Todo el bien que podemos hacer viene de Dios y sólo de Él. "Sin mi no podéis hacer nada ha dicho Jesús"
Debemos pasar por fracasos, prueba y humillaciones permitidas por Dios. Él podría ahorrarnos esas pruebas, pero son necesarias para convencernos de nuestra radical impotencia de hacer el bien por nosotros mismos.
¿Cómo dejar actúar a Jesús en mi? ¿Cómo dejar que la gracia de Dios opere libremente en mi vida?.
A eso debemos orientarnos, no a imponernos una serie de obligaciones, por buenas que nos parezcan.
Debemos intentar descubrir las actitudes profunadas de nuestro corazón, las aptitudes espirituales que permite a Dios actuar en nosotros.
Para que la gracia de Dios actúe libremente en nuestra vida, tenemos muchos resortes, la oración, la lectura y escucha de la Palabra de Dios, los Sacramentos....
Pero es de especial importancia, que nos esforcemos por adquirir y conservar, la paz interior, la paz de nuestro corazón.
Cuanto más serena y tranquila está nuestra alma, más se refleja Dios en ella, más imprime su imagen en nosotros, mayor es la actuación de su gracia. Si, al contrario, nuestra alma está agitada y turbada, la gracia de Dios actuará con mayor dificultad. Todo el bien que podemos hacer es un reflejo del Bien esencial de Dios. Cuanto más serena, ecuánime y abandonada esté nuestra alma, más se nos comunicará ese Bien y, a través de nosotros, a los demás.
Del libro "La paz interior" de Jacques Philippe
Señor, ayúdanos a conseguerir la paz interior que necesitamos para que Tú actues en nuestra vida. Nosotros tenemos voluntad, deseo y te amamos, Tú lo sabes, igual que sabías que Pedro te amaba. Ayúadanos, porque sin ti no podemos hacer nada