lunes, 23 de octubre de 2017

Francisco denuncia "una idolatría que mata, que hace sacrificios humanos"



"Hay una idolatría que mata, que hace sacrificios humanos". El Papa Francisco criticó hoy la "idolatría que hace morir de hambre a tanta gente, a tantos niños", durante su homilía en la misa de Santa Marta.
En sus palabras, Bergoglio puso el ejemplo de los 200.000 niños rohingyás en los campos de refugiados de Myanmar. "Allí hay 800.000 personas, 200.000 son niños, sin apenas qué comer, desnutridos, sin medicamentos".
"También hoy sucede esto. No es una cosa que el Señor dice de aquellos tiempos: no. ¡Hoy! Y nuestra oración debe ser fuerte: Señor, por favor, toca el corazón de estas personas que adoran al dios, al dios dinero. Toca también mi corazón para que yo no caiga en eso, para que yo sepa ver", pidió el Papa. "Que Dios convierta el corazón de los hombres, para que conozcan al Señor y no adoren al dios dinero".
"Es Dios quien pone el límite a este apego al dinero, cuando el hombre se vuelve esclavo del dinero. Y ésta no es una fábula que Jesús se inventa: ésta es la realidad. Es la realidad de hoy. Es la realidad de hoy. Tantos hombres que viven para adorar el dinero, para hacer del dinero su propio dios. Tantas personas que viven sólo por esto y la vida no tiene sentido. ‘Así es quien acumula tesoros para sí - dice el Señor - y no se enriquece ante Dios': no saben qué es enriquecerse en Dios".
El Santo Padre mencionó un episodio acaecido hace años en Argentina - en "la otra diócesis", tal como suele definir a Buenos Aires - cuando un rico empresario, aun sabiendo que estaba gravemente enfermo, compró tercamente una casa sin pensar, en cambio, que en breve tiempo habría tenido que presentarse "ante Dios". Y también hoy existen estas personas hambrientas de dinero y bienes terrenales, gente que tiene "muchísimo", frente a "los niños hambrientos que no tienen medicamentos, que no tienen educación, o que están abandonados": se trata - dijo Francisco sin dudar - de "una idolatría que mata", que hace "sacrificios humanos".
Otra "consecuencia" - prosiguió explicando el Pontífice - es la guerra; incluso la que se desata en las familias:
"Todos nosotros conocemos qué sucede cuando está en juego una herencia: las familias se dividen y terminan en el odio. El Señor subraya con suavidad, al final: ‘Quien no se enriquece ante Dios'. Ese es el único camino. La riqueza, pero en Dios. Y no es un desprecio por el dinero, no. Es precisamente la avidez, come dice Él: la codicia. Vivir apegados al dios dinero".
Jesús Bastante

Osoro defiende que la Iglesia está para "unir y no poner fronteras"


El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha asegurado este lunes que la Iglesia está "para unir, crear puentes, no poner fronteras y hacer ver a los hombres que todos son hermanos", en alusión a la situación política en Cataluña.
Osoro ha participado en Logroño en un encuentro con un centenar de sacerdotes, al que también ha asistido el obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Carlos Escribano, y pronuncia esta tarde una conferencia sobre su carta apostólica "Iglesia: ¡Anuncia Jesucristo! Eres luz y sal del mundo".
"Cuando hay hermanos que sufren, unos por una cosa y otros por otra, tiene que afectar a todos", ha recalcado, y la situación política en Cataluña afecta a todos los miembros de la Iglesia.
A su juicio, "en la actualidad hay un cambio de época, con muchas ofertas, la Iglesia no ofrece ideas, sino a una personaque supera las ideas y transforma el corazón de quien se encuentra con él".
Ha añadido que los católicos cuentan con alguien "excepcional", como el Papa Francisco, quien anima permanentemente a todos los cristianos, y ha asegurado que, "a su lado, la gente siente algo especial" porque "da ánimo y aliento".
(RD/Agencias)

Dar a Dios lo que le pertenece


En tiempos de Jesús Palestina formaba parte del Imperio romano. Esto implicaba que los judíos debían pagar tributo al César. Esta imposición no solo tenía consecuencias económicas, sino que era considerada como una humillación para los habitantes de esta región. Aparte de las connotaciones económicas, sociales o políticas, para los judíos fervientes esta obligación representaba también un problema religioso, debido al hecho de tributar en beneficio de un emperador pagano. Por eso, la pregunta trata de poner contra las cuerdas a Jesús, ya que justificar el impuesto al César supondría considerar al Señor traidor a Dios y al pueblo elegido, y cómplice del poder pagano; por el contrario, rechazar este pago acarrearía la denuncia de Jesús ante las autoridades romanas por subversión. De hecho, en el relato de la Pasión de San Lucas se acusa precisamente a Jesús de esto. Pero el Señor, lejos de amedrentarse ante esta pregunta capciosa, les devuelve la cuestión, haciéndoles ver que también ellos se aprovechan de la dominación, usando el dinero romano para su vida cotidiana. Además introduce un elemento inesperado en su respuesta: «a Dios lo que es de Dios». Con esta respuesta, no centra la cuestión solo en la dimensión política o en la relación que debe existir entre la esfera civil y la religiosa.
El hombre, imagen de Dios
Si ponemos en Evangelio de este domingo en relación con la primera lectura, tomada de la profecía de Isaías, observamos que Dios aparece como quien dirige la historia, con independencia de la época, los gobiernos o los acontecimientos concretos que la conforman. Por eso, ningún poder terreno puede ponerse en el lugar de Dios. Así se explicita al afirmar el Señor varias veces que «yo soy el Señor y no hay otro fuera de mí». Incluso el emperador persa Ciro es, sin saberlo, instrumento de un plan más grande, que solo Dios conoce y lleva a cabo. Por otro lado, con la afirmación de Jesús sobre la necesidad de a «dar a Dios lo que es de Dios» se pone de manifiesto que, al igual que la moneda lleva la efigie del César, el hombre lleva plasmada la imagen de Dios, tal como aparece en el relato de la creación, del libro del Génesis. Por lo tanto, Dios ha escogido al hombre, por Él creado, para reflejar su imagen, es decir, su gloria. De este modo se pone en evidencia que la misión del Evangelio y de la Iglesia no es únicamente recordar la justa distinción entre la esfera política y la religiosa, sino esencialmente la de hablar de Dios y recordar a los hombres el derecho de Dios sobre lo que le pertenece, es decir, sobre nuestra vida. Puesto que Dios es santo, nos corresponde a nosotros reflejar la imagen de su santidad.
Vivir integrados en la sociedad
Desde los primeros momentos de la vida de la Iglesia no se distinguió al cristiano por su rebelión frente a los poderes políticos establecidos, sino por su empeño por integrarse en la sociedad concreta de la que formaba parte, tratando de transformarla a la luz del Evangelio. Es lo que ocurría en los primeros siglos y es la misión que tenemos por delante. La constitución pastoral Gaudium et spes del Concilio Vaticano II nos ayuda a comprender también cuál ha de ser hoy la función del creyente en medio de la cultura en la que vive. Sin embargo, la autonomía de las realidades temporales no significa que el cristiano deba renunciar a participar de los asuntos de la vida política o que deba esconder su condición de creyente ante los demás. Aceptando los legítimos poderes, el cristiano tiene también la misión de manifestar en su vida pública y privada lo que es y lo que piensa.
Daniel A. Escobar Portillo
Delegado episcopal de Liturgia adjunto de Madrid

El Papa convoca un mes misionero extraordinario




La iniciativa, para octubre de 2019, debe servir para evitar «cualquier nostalgia estéril del pasado» y poner a la Iglesia en un «estado permanente de misión»
Con una carta enviada al prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el cardenal Filoni, el Papa ha anunciado este domingo la convocatoria de un mes misionero extraordinario en octubre de 2019 «con el fin de despertar aún más la conciencia misionera de la missio ad gentes y de retomar con un nuevo impulso la transformación misionera de la vida y de la pastoral». La misiva está datada en el Domingo Mundial de las Misiones y en el día de la memoria litúrgica de san Juan Pablo II, varias veces citado en el texto.
El mes misionero extraordinario es una propuesta del dicasterio que preside Filoni para conmemorar el centenario de la Carta apostólica Maximum illud del Papa Benedicto XV. Francisco acogió favorablemente esta idea durante la audiencia a los participantes en la Asamblea General de las Pontificias Obras Misionales celebrada el pasado mes de junio.
Jorge Bergoglio recuerda en su carta que «corría el año 1919 cuando el Papa, tras un tremendo conflicto mundial que él mismo definió como una “matanza inútil”, comprendió la necesidad de dar una impronta evangélica a la misión en el mundo, para purificarla de cualquier adherencia colonial y apartarla de aquellas miras nacionalistas y expansionistas que causaron tantos desastres».
La actividad misionera sigue representando hoy «el mayor desafío para la Iglesia», añade Francisco. Y citando su exhortación programática, Evangelii gaudium, pide que «todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están». Hoy «ya no nos sirve una “simple administración”», añade el Papa, animando a la Iglesia a ponerse en un «estado permanente de misión» sin miedo a asumir «una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se conviertan en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación» de las estructuras eclesiales.

El Papa entronca una analogía entre el momento actual, marcado también por «la tragedia de las guerras», con los tiempos de Benedicto XV, el Pontífice que trató de detener la I Guerra Mundial. Con la carta apostólica Maximum illud, Giacomo Paolo Giovanni Battista della Chiesa «exhortó, con espíritu profético y franqueza evangélica, a salir de los confines de las naciones para testimoniar la voluntad salvífica de Dios a través de la misión universal de la Iglesia», recuerda Francisco. «Que la fecha ya cercana del centenario de esta carta sea un estímulo para superar la tentación recurrente que se esconde en toda clase de introversión eclesial, en la clausura autorreferencial en la seguridad de los propios confines, en toda forma de pesimismo pastoral, en cualquier nostalgia estéril del pasado, para abrirnos en cambio a la gozosa novedad del Evangelio».
Ricardo Benjumea

El Papa anima a comprometerse con los misioneros con «ayuda concreta y oración»




Francisco pide la intercesión de los 109 mártires beatificados en Barcelona para sostener a «los cristianos que también en nuestros días sufren discriminaciones y persecuciones»
En la Jornada Misionera Mundial, celebrada este domingo con el lema La misión en el corazón de la Iglesia, el Papa exhortó durante el rezo del Ángelus a «vivir la alegría de la misión testimoniando el Evangelio en los ambientes en los que cada uno vive y obra».
«Al mismo tiempo –añadió–, estamos llamados a apoyar con el afecto, la ayuda concreta y la oración a los misioneros que han partido para anunciar a Cristo a aquellos que todavía no lo conocen».
Francisco recordó que en octubre de 2019 se celebrará un Mes Misionero Extraordinario, «con el propósito de alimentar el ardor de la actividad evangelizadora de la Iglesia ad gentes», que encomendó a «san Juan Pablo II, Papa misionero», en el día de su memoria litúrgica.
El Pontífice aludió además a la situación política en Kenia, país que visitó en 2015 «y por el que rezo para que sepa enfrentar las actuales dificultades en un clima de diálogo constructivo, teniendo en el corazón la búsqueda del bien común».
Previamente, el Papa había recordado la beatificación este sábado en Barcelona de Mateo Casals, Teófilo Casajús, Fernando Saperas y 106 compañeros mártires claretianos «asesinados por odio a la fe durante la Guerra Civil Española», y deseó que «su heroico ejemplo y su intercesión apoyen a los cristianos que también en nuestros días, en diversas partes del mundo, sufren discriminaciones y persecuciones».
Al comentar el pasaje evangélico de este domingo, en el que un grupo de fariseos le preguntan a Jesús si es lícito pagar impuestos, el Papa diferenció entre la idolatría al poder y pagar los impuestos, que es «un acto debido a la autoridad terrena».
Pero Jesús al mismo tiempo remite a «la primacía de Dios», a quien se le debe cuanto le corresponde «en cuanto Señor de la vida del hombre y de la historia».
«Jesús –explicó el Papa– extrae de la pregunta planteada por los fariseos un interrogativo más radical y vital para cada uno de nosotros, un interrogativo que podemos plantearnos: ¿A quién pertenezco? ¿A la familia, a la ciudad, a los amigos, a la escuela, al trabajo, a la política, al Estado? Sí, es cierto. Pero ante todo –nos recuerda Jesús– tú perteneces a Dios. Ésta es la pertenencia fundamental. Es Él el que te ha dado todo lo que eres y tienes. Y por lo tanto, nuestra vida, día tras día, podemos y debemos vivirla en el reconocimiento de esta nuestra pertenencia fundamental y en el reconocimiento del corazón hacia nuestro Padre, que crea a cada uno de nosotros singularmente, irrepetible, pero siempre según la imagen de su Hijo amado, Jesús. Es un misterio estupendo».
Por ello, «el cristiano está llamado a comprometerse concretamente en las realidades humanas y sociales sin contraponer a ‘Dios’ y a ‘César’», contraposición que «sería una actitud fundamentalista». «El cristiano está llamado a comprometerse concretamente en las realidades terrenas, pero iluminando las realidades terrenas con la luz que viene de Dios. La consagración prioritaria a Dios y la esperanza en Él no conllevan una fuga de la realidad, sino aún más un restituir operosamente a Dios lo que le pertenece. Es por ello que el creyente mira a la realidad futura, la de Dios, para vivir la vida terrena en plenitud y responder con valentía a sus desafíos».
Ricardo Benjumea

El vicario Juan Pedro Gutiérrez habla del Sínodo de jóvenes en el Aula de Teología de Nuestra Señora de Europa



Este lunes, 23 de octubre, a las 20:00 horas, dará comienzo la programación del Aula de Teología de la parroquia Nuestra Señora de Europa (paseo Doctor Vallejo Nájera, 23). El vicario episcopal de la V, Juan Pedro Gutiérrez, hablará del Sínodo de la Juventud: el papel de los jóvenes en la Iglesia.
Infomadrid

Vaticano publica nueva edición del Catecismo de la Iglesia Católica


La Santa Sede publicó una nueva edición del Catecismo de la Iglesia Católica con una breve presentación del Papa Francisco y un comentario teológico-pastoral elaborado por monseñor Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Esta nueva edición, con motivo del 25° aniversario de su primera publicación en el año 1992, no contiene ninguna modificación respecto a la edición anterior.
En la presentación, el Santo Padre afirma que «el Catecismo de la Iglesia Católica se presenta como un camino que, a lo largo de cuatro etapas, permite acoger la dinámica de la fe».
Estas cuatro etapas son «el deseo de cada hombre que lleva con él anhelo hacia Dios», «la vida de gracia expresada de forma particular en los siete sacramentos», «el estilo de vida del creyente como una vocación que se vive según el Espíritu», y «la oración como expresión de un encuentro donde el hombre y Dios se miran, hablan y se escuchan».
Ese recorrido es necesario «para comprender en plenitud la identidad del creyente como discípulo misionero de Jesucristo».
Esta nueva edición del Catecismo de la Iglesia Católica contiene además un comentario teológico-pastoral elaborado por monseñor Fisichella, «de gran ayuda para profundizar más en la comprensión del misterio de la fe», explica Francisco.
De esta manera, el Catecismo se convierte en «un instrumento por medio del cual promover y sostener la iglesia particular en todo el mundo en el empeño de evangelización como instrumento eficaz para la formación, sobre todo de sacerdotes y catequistas».
En el comentario de monseñor Fisichella se señala la importancia del Catecismo de la Iglesia Católica en la formación de los cristianos y en su crecimiento en la fe.
«Para que la evangelización pueda ser fecunda, se pide a cada bautizado que crezca en la escucha de la Palabra de Dios, que celebre los sacros misterios, que viva en la senda del Señor y que haga de la oración su pan de cada día. El Catecismo de la Iglesia Católica es un instrumento que ayuda a entrar progresivamente en ese empeño de vida».
Además, el Catecismo «también es un instrumento necesario para la nueva evangelización en cuanto permite evidenciar la unidad que interviene entre el acto con el cual se cree en los contenidos de la fe».
En este sentido, «puede ayudar a la nueva evangelización a superar una dificultad presente en varias iglesias que con frecuencia limitan la catequesis a la sola preparación de los sacramentos».
«Si la catequesis se dirige únicamente a la recepción de los sacramentos, parece evidente que terminado el recorrido de la iniciación cristiana, la formación sucesiva corre el riesgo de terminar a la deriva. Es el momento de retomar con convicción la posibilidad de una formación constante, dirigida a todos los creyentes».
ACI

COMENTARIO DEL PAPA FRANCISCO AL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (12,13-21)





Los jóvenes son particularmente sensibles al vacío de significado y de valores que a menudo les rodea. Y lamentablemente pagan las consecuencias. 

En cambio, el encuentro con Jesús vivo, en su gran familia que es la Iglesia, colma el corazón de alegría, porque lo llena de vida auténtica, de un bien profundo, que no pasa y no se marchita... Pero esta experiencia debe afrontar la vanidad cotidiana, el veneno del vacío que se insinúa en nuestras sociedades basadas en la ganancia y en el tener, que engañan a los jóvenes con el consumismo. 

El Evangelio de hoy nos alerta precisamente del absurdo de fundar la propia felicidad en el tener. El rico dice a sí mismo: Alma mía, tienes a disposición muchos bienes... descansa, come, bebe y diviértete. Pero Dios le dice: Necio, esta noche te van a reclamar la vida. Y lo que has acumulado, ¿de quién será? (cf. Lc 12, 19-20). 

Queridos hermanos y hermanas, la verdadera riqueza es el amor de Dios compartido con los hermanos. Ese amor que viene de Dios y que hace que lo compartamos entre nosotros y nos ayudemos. Quien experimenta esto no teme la muerte, y recibe la paz del corazón. 

Confiemos esta intención, la intención de recibir el amor de Dios y compartirlo con los hermanos, a la intercesión de la Virgen María.

(Ángelus del 4 de agosto de 2013)

EVANGELIO DE HOY: LA VIDA NO DEPENDE DE LAS RIQUEZAS






Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,13-21):

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»

Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»

Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»

Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." 

Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»

Palabra del Señor

Ángelus del Papa: Jesús nos recuerda aún hoy que pertenecemos a Dios, sin huir de la realidad

«El Evangelio de este domingo (Mt 22,15-21) nos presenta un nuevo careo entre Jesús y sus opositores. El tema afrontado es el del impuesto a César: una cuestión espinosa sobre lo lícito o no de pagar el impuesto al emperador de Roma, al cual  estaba sometida Palestina en el tiempo de Jesús. Las posiciones eran distintas. Por lo tanto, la pregunta dirigida por los fariseos: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? (v17) es una trampa para el Maestro. En efecto, se le iba a acusar, según cómo respondiera, si estaba a favor o en contra de Roma.
Pero Jesús, también en este caso, responde con calma y aprovecha la pregunta maliciosa para dar una enseñanza importante, elevándose por encima de la polémica y de los bandos opuestos. Les dice a los fariseos: «Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto». Ellos le presentan un denario y Jesús, observando la moneda, pregunta: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?». Le respondieron: «Del César». Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios». (cfr 19-21).
Por una parte, instando a restituir al emperador lo que le pertenece, Jesús declara que pagar el impuesto no es un acto de idolatría, sino un acto debido a la autoridad terrena; por otra – y aquí Jesús da un ‘golpe de ala’ - recordando la primacía de Dios, pide darle lo que le corresponde en cuanto Señor de la vida del hombre y de la historia.
La referencia a la imagen de César, grabada en la moneda dice que es justo sentirse  ciudadanos de pleno derecho del Estado; pero simbólicamente hace pensar en la otra imagen que está grabada en cada hombre: la imagen de Dios. Él es el Señor de todo y nosotros, que hemos sido creados ‘a su imagen’ le pertenecemos ante todo a Él. Jesús extrae, de la pregunta planteada por los fariseos, un interrogativo más radical y vital para cada uno de nosotros, un interrogativo que podemos plantearnos: ¿a quién pertenezco? ¿A la familia, a la ciudad, a los amigos, a la escuela, al trabajo, a la política, al Estado? Sí, es cierto. Pero ante todo – nos recuerda Jesús – tú perteneces a Dios. Ésta es la pertenencia fundamental. Es Él el que te ha dado todo lo que eres y tienes. Y por lo tanto, nuestra vida, día tras día, podemos y debemos vivirla en el re-conocimiento de esta nuestra pertenencia fundamental y en el re-conocimiento del corazón hacia nuestro Padre, que crea a cada uno de nosotros singularmente, irrepetible, pero siempre según la imagen de su Hijo amado, Jesús. Es un misterio estupendo.
El cristiano está llamado a comprometerse concretamente en las realidades humanas y sociales sin contraponer a ‘Dios’ y a ‘César’: contraponer a Dios y al César sería una actitud fundamentalista. El cristiano está llamado a comprometerse concretamente en las realidades terrenas, pero iluminando las realidades terrenas con la luz que viene de Dios. La consagración prioritaria a Dios y la esperanza en Él no conllevan una fuga de la realidad, sino aún más un restituir operosamente a Dios lo que le pertenece. Es por ello que el creyente mira a la realidad futura, la de Dios, para vivir la vida terrena en plenitud y responder con valentía a sus desafíos.
Que la Virgen María nos ayude a vivir siempre en conformidad con la imagen de Dios que llevamos en nosotros, dando también nuestra contribución a la construcción de la ciudad terrena»
(Traducción del italiano: Cecilia de Malak)
(from Vatican Radio)

Carta del Papa para convocar el mes misionero extraordinario de octubre de 2019

El Papa Francisco -  con una Carta al Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Card. Filoni, acogiendo la propuesta de este Dicasterio - convocó un mes misionero extraordinario en octubre de 2019,  año en que se cumple el centenario de la promulgación de la Carta apostólica Maximum illud, con la que Benedicto XV quiso dar un nuevo impulso al compromiso misionero de anunciar el Evangelio.
Respondiendo a «la perenne invitación de Jesús: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda criatura» (Mc 16,15). Cumplir con este mandato del Señor no es algo secundario para la Iglesia; es una «tarea ineludible», como recordó el Concilio Vaticano II», recuerda el Papa Francisco, que destaca asimismo que convoca este mes misionero extraordinario «con el fin de despertar aún más la conciencia misionera de la missio ad gentes y de retomar con un nuevo impulso la transformación misionera de la vida y de la pastoral».
El Obispo de Roma añade que nos podremos disponer para ello, también durante el mes misionero de octubre de 2018, «para que todos los fieles lleven en su corazón el anuncio del Evangelio y la conversión misionera y evangelizadora de las propias comunidades; para que crezca el amor por la misión, que ‘es una pasión por Jesús, pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo’»
La Carta pontificia recuerda que «corría el año 1919 cuando el Papa, tras un tremendo conflicto mundial que él mismo definió como una «matanza inútil», comprendió la necesidad de dar una impronta evangélica a la misión en el mundo, para purificarla de cualquier adherencia colonial y apartarla de aquellas miras nacionalistas y expansionistas que causaron tantos desastres».
El Papa Francisco escribe que desea proponer de nuevo la exhortación de San Juan Pablo II «a la Iglesia a un “renovado compromiso misionero”, convencido de que la misión “renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola! La nueva evangelización de los pueblos cristianos hallará inspiración y apoyo en el compromiso por la misión universal”»
El Santo Padre encomienda la preparación del evento a la  Congregación para la Evangelización y a las Pontificias Obras Misioneras y fecha su Carta al Card. Filoni, el 22 de octubre de 2017, Domingo XXIX del tiempo ordinario, Memoria de San Juan Pablo II, Jornada Misionera Mundial. 
(CdM)

(from Vatican Radio)