La sala de la Congregación es sobria y su acondicionamiento favorece ante todo la concentración en su tarea de las personas ahí reunidas. La vista no se distrae por el alrededor. Sin embargo, los proyectistas del aula han propuesto al artista jesuita esloveno Marko Ivan Rupnik que añada algunos elementos visuales en consonancia con el espíritu de los trabajos que se desarrollaran en este espacio. Rupnik es conocido sobre todo por sus mosaicos de arte sagrado, algunos de los cuáles decoran las capillas de la Curia general, de la Residencia Canisius y otras muchas iglesias en el mundo. De ellos hablaremos en posteriores publicaciones.
Para el Aula, el artista jesuita ha pintadocuatro grandes lienzos (paños) en tonalidades naranjas y amarillas en consonancia con el color madera que predomina en el Aula. El resultado impresiona en las primeras visitas, otorgando una calidez al espacio enormemente acogedora. Los lienzos han sido desarrollados sobre los siguientes temas:
En todo amar y servir, una expresión bien conocida que San Ignacio expone en la última parte de los Ejercicios Espirituales (nº 233), como respuesta agradecida ante el efecto de la gracia de Dios en la vida del ser humano.1 Jn 4, 8, que redirige al versículo del evangelio según San Juan que dice:Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. De nuevo construyendo sobre la fuerte intuición de Ignacio sobre la interconexión entre la relación con Dios y la relación con los demás.2 Cor 5, 2.17, otra referencia neotestamentaria, en este caso en la segunda carta de San Pablo a los cristianos de Corintio. Estos son los dos versículos citados: Suspiramos por el anhelo de revestirnos de nuestra morada celeste (v.2); y Quienquiera que vive en Cristo, es una criatura nueva. El mundo viejo ha pasado, un mundo nuevo ya ha nacido.A su divina majestad, extraído igualmente del nº 233 de los Ejercicios Espirituales. Expresión muy utilizada por Ignacio expresando la actitud de profunda reverencia que nuestro fundador sentí hacia el Señor.
El crucifijo del Aula es también obra de Rupnik, realizado en el Centro Aletti, un centro de estudios y de investigación de la Compañía de Jesús ligado al Instituto Pontificio Oriental (Roma) dedicado a la reflexión intercultural.
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