En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
- «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío."
El Señor no nos dice que debemos abandonar a nuestra familia e incluso algunas comodidades, Él nos pide que todo debe estar referido a Él. Y que sin en algún momento nos encontramos en conflicto entre los bienes familiares o materiales y Él, para ser discípulos suyos debemos seguirlo a Él.
"Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío."
Para los hombres de su tiempo, esta afirmación debió de ser durísima, ya que para ellos la cruz era símbolo de castigo y tortura, no tenían la referencia, que nosotros tenemos, Jesús murió en ella pa ra redimir nuestros pecados y resucitó al tercer día.
Ser discípulos de Jesús es ir acopañándolo, ir detrás de Él llevando nuestra cruz.
Nos debemos preguntar, ¿de verdad queremos seguir a Cristo?, ¿o solo nos conformamos con ser un poco mejores?
Debemos pensar que nos impide seguir de verdad a Jesús. Pero como nosotros somos débiles debemos recurrir al Espíritu Santo para que nos ayude, nos dé sabiduría y nos ayude a descubrir el camino para ser verdaderos discípulos de Jesús.
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