminada en Siete días. (Gen. 2:2)

El siete era usado para referirse al séptimo día conocido como el día de reposo (Exo. 20:8)

Siete días duraba la fiesta de la pascua (Exo. 12:15); Siete semanas era el periodo largo para las fiesta conocida como “la fiesta de las semanas” (Lev. 23:15)

La Palabra de Dios es descrita como plata refinada en horno de tierra, purificada por fuego “siete veces” (Salmos 12:6)

Muchos de los ritos para la purificación tenían que hacerse siete veces (Lev 14, 15, 25)

Naamán el sirio tenía que lavarse en el río Jordán siete veces para quedar libre de lepra. (2 Reyes 5:10)

Son siete las virtudes del Espíritu Santo que el profeta Isaías usa para referirse al Espíritu de Dios que iba a estar en Jesús. (Isa. 11:2-3)

Los judíos daban especial atención a las profecías de Daniel respecto a las “setenta semanas” (Dan. 9:24)

El apóstol Juan, escribió a siete iglesias en Asia (Apo. 1:12) Y en uno de sus mensajes, se refirió a Cristo como quien tiene en su mano las siete iglesias para dar confianza y animo a la iglesia misma en medio de gran tribulación. (Apo. 1:16)

En esta tribulación que la iglesia atravesaba en el primer siglo, son siete los ángeles que pronuncian juicio contra los enemigos de Cristo y de la iglesia por medio de siete trompetas (Apo. 8:2)

El Apocalipsis es el que más lo emplea: 54 veces para describir simbólicamente las realidades divinas: las 7 Iglesia del Asia, los 7 espíritus del trono de Dios, las 7 trompetas, los 7 candeleros, los 7 cuernos, etc.

La tradición cristiana continuó este simbolismo del 7, y por eso fijó en 7 los sacramentos, los dones del Espíritu Santo, las virtudes.

CRISTIANOS DEL SIGLO XXI

Ya los primeros cristianos vivían preocupados, mejor aún muy preocupados por la segunda venida al fin de los tiempos, pero San Pablo sale el encuentro de la dificultad, y los invitaba  con fuertes  palabras a dejar ya de ser los cristianos sumidos ciertamente en la esperanza pero al mismo tiempo en la inactividad: “A ustedes hermanos, ese día (el día de la aparición gloriosa de Cristo) no los tomará  por sorpresa, como unladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y de las tinieblas.

Hoy tendríamos queescuchar la voz del Papa Benedicto XVI en la convocación para el Año de la fe: “Habrá que intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo. Tendremos la oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo; en nuestras casas y con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre. En este Año, las comunidades religiosas, así como las parroquiales, y todas las realidades eclesiales antiguas y nuevas, encontrarán la manera de profesar públicamente el Credo”.

Esa es entonces la ilusión, que los cristianos de hoy,vivamos en profundidad  nuestra fe, pero no en la penumbra de nuestros templos sino iluminando este mundo en el que nos desarrollamos y en el que nos ha tocado vivir para que la luz de Cristo resplandezca verdaderamente haciéndolo brillar en su Resurrección, después de haber pasado nosotros mismos por el camino de la cruz, de la entrega y de la fidelidad.  Esto es precisamente  lo que Cristo nos anuncia con la parábola del amo que al irse de viaje a un país lejano, quiso dejar a sus tres servidores una fortuna para que la trabajaran hasta su regreso. Dos de ellos, según su capacidad, doblaron la cantidad, pero un tercero, temeroso, tímido quizá o a lo mejor hasta flojo, fue y escondió el dinero bajo tierra, hasta que volviera el patrón. Y su castigo fue ejemplar, pues no fue capaz ni siquiera de meter el dinero al banco para que hubiera producido sus intereses.  

No escatimemos pues nuestro esfuerzopara que nuestra fe ilumine los hogares con un amor que se vea y se sienta entre dos esposos que se aman, en el trabajo con un trato de persona a persona donde cada uno mire con responsabilidad por la empresa de la que todos comen, y en nuestra relación con los demás, como una comunidad de hermanos que caminan no hacia el  final de esta vida, sino al encuentro con la paz, la alegría y el verdadero descanso eterno.
P. Alberto Ramírez Mozqueda

domingo, 6 de noviembre de 2011

Nuestros difuntos

El día 2  rezamos por los difuntos que están en el purgatorio. Los que han ido al cielo son santos y no necesitan oración.  Pero como no sabemos con seguridad si un difunto está en el purgatorio (a no ser que la Iglesia lo haya declarado santo en cuyo caso está en el cielo), es bueno rezar por todos los difuntos.

Intercedemos por todos los difuntos, en especial nuestros familiares y conocidos, para que pronto se encuentren con el Señor en el cielo.
Aunque es doloroso perder a un ser querido, hasta Jesús lloró cuando se enteró de la muerte de Lázaro, debemos pensar que van a ver o ya están viendo a Dios cara a cara. Y los cristianos no podemos pensar en otra felicidad mayor.

El  apóstol san Pablo en su primera carta a los Tesalonicenses 4, 13-18, nos dijo

"Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza.
Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él."

 Santo Tomás:
 Rezar por los difuntos es la mayor obra de misericordia, aún más que rezar por los vivos, ya que éstos pueden valerse por sí mismos.

martes, 1 de noviembre de 2011

SER SANTOS, POR BENEDICTO XVI

Durante todo el año celebramos la fiesta de muchos santos famosos. Pero la Iglesia ha querido recordar que en el cielo hay innumerables santos que no cabrían en el calendario. Por eso nos regala esta solemne fiesta de Todos los Santos que abarca a todos nuestros hermanos que ya están en el cielo. Multitudes de santos desconocidos por nosotros pero amadísimos de Dios. Entre ellos pueden haber familiares nuestros, amigos, vecinos...

La fiesta de Todos los Santos no es solo para recordar sino también una llamada a que vivamos todos nuestra vocación a la santidad, cada uno según su propio estado de vida (como solteros, casados, viudos, consagrados, etc.).

Dios nos creó para que seamos santos. Según Benedicto XVI, "El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado del prójimo".

El cristiano, «ya es santo, pues el Bautismo le une a Jesús y a su misterio pascual, pero al mismo tiempo tiene que llegar a ser santo, conformándose con Él cada vez más íntimamente».

«A veces se piensa que la santidad es un privilegio reservado a unos pocos elegidos. En realidad, ¡llegar a ser santo es la tarea de cada cristiano, es más, podríamos decir, de cada hombre!».

«Todos los seres humanos están llamados a la santidad que, en última instancia, consiste en vivir como hijos de Dios, en esa “semejanza” a Él, según la cual, han sido creados»

«todos los seres humanos son hijos de Dios, y todos tienen que llegar a ser lo que son, a través del camino exigente de la libertad».

«Dios les invita a todos a formar parte de su pueblo santo. El “Camino” es Cristo, el Hijo, el Santo de Dios: nadie puede llegar al Padre si no por Él»,
Benedicto XVI

sábado, 29 de octubre de 2011

HIMNO AL SEÑOR

Buenos días, Señor, a ti el primero
encuentra la mirada
del corazón, apenas nace el día:
Tú eres la luz y el sol de mi jornada.

Buenos días, Señor, contigo quiero
andar por la vereda:
Tú, mi camino, mi verdad, mi vida;
Tú, la esperanza firme que me queda.

Buenos días, Señor, a ti te busco,
levanto a ti las manos
y el corazón, al despertar la aurora:
quiero encontrarte siempre en mis hermanos.

Buenos días, Señor resucitado,
que traes la alegría
al corazón que va por tus caminos
¡vencedor de tu muerte y de la mía! Amén

Magnificat