El día 2 rezamos por los difuntos que están en el purgatorio. Los que han ido al cielo son santos y no necesitan oración. Pero como no sabemos con seguridad si un difunto está en el purgatorio (a no ser que la Iglesia lo haya declarado santo en cuyo caso está en el cielo), es bueno rezar por todos los difuntos.
Intercedemos por todos los difuntos, en especial nuestros familiares y conocidos, para que pronto se encuentren con el Señor en el cielo.
Aunque es doloroso perder a un ser querido, hasta Jesús lloró cuando se enteró de la muerte de Lázaro, debemos pensar que van a ver o ya están viendo a Dios cara a cara. Y los cristianos no podemos pensar en otra felicidad mayor.
El apóstol san Pablo en su primera carta a los Tesalonicenses 4, 13-18, nos dijo
"Hermanos, no queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza.
Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él."
Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él."
Santo Tomás:
Rezar por los difuntos es la mayor obra de misericordia, aún más que rezar por los vivos, ya que éstos pueden valerse por sí mismos.