jueves, 19 de enero de 2017

Pablo D'ors presenta "Palabra y Vida 2017" en la iglesia de san Antón

“Cincuenta años de ocupación requieren acción”



 Durante cincuenta años, la Ribera Occidental (West Bank), Jerusalén Este y Gaza han languidecido bajo ocupación, violando la dignidad humana tanto de los Palestinos como de los Israelíes. Este es un escándalo al que nunca debemos acostumbrarnos. Así lo asegura en un comunicado la Coordinadora de las Conferencias episcopales para la Iglesia en Tierra Santa y la Asamblea de Obispos de Católicos de Tierra Santa, “Holy Land Coordination”  (HLC) que ha celebrado su encuentro anual del 13 al 19 de enero
Tal y como recuerdan ellos han pedido “justicia y paz cada año desde 1998”, pero “el sufrimiento continúa”. Así que esta llamada –añaden– debe hacerse aún más fuerte. Como obispos imploran a los cristianos de sus países de origen “que reconozcan nuestra propia responsabilidad en la oración, la conciencia y la acción”.
Los prelados recuerdan también que mucha gente en Tierra Santa ha pasado toda su vida bajo la ocupación, “con su segregación social polarizadora”, pero “todavía profesa esperanza y lucha por la reconciliación”. Por eso indican que ahora más que nunca, “merecen nuestra solidaridad”.
Todos tenemos “la responsabilidad de oponernos a la construcción de asentamientos”. Esta anexión de facto de la tierra  –explican– no sólo socava los derechos de los palestinos en zonas como Hebrón y Jerusalén Este, sino que, como reconoció recientemente la ONU, pone también en peligro la posibilidad de paz. Todos tenemos “la responsabilidad de prestar asistencia al pueblo de Gaza, que continúa viviendo en medio de una catástrofe humanitaria causada por el hombre”. Al respecto recuerdan que han pasado una década bajo bloqueo, agravado por un estancamiento político causado por la mala voluntad de todas las partes. Todos tenemos –prosiguen los obispos– la responsabilidad de alentar la resistencia no violenta que, como nos recuerda el Papa Francisco, ha logrado grandes cambios en todo el mundo. “Esto es particularmente necesario ante las injusticias tales como la construcción continua del muro de separación en tierras palestinas, incluyendo el Valle de Cremisán”, advierten.
Y subrayan que “todos tenemos la responsabilidad de promover una solución de dos estados”. Todos tenemos — concluyen los obispos– la responsabilidad de ayudar a la Iglesia local, sus agencias, voluntarios y ONG’s. En las circunstancias más probadas muestran una gran capacidad de recuperación y realizan un trabajo que cambia la vida. “Es nuestra fe en Dios que nos da esperanza. Es el testimonio de los cristianos en Tierra Santa y especialmente de los jóvenes que conocimos, lo que nos inspira”, finaliza el mensaje.
Zenit

430 entidades denuncian la pasividad de la UE ante la ola de frío polar que está afectando a los refugiados



Cáritas Española se suma a la petición de una operación eficaz y rápida, a nivel europeo, de protección contra el frío
Cáritas Española se suma a la petición que en las últimas 48 horas han suscrito 430 organizaciones de todo el país que trabajan en defensa de derechos humanos, migraciones y refugio, y de la sociedad civil, en apoyo del llamamiento «Para que no se mueran de frío», en el que solicitan una operación a nivel europeo de protección contra el frío de manera eficaz y rápida.
Las imágenes de los últimos días en las que decenas de miles de personas refugiadas están soportando la actual ola de frío polar sin un techo sobre sus cabezas, así como la congelación de miembros y muerte de varias de ellas, han impulsado a estas organizaciones (así como cientos de particulares que se han sumado de forma espontánea al documento) a solicitar a la Comisión Europea y al Gobierno español una operación eficaz e inmediata que disponga las medidas de emergencia necesarias de cara a garantizar las condiciones mínimas de habitabilidad de estas personas.
Las organizaciones firmantes manifiestan su profunda preocupación debido a que la situación actual de miles de refugiados en Grecia y los Balcanes pone en riesgo la vida de muchos de ellos y supone, en la práctica, un incumplimiento de las garantías mínimas que debe ofrecer la Unión Europea. La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en sus dos primeros artículos, se compromete a preservar, proteger y respetar la dignidad humana, así como el Derecho a la vida; dos elementos, que a juicio de los firmantes, se están poniendo en entredicho.
Por ello, las organizaciones firmantes solicitan al Gobierno de España y a la Comisión Europea un papel mucho más activo para poner en marcha urgentemente una operación europea contra el frío en coordinación con los gobiernos de Grecia y los países de los Balcanes, a través del Mecanismo europeo de Protección Civil u otras acciones de emergencia que puedan poner en marcha los propios Gobiernos de la Unión, que dé una solución urgente e inmediata a estas personas, de forma independiente a sus procesos de documentación y /o reconocimiento de su condición de persona refugiada.
Este es el texto del llamamiento:
Solicitud al Gobierno de España y a la Comisión Europea
PARA QUE NO SE MUERAN DE FRÍO:
LA UNIÓN EUROPEA DEBE CUMPLIR EL DEBER DE SOCORRO
430 entidades denuncian la pasividad de la Unión Europea
ante la emergencia humanitaria en Grecia y los Balcanes
Más de 75.000 migrantes y refugiados llevan meses varados en Grecia, la antigua República yugoslava de Macedonia, Serbia, Eslovenia, Croacia, Hungría y Bulgaria, muchos de ellos a la espera de su reubicación a otros países de Europa. El sufrimiento de estas personas se ha agravado con la llegada del invierno, uno de los más fríos en los últimos años. Las temperaturas bajo cero por la ola de frío polar que azota Europa estas semanas, unido a las pésimas condiciones en que viven muchas de estas personas ha provocado numerosos problemas de salud, congelación de miembros o incluso, riesgo de muerte.
A pesar de los esfuerzos llevados a cabo, el hecho es que la preparación de todos los campamentos para el invierno no se ha completado y muchos refugiados continúan viviendo en tiendas.
«Se trata de salvar vidas, no de papeleos y de cumplir las disposiciones burocráticas», ha advertido el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR). Médicos Sin Fronteras ha denunciado el pasado jueves que se han registrado ya casos de congelación de miembros entre los alrededor de 2.000 migrantes y refugiados que se encuentran atrapados en Belgrado, donde en los últimos días se han registrado temperaturas bajo cero. «Estoy seguro de que el número de casos de congelación será mucho mayor al final de la semana», ha añadido Andrea Contenta, subrayando que el pasado fin de semana en la capital serbia se alcanzaron los 16 grados bajo cero y que la ciudad está cubierta por 30 centímetros de nieve.
La semana pasada, refugiados y asociaciones trabajando en los campos de Grecia explicaban en el manifiesto WAKE UP EUROPE las terribles condiciones de vida con la llegada del frío. También desde Grecia, el Servicio Jesuita a Refugiados denunciaba el sufrimiento de miles de personas: «En el Norte de Grecia, un refugiado afgano ha fallecido por congelación a causa de las temperaturas de 14 grados bajo cero» señalaba Cécile Deleplanque. «Los campamentos de las islas están abarrotados y muchas personas continúan viviendo en tiendas».
Las ayudas económicas destinadas a proteger a las personas refugiadas del invierno no parecen haber resultado del todo eficaces. El ACNUR alerta de la situación en la Isla de Samos donde unas 1.000 personas, incluidas familias con niños, se encuentran viviendo en tiendas de campaña sin calefacción. La situación en la ruta de los Balcanes es aún más grave, especialmente en la frontera entre Croacia y Hungría y Serbia, donde muchas personas refugiadas están afrontando las bajas temperaturas a la intemperie, ante el abandono e incluso hostigamiento de las autoridades.
El invierno es un fenómeno natural que no podemos controlar, pero sí podemos y debemos atender las necesidades inmediatas de estas personas vulnerables. Europa no puede dejar morir de frío a las personas refugiadas y es responsable de darles un trato digno.
Siempre que la magnitud de una emergencia sobrepasa las capacidades de respuesta de un país, el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea permite una asistencia coordinada de los Estados participantes. Este Mecanismo apoya y facilita la movilización de los servicios de protección civil de los Estados Miembros para responder a las necesidades inmediatas de los países afectados por una catástrofe o en riesgo de sufrirla.
El Centro Europeo de Coordinación de la Respuesta a Emergencias (CECRE) es el núcleo operativo del Mecanismo europeo de Protección Civil. El CECRE trabaja en estrecha colaboración con las autoridades de protección civil de los Estados participantes en el Mecanismo, para coordinar una respuesta rápida a nivel europeo. El CECRE proporciona capacidad logística las 24 horas del día para supervisar y coordinar la respuesta. Además de los Estados miembros de la UE, en el Mecanismo de Protección Civil de la Unión, participan Islandia, Noruega, Serbia, Turquía y la Antigua República Yugoslava de Macedonia y Montenegro.
El Mecanismo europeo de Protección Civil se ha activado en algunos momentos de 2015 y 2016 para apoyo a los refugiados pero actualmente, sólo permanece abierto para Grecia -abajo figura el enlace a día 6 de enero- sin que se haya montado una operativa de emergencia específica con mayores medios para abordar la ola de frío actual.
Ante la emergencia humanitaria provocada por la llegada del invierno y la ola de frío polar en Europa, pedimos con carácter urgente:
1. Al Ministerio de Interior y al Gobierno de España, que solicite la activación del Mecanismo Europeo de Protección Civil para organizar una respuesta coordinada europea que de forma urgente, asista a los refugiados afectados por la ola de frío en Grecia y los Balcanes.
2. A la Comisión Europea, que ofrezca a Grecia y los países de los Balcanes la asistencia inmediata de dicho Mecanismo de Protección Civil para proteger a los refugiados de las bajas temperaturas que se dan estas semanas en Europa.
Acción de la red Cáritas en la Frontera Este
La red Cáritas está redoblado sus esfuerzos de acogida y protección a los migrantes y refugiados que se enfrentan a condiciones de máxima precariedad ante el impacto de la ola de frío ártico que afecta a Grecia, Serbia y Europa sudoriental.
Con temperaturas nocturnas inferiores a 20 grados centígrados bajo cero en algunas áreas, miles de migrantes están durmiendo prácticamente a la intemperie, en campos de acogida o edificios abandonados. Estas personas –afganos, pakistaníes, sirios e iraquíes en su mayoría— han huido de situaciones de conflicto e, incluso después de que las rutas de migración desde Turquía a Grecia fueran cerradas el pasado mes de marzo, las personas siguen intentado entrar en Europa por vías alternativas.
En Grecia, Caritas está proporcionando ayuda de primera necesidad a los refugiados que están en perores condiciones, al norte del país. Como señala Maristella Tsamatropoulou, portavoz de Caritas Hellas, «no hay calefacción alguna. La población local les está dando madera para hacer pequeñas hogueras o alimentar estufas. Queman todo lo que pueda arder para mantener el calor».
En Serbia, más de 7.500 personas también están atrapadas en condiciones muy precarias, cerca de la frontera húngara, casi en estado de congelación. Según alertan responsables de la red Cáritas en la zona, «los campamentos en Serbia y Belgrado están superpoblados y miles de personas duermen a la intemperie».
«Caritas está en primera línea de la emergencia –añaden—, ofreciendo ropa, alimentos y ayuda médica a los migrantes y refugiados». «Hacemos todo lo que el Gobierno nos permite hacer, ya que la acogida a los inmigrantes en el país están bajo el control estricto del Gobierno y éste no quiere que las organizaciones de la sociedad civil operen de forma autónoma. Aunque tendríamos los medios para responder, no se nos permite hacerlo de forma adecuada».
Cáritas

COMENTARIO DE SAN JUAN PABLO II AL EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (3,7-12)


“Jesús da a conocer claramente esta misión suya de librar al hombre del mal y, antes que nada del pecado, mal espiritual. Es una misión que comporta y explica su lucha con el espíritu maligno que es el primer autor del mal en la historia del hombre. 

Como leemos en los Evangelios, Jesús repetidamente declara que tal es el sentido de su obra y de la de sus Apóstoles. Así, en Lucas: “Veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo. Yo os he dado poder para andar... sobre todo poder enemigo y nada os dañará” (Lc 10, 18-19). Y según Marcos, Jesús, después de haber constituido a los Doce, les manda “a predicar, con poder de expulsar a los demonios” (Mc 3, 14-15). Según Lucas, también los setenta y dos discípulos, después de su regreso de la primera misión, refieren a Jesús: “Señor, hasta los demonios se nos sometían en tu Nombre” (Lc 10, 17).

Así se manifiesta el poder del Hijo del hombre sobre el pecado y sobre el autor del pecado. El nombre de Jesús, que somete también a los demonios, significa Salvador. 

Sin embargo, esta potencia salvífica alcanzará su cumplimiento definitivo en el sacrificio de la cruz. La cruz sellará la victoria total sobre Satanás y sobre el pecado, porque éste es el designio del Padre, que su Hijo unigénito realiza haciéndose hombre: vencer en la debilidad, y alcanzar la gloria de la resurrección y de la vida a través de la humillación de la cruz. También en este hecho paradójico resplandece su poder divino, que puede justamente llamarse la “potencia de la cruz”. (...) 

Sí, todos los “milagros, prodigios y señales” de Cristo están en función de la revelación de Él como Mesías, de El como Hijo de Dios: de Él, que, solo, tiene el poder de liberar al hombre del pecado y de la muerte, de Él que verdaderamente es el Salvador del mundo”.

(De la catequesis de San Juan Pablo II el 25-11-1987)

TÚ ERES EL HIJO DE DIOS




Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,7-12):

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. 

Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón.

Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.

Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante Él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios.»

Pero Él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

Palabra del Señor

Papa: La vida cristiana es una lucha contra las tentaciones

“La vita cristiana es una lucha. Dejémonos atraer por Jesús”. Fue la exhortación del Santo Padre Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. El Pontífice advirtió ante las tentaciones que nos conducen por el camino equivocado, y recordó que el Señor ha venido para destruir la influencia del mal sobre nuestros corazones.
Jesús y la muchedumbre
El Papa Bergoglio reflexionó con el Evangelio del día, que narra acerca de la gran cantidad de gente que seguía a Jesús con entusiasmo, procedente de todas partes. Y ante la pregunta de por qué lo hacía, Francisco explicó que el mismo Evangelio relata que eran enfermos, que querían curarse; pero también había personas a quienes les gustaba escuchar al Señor porque hablaba, no como los Doctores, sino “con autoridad”, con lo que llegaba a los corazones.
El Padre atrae a la gente hacia Jesús
Esta gente – prosiguió diciendo el Pontífice – “iba porque sentía algo”, hasta el punto de que el Señor tuvo que pedir una barca para alejarse un poco de la orilla:
“Esta muchedumbre ¿iba a ver a Jesús? ¡Sí! ¿Tenía necesidades? ¡Sí! Algunos eran curiosos, pero estos eran los escépticos, la minoría… Pero a esta muchedumbre la atraía el Padre: era el Padre el que atraía a la gente hacia Jesús. Hasta el punto de que Jesús no permanecía indiferente, como un maestro estático que pronunciaba sus palabras y después se lavaba las manos. ¡No! Esta muchedumbre tocaba el corazón de Jesús. El mismo Evangelio nos dice: ‘Jesús se sentía conmovido, porque veía a esta gente como ovejas sin pastor’. Y el Padre, a través del Espíritu Santo, atraía a la gente hacia Jesús”.
De este modo, Francisco puso de manifiesto que la gente no se mueve a causa de razonamientos o “argumentos apologéticos”. No, dijo, “es necesario que sea el Padre quien te atraiga a Jesús”.
La vida cristiana es una lucha contra las tentaciones
Po otra parte, el Santo Padre observó que es “curioso” que en este pasaje del Evangelio de San Marcos, en el que se “se habla de Jesús, se habla de la muchedumbre, del entusiasmo y del amor del Señor”, se termine con los espíritus impuros que cuando lo veían le gritaban: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”:
“Ésta es la verdad; ésta es la realidad que cada uno de nosotros siente cuando se acerca a Jesús. Los espíritus impuros tratan de impedirlo, nos hacen la guerra. ‘Pero, Padre, yo soy muy católico; voy siempre a Misa… Pero jamás, jamás, tengo estas tentaciones. ¡Gracias a Dios, no!'. '¡Reza, porque estás por un camino equivocado!’. Una vida cristiana sin tentaciones no es cristiana: es ideológica, es gnóstica, pero no es cristiana. Cuando el Padre atrae a la gente hacia Jesús, hay otro que te atrae de modo contrario ¡y te hace la guerra dentro! Y por esta razón Pablo habla de la vida cristiana como de una lucha: una lucha de todos los días. ¡Una lucha!”.
Una lucha – reafirmó el Papa – “para vencer, para destruir el imperio de satanás, el imperio del mal”. Y para esto – dijo – “ha venido Jesús, ¡para destruir a satanás! Para destruir su influencia sobre nuestros corazones”. E insistió en que el Padre “atrae a la gente a Jesús”, mientras el espíritu del mal “trata de destruir, ¡siempre!”.
¿Estamos luchando contra el mal?
La vida cristiana – dijo el Papa al concluir su homilía – “es una lucha así. Si quieres ir adelante – fue su exhortación – “¡debes luchar! Sentir el corazón que lucha, para que Jesús venza”:
“Pensemos cómo es nuestro corazón: ¿Siento esta lucha en mi corazón? ¿Entre la comodidad o el servicio a los demás, entre divertirme un poco o hacer oración y adorar al Padre, entre una cosa y la otra? ¿Siento la lucha, las ganas de hacer el bien? ¿Creo que mi vida conmueve el corazón de Jesús? Si yo no creo esto, debo rezar mucho para creerlo, para que me sea dada esta gracia. Que cada uno de nosotros busque en su corazón cómo va la situación allí. Y pidamos al Señor ser cristianos capaces de discernir lo que sucede en el propio corazón y capaces de elegir bien el camino sobre el que el Padre nos atrae a Jesús”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
(from Vatican Radio)