domingo, 27 de septiembre de 2015

"Los invito a renovar la alegría del primer encuentro con Jesús", el Papa en la Santa Misa en la Basílica de Filadelfia

El Papa Francisco tomó muy temprano el avión la mañana del sábado para dirigirse a la ciudad de Filadelfia en donde fue recibido por el Arzobispo, el Gobernador de Pensilvania y el Alcalde, para dirigirse inmediatamente después a la Catedral de San Pedro y San Pablo en donde presidió la Santa Misa con los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas.  De la historia y la belleza que se ciernen detrás de los muros y ventanas de esa Catedral partió la reflexión del Sucesor de Pedro: “me gusta pensar que la historia de la Iglesia en esta ciudad y en este Estado es realmente una historia que no trata solo de la construcción de muros, sino también de derribarlos”.

Una historia, señaló el Pontífice, “que habla de los esfuerzos realizados por los sacerdotes, religiosos y laicos que han atendido las necesidades espirituales de los pobres, los inmigrantes, los enfermos y los encarcelados”, que se ve también en las escuelas donde “los hermanos y hermanas han enseñado a los niños a leer y a escribir, a amar a Dios y al prójimo”. “Un legado que están llamados a transmitir y a enriquecer”.

El Santo Padre habló entonces de la pregunta que el Papa León XIII hizo a santa Catalina Drexel, una de las grandes santas de la Iglesia local, acerca de la necesidad de las misiones: «¿Y tú?¿qué vas a hacer?». Palabras que cambiaron la vida de Catalina, al recordarle la misión que todo cristiano en virtud del bautismo ha recibido.

De ahí el Papa resaltó por una parte, lo significativo de que esas palabras fueran dirigidas a una joven mujer laica, de altos ideales: “¡Cuántos jóvenes en nuestras parroquias y escuelas tienen los mismos altos ideales, generosidad de espíritu y amor por Cristo y la Iglesia! ¿Los desafiamos? – preguntó - ¿Les damos espacio y les ayudamos a que realicen su cometido?”. Por otra parte el Santo Padre reiteró que “en una sociedad que cambia rápidamente el futuro de la Iglesia, “reclama una participación de los laicos mucho más activa”, que “no significa renunciar a la autoridad espiritual que se nos ha confiado”, sino “discernir y emplear sabiamente los múltiples dones que el Espíritu derrama sobre la Iglesia”.
Animándolos finalmente a renovar la alegría del primer encuentro con Jesús para sacar de ella una renovada fidelidad y fuerza, y con su mirada puesta en el Encuentro Mundial de las Familias, el Papa pidió reflexionar sobre el servicio que la iglesia brinda a las familias, a las parejas que se preparan para el matrimonio y a los jóvenes, y también pidió oración por las deliberaciones del próximo Sínodo sobre la Familia. 

(GM - RV)

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