lunes, 31 de agosto de 2015

José Ignacio Calleja: "¿Dónde están los europeos del derecho a la vida?"

"No puede consentirlo el pueblo soberano sin perder a jirones su dignida
 Mientras que Turquía o el Líbano acogen a millones de refugiados, España ha aceptado en lo que va de año a 130
 No sé por dónde empezar, amigos,... veo esas fotos de niños "sirios" ahogados en las playas griegas e italianas, o aterrados junto a una valla de cuchillas afiladas, pienso en ellos, en sus padres... me pongo en su lugar mirando el rostro de los hijos de mi casa... y no sé cómo seguir.
No puedo ir a esa comida de familia, a esa compra en rebajas, a esa playa, a esa fiesta, a ese viaje, a ese bautizo... no puedo guardar para mí ese dinero ahorrado... no puedo ensimismarme en esa novela, en esa oración de la tarde, en esa visita cultural... y no sé cómo seguir.
¿De qué sirve la fe..., o la ética humanista, si no nos movilizan en esta causa, hasta "y dejándolo todo, le siguieron"? Tiene que reaccionar la iglesia mucho más. No puede seguir de vacaciones nadie con alguna responsabilidad en ella. No puede pasar de puntillas una clase política en Europa que sólo mira por su reelección temprana.
No puede consentirlo el pueblo soberano sin perder a jirones su dignidad. Asco de patrias y naciones, sí, que al cabo sirven ante todo para asegurar lo nuestro.
Mientras que Turquía o el Líbano acogen a millones de refugiados, España ha aceptado en lo que va de año a 130, según datos de Médicos sin Frontera. Estos niños, estas víctimas, son la primera ideología social y la primera ortodoxia religiosa.
La Iglesia tiene que decirlo a tiempo y a destiempo. Francisco debe hacer todavía más. Y nosotros vamos a recuperar el aliento y extender esto por doquier, vamos a movilizar las conciencias y la mano de los ciudadanos... hay ONGs haciendo mucho "in situ", pero los Gobiernos y los "pueblos de Europa" no reaccionan todavía.
Vamos a movilizarnos boca a boca, mano con mano, hasta conseguir que la Europa política y económica dé una salida digna a estas personas. Ellas somos ya nosotros y nuestros niños. ¡Ponte en su lugar! No es una opción, es una necesidad de tu corazón de persona.

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