lunes, 5 de septiembre de 2011

La corrección fraterna


Jesús nos dijo: «Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano."

Por tanto Jesús nos dice dos cosas importantes, que debemos ayudar a nuestros hermanos repredíendolos en el caso de que actúen mal y que debemos hacerlo a solas, en primer lugar.
Vamos a ver algunas citas de santos que nos ayuden a saber corregir a nuestros hermanos

 San Ambrosio

"Aprovecha más la corrección amiga que la acusación violenta; aquella inspira compunción y ésta incita la indignación". (Catena Aurea, volumen VI).

"Ni la corrección ha de ser tan rígida que desanime, ni ha de haber connivencia que facilite el pecar" (Catena Aurea, volumen VI, 266).

San Gregorio Magno

"Y ninguno diga: yo no sirvo para amonestar, no soy idóneo para exhortar. Haz lo que puedas, que no se te pida cuenta..." (Homilía 4 sobre los Evangelios).

"La reprensión, que hace mejorar a los humildes, suele parecer intolerable a los soberbios" (Catena Aurea, vol. VI)
San Agustín

"Si le dejas estar, peor eres tú; él ha cometido un pecado y con el pecado se ha herido a sí mismo; ¿no te importan las heridas de tu hermano? Le ves perecer o que ha perecido, ¿y te encoges de hombros? Peor eres tú callando que él faltando" (Sermón 82).

"Debemos pues, corregir por amor; no con deseos de hacer daño, sino con la cariñosa intención de lograr su enmienda... ¿Por qué le corriges? ¿Por qué te ha molestado ser ofendido por él? No lo quiera Dios. Si lo haces por amor propio, nada haces" (Sermón 82)

Recordad, hay que reprender a nuestros hermanos, si es necesario, pero siempre con amor y delicadeza.