lunes, 14 de marzo de 2016

Entidades de Iglesia lanzan una campaña de recogida de firmas contra el acuerdo UE-Turquía. "Tenemos 72 horas para actuar"

Bajo el lema "Tenemos 72 horas para actuar", las entidades de acción social de la Iglesia que trabajan con refugiados y migrantes -Cáritas, CONFER, el Sector Social de la Compañía de Jesús y Justicia y Paz- lanzan hoy una campaña viral derecogida de firmas para reclamar al Gobierno de España su oposición a ratificar, en la reunión del Consejo Europeo que se celebra los próximos 17 y 18 de marzo, el principio de acuerdo alcanzado la semana pasada entre la Unión Europea y Turquía para devolver a suelo turco a los refugiados y migrantes que llegan a territorio europeo a través de la Frontera Este.
Según el texto aprobado, por cada persona siria devuelta desde la UE a Turquía, se trasladaría a una persona siria desde este país a Europa, aunque el cuándo y el cómo de ese reasentamiento son cuestiones absolutamente inciertas. El resto de personas migrantes y refugiadas procedentes de otros países que lleguen a Grecia se devolverían a Turquía.
Para las entidades promotoras de la campaña, este plan supone llevar a cabo devoluciones colectivas y tratar a las personas que huyen de la guerra y de las migraciones forzadas como monedas de cambio. Además, vulnera los derechos humanos y el estado de derecho en Europa.
No se trata de una crisis de refugiados sino de una crisis de Europa, ya que lo que se pone en juego con la firma de este acuerdo son los valores y la identidad europea. Cabe señalar, además, que tanto España como Europa tienen los medios para ayudar a estas personas.
Por esa razón, se pide al Gobierno español hospitalidad en vez de hostilidad y se exige al Consejo de la Unión Europea la protección de migrantes y refugiados con derechos, y la adopción de políticas urgentes de acogida e integración, en vez de medidas que alientan el miedo y rechazo al otro.
Además, el acuerdo, que sería contrario al Derecho Internacional y al Derecho Comunitario, ha sido rechazado también por numerosas instituciones civiles y por la inmensa mayoría del Congreso.
Las organizaciones de Iglesia que trabajan con personas migrantes y refugiadas se suman al rechazo a este acuerdo. Para ello, a través de la recogida de firmas se pide al Gobierno español que no apoye la ratificación del mismo y que defienda:
- Mantener abiertas las fronteras externas de la Unión Europea para garantizar el acceso a las personas con necesidades de protección.
- Tramitar individualmente cada solicitud de asilo y sin discriminación por razón de nacionalidad, conforme a la normativa europea e internacional.
- La prohibición de devoluciones colectivas a Turquía o a cualquier otro país.
- La necesidad de solidaridad con los países europeos a donde están llegando la mayoría de los refugiados, así como con los países limítrofes a los conflictos, que albergan las cifras más elevadas de personas refugiadas.
- Establecer vías de acceso legal y seguro a Europa, y un sistema de distribución de la población refugiada en Europa que sea justo para los Estados y para las personas refugiadas.

- La necesidad de abordar las causas por las que tantas personas abandonan involuntariamente sus hogares por el miedo, la guerra o el hambre.

"Está sucediendo una masacre a las puertas de Europa, no podemos permanecer indiferentes". El padre Ángel denuncia que "algunos están haciendo un gran negocio con los refugiados"

El padre Ángel García, fundador de Mensajeros de la Paz, ha denunciado que "algunos están haciendo un gran negocio con los refugiados, y no son precisamente las mafias", en referencia al acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Turquía que permitirá devolver a territorio turco a todos los refugiados que han llegado a Europa desde las costas del Egeo.
En una entrevista concedida a Europa Press, el fundador de la ONG, premio Príncipe de Asturias de la Concordia, ha lamentado el acuerdo sobre refugiados, que incluye el desembolso a Ankara de 3.000 millones de euros.
"Los tratan como si fueran delincuentes, cuando son hombres que huyen de la guerra, y cientos de miles de niños y ancianos que solo piden una manta y un plato de comida", ha recalcado.
Según el padre Ángel, "es una vergüenza lo que está pasando, como ha dicho el Papa Francisco; y parece que lo que intentan los estados es echar al mar a estas personas, o levantar una gran cárcel" con millones de euros.
"Solo falta que les pinchen las barcas; incluso a algún parlamentario europeo le ha faltado poco para decir que lo mejor es que caigan al mar", ha reprochado el sacerdote, quien ha estado recientemente en Bruselas para abordar la crisis de refugiados con los responsables políticos.
En este sentido, ha criticado que los parlamentarios le pidieran que se dirija a los medios de comunicación "porque son los que más pueden hacer". "Yo me pregunto entonces qué papel juegan los políticos, y para qué han sido elegidos", ha remachado, no sin elogiar la labor de los medios de comunicación: "Cuando los políticos corrompen la información son los periodistas los que persiguen la verdad con sus cámaras y micrófonos, incluso recogiendo a los heridos, dejando a un lado las crónicas y fotografías".
Ángel García ha arremetido también contra el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy señalando que él mismo ha escuchado al presidente decir que no está de acuerdo con la política comunitaria "pero nadie mueve ficha". "Ahora resulta que España también va a poner millones de euros para expulsar a los refugiados a Turquía, todos intentan quitarse el mochuelo", ha aseverado.
A su juicio, parte de la solución a este drama humanitario pasa por el papel de algunas de las comunidades autónomas partidarias de "romper el silencio" y están dispuestas a acoger a los refugiados. "Vamos a ver qué pasa, está sucediendo una tragedia, una masacre a las puertas de Europa y no podemos permanecer indiferentes", ha concluido.

(RD/Ep)

"Ante los valles oscuros de nuestro tiempo, la única respuesta es confiar en Dios"

Francisco: "Esas cuatro hermanas asesinadas, ¡servían por amor, y fueron asesinadas por odio!"
"¿Por qué sufre un niño? No sé por qué, pero confío en Dios",afirma el Papa en Santa Marta
El transeunte muerto de frío en Roma, las hermanas de Madre Teresa asesinadas en Yemen, las personas que se enferman en la "Tierra de los fuegos". En la Misa matutina en Casa San ta Marta, el Papa Francisco recuerda algunos hechos dramáticos de los últimos tiempos. Ante estos "valles oscuros" de nuestro tiempo, afirma, la única respuesta es confiar en Dios. Incluso cuando no entendemos, como ante la enfermedad rara de un niño, dijo, confiémonos en las manos del Señor que nunca deja a su pueblo.
Susanna, una mujer justa, es "ensuciada" por el "mal deseo" de dos jueces, pero prefiere confiarse a Dios y elige morir inocente antes que hacer lo que querían estos hombres.
Francisco tomó pie de la primera lectura, tomada del libro de Daniel, para subrayar que, incluso cuando nos encontramos recorriendo un "valle oscuro", no debemos temer ningún mal.
Cuántos valles oscuros, ¿dónde estás, Señor?
El Señor, dijo el Papa, siempre camina con nosotros, nos quiere y no nos abandona. De aquí, Francisco volvió la mirada a tantos "valles oscuros" de nuestro tiempo.
"Cuando hoy miramos a tantos valles oscuros, tantas desgracias, tanta gente que muere de hambre, de guerra, tantos niños discapacitados, tantos ... tantos que ahora, tu preguntas a los padres: ‘¿Pero qué enfermedad tiene?' - ‘Nadie lo sabe: se llama enfermedad rara'. Es la que nosotros hacemos con nuestras cosas: pensemos en los tumores en la Tierra de los fuegos ... Cuando tu ves todo esto, pero ¿dónde está el Señor, dónde estás? ¿Tu caminas conmigo? Este era el sentimiento de Susana. También el nuestro. Tú ves a estas cuatro hermanas asesinadas: ¡servían por amor, y fueron asesinadas por odio! Cuando ves que se cierran las puertas a los prófugos y se les deja fuera, al aire, con el frío... Pero, Señor, ¿dónde estás Tu?".
¿Por qué sufre un niño? No sé por qué, pero confío en Dios
"¿Cómo puedo confiar en Ti - prosigue el Papa - si veo todas estas cosas? Y cuando las cosas me pasan a mi, cada uno de nosotros puede decir: ¿pero cómo me confío a Ti?". "A esta pregunta sólo hay una respuesta", dijo Francisco: "No se puede explicar, yo no soy capaz".
"¿Por qué sufre un niño? No lo sé: es un misterio, para mi. Sólo me da algo de luz- no a la mente, sino al alma - Jesús en el Getsemaní: ‘Padre, este cáliz no. Pero que se haga tu voluntad'. Se confía a la voluntad del Padre. Jesús sabe que no acaba todo, con la muerte o con la angustia, y la última palabra desde la Cruz: ‘¡Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu!', y muere así. Confiarse a Dios, que camina conmigo, que camina con mi pueblo, que camina con la Iglesia: esto es un acto de fe. Yo me confío. No lo sé: no sé por qué sucede esto, pero yo me confío. Tú sabrás por qué".
El mal no es definitivo, el Señor es siempre con nosotros

Y esta, dijo, "es la enseñanza de Jesús: al que se confía que es Pastor, nada le falta". Aunque camine por valle oscuro, añadió, "sabe que el mal es un mal del momento, pero el mal definitivo no existirá porque el Señor, ‘porque Tu estás conmigo. Tu vara y tu cayado me consuelan'". Esta, subrayó, "es una gracia" que debemos pedir: "Señor, enséñame a confiarme a Tus manos, a confiarme a Tu guía, incluso en los momentos malos, en los momentos oscuros, en el momento de la muerte".
"Nos hará bien, hoy, pensar en nuestra vida, en los problemas que tenemos, y pedir la gracia de confiarnos a las manos de Dios. Pensemos en tanta gente que ni siquiera tiene una última caricia en el momento de morir. Hace tres días murió uno aquí, en la calle, un sin techo: murió de frío. En plena Roma, una ciudad con todas las posibilidades para ayudar. ¿Por qué, Señor? Ni siquiera una caricia ... Pero yo me confío, porque Tu no me defraudas".

"Señor - concluyó - no te entiendo. Esta es una bella oración. Pero sin comprender, me confío a tus manos".

«EL MISTERIO DE NUESTRA VIVIFICACIÓN»



El bienaventurado Job, que es figura de la Iglesia, unas veces se expresa como el cuerpo, y otras veces como la cabeza, de manera que, mientras está hablando en nombre de los miembros, de repente se eleva hasta tomar las palabras de la cabeza. Por esto dice: Todo esto lo he sufrido aunque en mis manos no hay violencia y es sincera mi oración.

Sin que hubiera violencia en sus manos, tuvo que sufrir también aquel que no cometió pecado, ni encontraron engaño en su boca, a pesar de lo cual arrostró el dolor de la cruz por nuestra redención. Fue el único, entre todos los hombres, que pudo presentar a Dios súplicas inocentes, porque hasta en medio de los dolores de la pasión rogó por sus perseguidores, diciendo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. ¿Qué es lo que puede decirse o pensarse de más puro en una oración que alcanzar la misericordia para aquellos mismos de los que se está recibiendo el dolor? [...]

Fíjate también en lo que se añade después: No encierres mi demanda de justicia. Pues la misma sangre de la redención que se recibe es la demanda de justicia de nuestro Redentor. Por ello dice también Pablo: La aspersión de una sangre que habla mejor que la de Abel. De la sangre de Abel se había dicho: La sangre de tu hermano me está gritando desde la tierra. Pero la sangre de Jesús es más elocuente que la de Abel, porque la sangre de Abel pedía la muerte de su hermano fratricida, mientras que la sangre del Señor imploró la vida para sus perseguidores.

De los tratados Morales de san Gregorio Magno, papa, sobre el libro de Job

Francisco: tres años al estilo de Jesús. "Está allí por obra del Espíritu Santo"


"Espíritu, magisterio y liderazgo indiscutido a nivel mundial"
Esa tarde memorable (13/3/2013), varios cardenales electores comentaron después de que eligieran, sorpresivamente, a Jorge Mario Bergoglio como nuevo Papa de la Iglesia Católica: que "algo nuevo" estaba aconteciendo allí mismo en el corazón operativo del catolicismo mundial.
Ya han pasado tres años desde ese memorable día en que los cardenales pusieron sus ojos y esperanzas en un cardenal no desconocido, pero sí alejado del mundo curial vaticano que tiene sus propios códigos, tiempos y estructura no tan solo burocrática sino también compleja y desconocida para muchos, aun siendo cardenales que no viven en la santa sede.
Como todos sabemos, ese mismo día se produjo otra gran sorpresa, el cardenal Bergoglio anuncia que su nombre pontificio será ¡Francisco! De esta forma comienza una serie de signos, palabras y hechos que tienen al mundo conmocionado por el ambiente que ha ido creando Papa Francisco en estos tres intensos años de espíritu, magisterio y liderazgo indiscutido a nivel mundial.
Francisco, marcó un claro sello desde el inicio al escoger el nombre del poverrello de Asís, todo un acontecimiento para este siglo XXI y para los tensos momentos que vive toda la humanidad. No solo la guerra que azota y castiga a millones de seres humanos, también, junto a la globalización económica y el sistema capitalista dominante está produciendo serios estragos a la madre tierra, se recrea a nivel planetario una especie de "muerte lenta" para la especie humana.
En este tiempo de Francisco, como consecuencia de sus palabras, praxis pontificia, documentos, exhortación Evangelii Gaudium, y encíclica Laudato Si, todos han tomado distintas posiciones y se configuró un claro liderazgo moral del Papa. Pero, es evidente que desde el principio hay sectores -no solo en la curia vaticana- que se resisten a los cambios expuestos por el líder y otros personajes, derechamente se han transformado en férreos opositores a su gestión.
En efecto, la prensa italiana especializada a menudo nos trae opiniones, cartas y artículos en que se exponen críticas desde diferentes ópticas, intentando dañar o mermar el notable liderazgo que el obispo de Roma ha alcanzado. Estos sectores tradicionalistas operan desde las sombras o por medio de articulistas de cierta prensa que, en su momento, también se resistieron al Concilio Vaticano II, calificándolo como una "calamidad".
Entre algunos cardenales curiales, es normal escuchar afirmaciones como: "habla demasiado... parece párroco de campaña...exceso de entrevistas... reitera críticas al sistema capitalista...". Pero, también en el entorno más cercano a Francisco se han detectado voces poco amigables para con el Pontífice, aunque se muestren muy deferentes cuando están frente a él. Es el caso de monseñor Georg Ganswein, ex secretario privado de Benedicto XVI y discípulo del cardenal Sodano, hoy muy cercano a Francisco, cuando señaló al periódico Die Zeit: "Me pregunto que será distinto a como era antes...".
Aparte de la oposición intra ecclesia, hay otra tanto o más peligrosa, es la de los delincuentes mafiosos. Recordemos que la mafia asesinó en 1993 al P. Pino Puglisi en su casa de Palermo, este sacerdote había denunciado irrefutablemente varias acciones delictuales de la camorra local. La respuesta de Francisco fue clarísima y fulminante; ya lo proclamó Beato de la Iglesia. Pero, Francisco fue más allá y durante la celebración de la Misa en Sibari (Calabria) el 21 de junio de 2014, Bergoglio, sin más y en un acto heroico decreta la excomunión contra la mafia, catalogándola como "la adoración del mal". Agregando que "Aquellos que en su vida siguen esta senda del mal, como son los mafiosos, no están en comunión con Dios; están excomulgados".
Otro flanco abierto a las críticas fuertes a Francisco son las referidas al ámbito de la economía que va ligada íntimamente a la moral cristiana. Es desde Italia y los Estados Unidos desde donde emergen virulentas acusaciones contra el romano pontífice. Han pasado de la crítica irrespetuosa a la descalificación por su "ignorancia en materias de la ciencia económica" (M.Novak P. Ryan)).
Pero fue la Evangelii gaudium y todo lo que se expresa allí, lo que detonó las iras no solo de algunos banqueros y directores de empresas transnacionales, también se integraron al coro de repudios; economistas, editorialistas de prensa especializada y más de algún cardenal experto en transacciones de capitales y/o divisas poco sanctas...
¿Por qué tanta crítica a esta exhortación apostólica, la primera de Francisco?
Simplemente porque el líder de la Iglesia Católica mundial dejó escritas aseveraciones interpelantes, como por ejemplo: "Hemos creado nuevos ídolos... dictadura de una economía sin rostro... mercado divinizado...crisis del hombre sometido al consumismo... defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera...la sed de poder y tener no conoce límites...No a un dinero que gobierna en vez de servir...
Por esto y más se desata esta ira opositora a Francisco. Es casi lógico que los defensores del capitalismo extremo y sus inhumanas consecuencias sociales en millones de personas levantes su voz, critiquen y descalifiquen a un pontífice que, claramente, está con los pobres y desheredados. Nadie debe sorprenderse, ya que Jorge Mario Bergoglio señaló desde el primer día de su pontificado: "Quiero una Iglesia pobre para los pobres". El punto es que casi nadie imaginó que esta frase no era solo un slogan o un lapsus, era sin duda una ruta, un camino que definió este hombre bueno desde el principio. Por esta consecuencia se le descalifica y, a veces, se le caricaturiza en ciertos medios de prensa influyentes y globales.
Para los cristianos, Papa Francisco está allí por obra del Espíritu Santo, cumpliendo la misión profética de hacer de esta, nuestra Iglesia, un instrumento del Evangelio para alcanzar el Reino y su justicia, desde la praxis concreta e histórica de Jesús el Nazareno.
"Esta no es una historia de otros tiempos. Es también una historia de hoy. De los poderosos que para tener más dinero explotan a los pobres, explotan a la gente. Es la historia de la trata de personas, del trabajo esclavo, de la pobre gente que trabaja en negro y con lo mínimo para enriquecer a los poderosos. Es la historia de políticos poderosos que quieren más, más, más".


 (Jaime Escobar, en RyL).-

"Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida".

Evangelio según San Juan 8,12-20. 

Jesús les dirigió una vez más la palabra, diciendo: "Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida". 

Los fariseos le dijeron: "Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale". 
Jesús les respondió: "Aunque yo doy testimonio de mí, mi testimonio vale porque sé de dónde vine y a dónde voy; pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. 

Ustedes juzgan según la carne; yo no juzgo a nadie,
y si lo hago, mi juicio vale porque no soy yo solo el que juzga, sino yo y el Padre que me envió.
 
En la Ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. 
Yo doy testimonio de mí mismo, y también el Padre que me envió da testimonio de mí". 


Ellos le preguntaron: "¿Dónde está tu Padre?". Jesús respondió: "Ustedes no me conocen ni a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre". 
El pronunció estas palabras en la sala del Tesoro, cuando enseñaba en el Templo. Y nadie lo detuvo, porque aún no había llegado su hora. 

La mirada de Misericordia de Jesús desarma y salva, recordó el Papa a la hora del Ángelus

«¡Queridos hermanos y hermanas buenos días!
El Evangelio del V Domingo de Cuaresma (cfr. Jn 8,1 -11) es muy bello: me gusta tanto leerlo y volverlo a leer. Presenta el episodio de la mujer adúltera, destacando el tema de la misericordia de Dios, que no quiere nunca la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. La escena se desarrolla en la explanada del templo. Imagínense allí en el atrio, Jesús está enseñando a la gente y he aquí que llegan algunos escribas y fariseos arrastran ante Él a una mujer sorprendida en adulterio. Esa mujer se encuentra así en medio, entre Jesús y la muchedumbre (cfr. 3), entre la misericordia del Hijo de Dios y la violencia, la rabia de sus acusadores. En realidad, ellos no fueron a donde el Maestro para pedirle su parecer, - era gente mala - sino para tenderle una trampa. En efecto, si Jesús seguía la severidad de la ley, aprobando la lapidación de la mujer, perdía su fama de mansedumbre de bondad que tanto fascinaba al pueblo; si, por el contrario quería ser misericordioso, tenía que ir contra la ley, que Él mismo había dicho que no quería abolir, sino cumplir (cfr. Mt 5,17). Y Jesús está allí…
Esta mala intención se esconde bajo la pregunta que le plantean a Jesús: «¿Tú qué dices?» (v 5). Jesús no responde, calla y cumple un gesto misterioso: «inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo» (v 6).  Quizá estaba dibujando, algunos dicen que escribía los pecados de los fariseos… quizá… escribía… estaba en otra… De este modo, invita a todos a la calma, a no actuar movidos por la impulsividad, y a buscar la justicia de Dios. Pero ellos, malos, insisten y esperan que Él responda. Parecía que tenían sed de sangre… Entonces, Jesús levanta la mirada y dice: «El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra». (v 7). Esta respuesta desconcierta a los acusadores, desarmándolos a todos en el verdadero sentido de la palabra: todos depusieron las ‘armas’, es decir, las piedras listas para ser tiradas, tanto aquellas visibles contra la mujer, como aquellas escondidas contra Jesús. Y, mientras el Señor sigue escribiendo en el suelo, haciendo dibujos, no sé…, los acusadores se van uno tras otro, comenzando por los más ancianos, con mayor conciencia de no estar sin pecado. ¡Qué bien nos hace tener conciencia de que también nosotros somos pecadores! Cuando hablamos mal de los otros y todas esas cosas que todos sabemos, ¿eh? Y qué bien nos hará tener la valentía de hacer caer al suelo las piedras que tenemos para tirarlas a los otros, y pensar un poco en nuestros pecados.

Se quedaron allí sólo la mujer y Jesús: la miseria y la misericordia, una ante la otra. Y ello, ¿cuántas veces nos sucede también a nosotros, cuando nos detenemos ante el confesionario, con vergüenza, para hacer ver nuestra miseria y pedir perdón?  «Mujer ¿dónde están tus acusadores? (v 10) le dice Jesús. Y basta esta constatación y su mirada llena de misericordia y de amor, para hacerle sentir a aquella persona – quizá por primera vez – que tiene una dignidad; que ella no es su pecado, ella tiene una dignidad de persona, que puede cambiar de vida, puede salir de sus esclavitudes y caminar en una senda nueva.
Queridos hermanos y hermanas, aquella mujer nos representa a todos nosotros, es decir adúlteros ante Dios, traidores de su fidelidad. Y su experiencia representa la voluntad de Dios hacia cada uno de nosotros: no nuestra condena, sino nuestra salvación a través de Jesús. Él es la gracia, que salva del pecado y de la muerte. Él ha escrito en la tierra, en el polvo del que está hecho todo ser humano (cfr. Gn 2,7), la sentencia de Dios: «No quiero que tú mueras, sino que tú vivas». Dios no nos enclava en nuestro pecado, no nos identifica con el mal que hemos cometido. Tenemos un nombre y Dios no identifica este nombre con el pecado que hemos cometido. Nos quiere liberar y quiere que nosotros también lo queramos con Él. Quiere que nuestra libertad se convierta del mal al bien y ello es posible con su gracia.
Que la Virgen María nos ayude a confiarnos completamente en la misericordia de Dios, para llegar a ser criaturas nuevas.»
(Traducción del italiano: Cecilia de Malak)