Señor mío y Dios mío, hoy me he sentido abrazado por Ti.
Ya sé que siempre estás a mi lado, que siempre me acompañas,
cuando estoy alegre y cuando estoy triste.
Sé, que cuando la tristeza me invade y no puedo parar de
llorar, Tú no me dejas de tu lado, pero estoy tan ciego, que no te siento, soy
tan egoísta, que solo pienso en mis problemas y no te reconozco a mi lado.
Pero hoy, orando, mirándote en tu Cruz, contándote mis
problemas, dándote gracias por todo lo bueno que me has dado.
Dándote gracias también, porque para salvarme, naciste y moriste en una
cruz. Me he imaginado el dolor de tu sacrificio, un dolor no suficientemente agradecido y he
querido consolarte.Y entonces ,me he
sentido abrazado por Ti , he sentido unos brazos amorosos que me sostenían y yo
descansaba en esos brazos, todo dolor,
toda soledad ha desaparecido y una paz inmensa ha llenado mi alma y mi
cuerpo.
Gracias Señor, gracias, porque tu abrazo me ha devuelto la
esperanza, me ha devuelto la alegría y ha aumentado mi amor por ti.
H. de Carmen