domingo, 7 de mayo de 2017

Nueva relación con Jesús


En las comunidades cristianas necesitamos vivir una experiencia nueva de Jesús reavivando nuestra relación con él. Ponerlo decididamente en el centro de nuestra vida. Pasar de un Jesús confesado de manera rutinaria a un Jesús acogido vitalmente. El evangelio de Juan hace algunas sugerencias importantes al hablar de la relación de las ovejas con su pastor.
Lo primero es «escuchar su voz» en toda su frescura y originalidad. No confundirla con el respeto a las tradiciones ni con la novedad de las modas. No dejarnos distraer ni aturdir por otras voces extrañas que, aunque se escuchen en el interior de la Iglesia, no comunican su Buena Noticia.
Es importante, además, sentirnos llamados por Jesús «por nuestro nombre». Dejarnos atraer por él. Descubrir poco a poco, y cada vez con más alegría, que nadie responde como él a nuestras preguntas más decisivas, nuestros anhelos más profundos y nuestras necesidades últimas.
Es decisivo «seguir» a Jesús. La fe cristiana no consiste en creer cosas sobre Jesús, sino en creerle a él: vivir confiando en su persona; inspirarnos en su estilo de vida para orientar nuestra propia existencia con lucidez y responsabilidad.
Es vital caminar teniendo a Jesús «delante de nosotros». No hacer el recorrido de nuestra vida en solitario. Experimentar en algún momento, aunque sea de manera torpe, que es posible vivir la vida desde su raíz: desde ese Dios que se nos ofrece en Jesús, más humano, más amigo, más cercano y salvador que todas nuestras teorías.
Esta relación viva con Jesús no nace en nosotros de manera automática. Se va despertando en nuestro interior de forma frágil y humilde. Al comienzo es casi solo un deseo. Por lo general crece rodeada de dudas, interrogantes y resistencias. Pero, no sé cómo, llega un momento en el que el contacto con Jesús empieza a marcar decisivamente nuestra vida.
Estoy convencido de que el futuro de la fe entre nosotros se está decidiendo, en buena parte, en la conciencia de quienes en estos momentos nos sentimos cristianos. Ahora mismo la fe se está reavivando o se está extinguiendo en nuestras parroquias y comunidades, en el corazón de los sacerdotes y fieles que las formamos.
La increencia empieza a penetrar en nosotros desde el mismo momento en que nuestra relación con Jesús pierde fuerza o queda adormecida por la rutina, la indiferencia y la despreocupación. Por eso, el papa Francisco ha reconocido que «necesitamos crear espacios motivadores y sanadores [...] lugares donde regenerar la fe en Jesús». Hemos de escuchar su llamada.
4 Pascua - A
(Juan 10,1-10)

07 de mayo 2017
José Antonio Pagola

Fátima: “más que un viaje apostólico será una peregrinación”


“Más que un viaje apostólico será una peregrinación”. Esta observación la hizo el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, Greg Burke, este viernes por la mañana durante una rueda de prensa en la que explicó el viaje del papa al santuario de Fátima el próximo viernes 12 y sábado 13 de mayo, con motivo del centenario de las apariciones. “Este será el 19º viaje apostólico y 28º país visitado”, añadió el portavoz.
Al final de la rueda de prensa participaron también la directora de Comunicación del Santuario de Fátima, Carmo Rodeia, y el sacerdote Nuno Rosário Fernandes, director del Departamento de Comunicación del Patriarcado de Lisboa.
Burke precisó que es la primera vez que el Santo Padre visita Portugal, si bien ya hizo una escala en el país sin salir del aeropuerto. Durante los dos días de la visita, el Papa hará cuatro alocuciones, todas ellas en idioma portugués.
Este viaje coincide además con el de Pablo VI hizo a Fátima 50 años atrás. Y de los predecesores del actual pontífice, Benedicto XVI y Juan Pablo II, quienes visitaron el país tres veces. Greg recordó también que fue un 13 de mayo, en 1981, cuando san Juan Pablo II sufrió el atentado por manos de Ali Agca, del cual el Papa atribuyó haberse salvado por la intercesión de Nuestra Señora de Fátima.
Recordó que el papa Francisco ha sido invitado por el presidente de Portugal y por los obispos. “Es una visita muy natural”, de hecho el papa Francisco va a Fátima con motivo del centenario de las apariciones marianas, pero al mismo tiempo “nada se puede dar por descontado, porque en el aniversario la vista del Papa es un don”. Además porque es una peregrinación mariana en el mes de mayo, mes de María.
Señaló que en santuario estará también el sacerdote más anciano de Portugal, con 104 años, o sea en vida en al época de las apariciones.
Un evento importante es que canonizará a dos de los tres pastorcitos, Francisco y Jacinta, videntes junto a Lucía de las apariciones de María en Fátima, en Portugal, un país donde el 80 por ciento son cristianos, mayoritariamente católicos.
Precisó que acompañarán en el viaje al Papa, además del cardenal Pietro Parolín, el sustituto de la Secretaría de Estado, Angelo Becciu, y los cardenales portugueses Josè Saraiva Martins y Manuel Monteiro de Castro, respectivamente prefecto emérito de la Congregación para las causas de los Santos y el peniteciario mayor emérito.
El sacerdote Nuno Rosário Fernandes, director del Departamento de Comunicación del Patriarcado de Lisboa, por su parte señaló que se espera la llegada de aproximadamente un millón de peregrinos, de los cuales 400 mil entran en la explanada del Santuario.
Sobre el proceso de canonización de la hermana Lucía, recordó que concluyó la fase diocesana y que la documentación ahora está en Roma para proseguir las fases sucesivas.
El huso horario de Portugal es de una hora menos que en Roma, y una más del Gtm.
ZENIT

IV Domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor Jesucristo como puerta y pastor



Desde el libro del Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento, la imagen del pastor que conduce el rebaño se encuentra fuertemente arraigada en la Sagrada Escritura. La cultura israelita estaba dominada por una sociedad de pastores. Por eso no será extraño escuchar a lo largo de la Biblia alusiones constantes hacia este oficio. Por una parte, el pastor es el jefe que guía el rebaño. Es un hombre fuerte, capaz de defender a las ovejas contra las fieras. Pero al mismo tiempo se preocupa cuidadosamente por el estado de su rebaño. Se adapta a su situación y, si es oportuno, lleva a las ovejas en sus brazos. Su autoridad se fundamenta, por lo tanto, en el conocimiento, en la entrega y en el amor a su rebaño. Este es el motivo por el cual en el Antiguo Oriente los reyes eran considerados como los pastores de un gran rebaño, al que habían de cuidar. Esta imagen será asumida por la Escritura para describir la relación de Israel con Dios o del pueblo de Dios con Cristo o sus enviados.
Una relación de conocimiento y amor
San Juan considera la Iglesia bajo el cayado de Jesucristo, el único pastor. El evangelista parte de que nadie puede querer lo que no conoce. Para que exista amor verdadero, ha de haber un conocimiento previo. El Evangelio que nos ofrece la liturgia de este Domingo del Buen Pastor trata de describir los rasgos más significativos de la relación entre Cristo-Pastor y su rebaño. La relación es tan profunda que es difícil de romper. Y el fundamento de este vínculo es el conocimiento recíproco y el amor. Y este conocimiento y amor mutuo es capaz de crear una nueva existencia en el hombre. Si se mantiene la relación, se nos garantiza la vida: «He venido para que tengan vida y la tengan abundante», concluye el pasaje de san Juan.
La actitud del rebaño hacia Cristo, el Pastor, es descrita mediante dos verbos: escuchar y seguir. Para seguir al Señor es necesario escuchar su Palabra, para poder alimentar la fe y posibilitar que esta aumente día tras día. Si estamos atentos a la voz del Señor, podemos valorar nuestro obrar, de manera que se adecúe a la voluntad del Señor. A partir de la escucha, podemos seguir al Señor. Pensemos en los discípulos que vivían con el Señor. Para iniciar el camino junto a Jesús tuvieron que escucharlo. Solo a partir de ahí comenzaban un itinerario de vida junto a él.
Pasar por la puerta: el Bautismo y la vida cristiana
Jesús se presenta a sí mismo como el único mediador. Así lo explicita cuando afirma: «Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos». El Señor nos dice que para llegar a conocer a Dios es necesario pasar por Él, que es su hijo y el verdadero pastor del rebaño. Para los cristianos, la puerta se nos abre en el momento del Bautismo. Por eso es útil poner en relación el pasaje evangélico con la primera lectura de hoy, tomada de los Hechos de los Apóstoles. Cuando, tras el anuncio de la resurrección, los judíos preguntan a los apóstoles qué han de hacer, Pedro contesta: «Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús». El Bautismo se presenta como el modo esencial de pasar por la puerta. A partir de ahí, toda la vida del cristiano ha de ser una respuesta al sacramento que ha recibido. Por eso, Cristo es también referencia para la moral cristiana. No vivimos un comportamiento o una moral cristiana sin más, sino porque estamos respondiendo a un don recibido previamente: el de haber sido conocidos y amados por el verdadero y único pastor del rebaño. Si Jesucristo es modelo de vida para nosotros, el seguimiento a su persona consiste en hacer cuanto él hizo.
Daniel A. Escobar Portillo
Delegado episcopal de Liturgia adjunto de Madrid

«La Iglesia debe acercarse a la familia tal y como está»

«Acercarse a las familias como estén» y «salir a los caminos» para encontrarse con tanta gente que necesita ser escuchada son las dos recomendaciones que el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, propuso a los asistentes a la segunda edición de Conversciones PPC –organizadas por la editorial PPC junto con el Instituto Superior de Pastoral–, que en esta ocasión abordó la exhortación apostólica Amoris laetitia y los desafíos pastorales para la Iglesia de hoy.
Un encuentro, continuó el purpurado, que no debe hacerse con «exposiciones impositivas», sino con «exposiciones que hagan posible lo que hizo Jesús en el camino de Emaús: se acercó a aquellos que no le reconocían, pero que sintieron el gozo inmenso de la presencia de alguien que les hacía sentirse a gusto por las cosas que decía».
El cardenal Osoro recordó que el modo de afrontar hoy la situación de la familia es «la pasión de amar a pesar de todo» y citó las palabras del Papa Francisco en su reciente viaje a Egipto, cuando dijo que «el único extremo permitido es la caridad». «Hay que llevar al límite las exigencias del amor», concluyó.
Antes, el director de PPC España, Pedro Miguel García Fraile incidió en que la exhortación Amoris laetitia «es un documento que ha sacudido conciencias y ha recuperado la belleza de la familia». Y añadió: «Amoris laetitia es el gran texto moral que se esperaba desde el Concilio Vaticano II».

El desarrollo de las conversaciones comenzó con el sociólogo y director del Instituto de la Familia de la Universidad Pontificia Comillas, Fernando Vidal, que abordó las propuestas de la exhortación, que definió como «un libro de sabiduría sobre la vida real», pues cuando se lee «habla de cuestiones concretas». E insistió: «La aegría del Amor no va de teorías, va de la vida real».
Destacó del mismo modo virtudes de la institución familia, como la única que se resiste al consumismo y al utilitarismo y también sus problemas, que, en su opinión, «no tienen que ver con los derechos, sino con las heridas». Durante su intervención, Fernando Vidal también recalcó la importancia de que las parroquias sean más familias, «como un lugar de familia».
Tras Vidal, tomó la palabra Pepa Torres, de la Red Interlavapiés y colaboradora de Alfa y Omega, que abordó la cuestión de las mujeres, la pobreza y la familia a la luz de la exhortación papal. «Puso la lupa» sobre realidades de frontera como la de las familias monoparentales, la de la violencia contra la mujer o la de los feminismos y la ideología de género. La jornada se completa, por la tarde, con una mesa redonda y con la intervención del teólogo Marciano Vidal sobre Amoris laetitia: hacia un nuevo paradigma eclesial de matrimonio, con particular atención a las situaciones especiales.
Fran Otero / Fotos: PPC

COMENTARIO AL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN POR EL PAPA FRANCISCO:


... Contemplando esta página del Evangelio, podemos comprender el tipo de relación que Jesús tenía con sus discípulos: una relación basada en la ternura, en el amor, en el conocimiento recíproco y en la promesa de un don inconmensurable: «Yo he venido —dice Jesús— para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn 10, 10). Tal relación es el modelo de las relaciones entre los cristianos y de las relaciones humanas.

También hoy, como en tiempos de Jesús, muchos se proponen como «pastores» de nuestras existencias; pero sólo el Resucitado es el verdadero Pastor que nos da la vida en abundancia. Invito a todos a tener confianza en el Señor que nos guía. Pero no sólo nos guía: nos acompaña, camina con nosotros. Escuchemos su Palabra con mente y corazón abiertos, para alimentar nuestra fe, iluminar nuestra conciencia y seguir las enseñanzas del Evangelio.

En este domingo recemos por los pastores de la Iglesia, por todos los obispos, incluido el obispo de Roma, por todos los sacerdotes, por todos... Que el Señor nos ayude a nosotros, pastores, a ser siempre fieles al Maestro y guías sabios e iluminados del pueblo de Dios confiado a nosotros. 

También a vosotros, por favor, os pido que nos ayudéis: ayudarnos a ser buenos pastores. Una vez leí algo bellísimo sobre cómo el pueblo de Dios ayuda a los obispos y a los sacerdotes a ser buenos pastores. Es un escrito de san Cesáreo de Arlés, un Padre de los primeros siglos de la Iglesia. Explicaba cómo el pueblo de Dios debe ayudar al pastor, y ponía este ejemplo: cuando el ternerillo tiene hambre va donde la vaca, a su madre, para tomar la leche. Pero la vaca no se la da enseguida: parece que la conserva para ella. ¿Y qué hace el ternerillo? Llama con la nariz a la ubre de la vaca, para que salga la leche. 

¡Qué hermosa imagen! «Así vosotros —dice este santo— debéis ser con los pastores: llamar siempre a su puerta, a su corazón, para que os den la leche de la doctrina, la leche de la gracia, la leche de la guía». 

Y os pido, por favor, que importunéis a los pastores, que molestéis a los pastores, a todos nosotros pastores, para que os demos la leche de la gracia, de la doctrina y de la guía. ¡Importunar! Pensad en esa hermosa imagen del ternerillo, cómo importuna a su mamá para que le dé de comer.

A imitación de Jesús, todo pastor «a veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo —el pastor debe ir a veces adelante—, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados». ¡Ojalá que todos los pastores sean así! Pero vosotros importunad a los pastores, para que os den la guía de la doctrina y de la gracia.

(...) Recemos para que también en este tiempo muchos jóvenes oigan la voz del Señor, que siempre corre el riesgo de ser sofocada por otras muchas voces. Recemos por los jóvenes: quizá aquí... haya alguno que oye esta voz del Señor que lo llama al sacerdocio; recemos por él, si está aquí, y por todos los jóvenes que son llamados.



(Papa Francisco, Regina Coeli del 11 de mayo de 2014)

EVANGELIO DE HOY: JESÚS HA VENIDO PARA QUE TENGAMOS VIDA EN ABUNDANCIA





Lectura del santo evangelio según san Juan (10,1-10):

En aquel tiempo, dijo Jesús: 

«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. 

Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:

«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.

Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.

El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Palabra del Señor