El que escribió las mediaciones
para el próximo Vía Crucis de Papa Francisco en el Coliseo es el cardenal
Gualterio Bassetti, arzobispo de Perugia-Città della Pieve. El calvario de
Jesucristo toca, obviamente, el tema del sufrimiento, y al respecto el cardenal
no tiene ninguna duda: “No es cierto que el sufrimiento sea algo ‘absurdo’,
como decía Sartre”; hablar sobre el sufrimiento “significa reconocer que en
nuestras pequeñas cruces cotidianas Jesús está con nosotros cada día”.
El purpurado, en una entrevista a
“L’Osservatore Romano”, subrayó “el título
que he elegido para las meditaciones de este año: ‘Dios es misericordia’. Que es también el título de un libro
(no de los más conocidos, a decir verdad) de don Divo Barsotti, en el cual el
místico toscano comenta el episodio evangélico de la pecadora que entra a la
casa de Simón el fariseo durante el almuerzo con Jesús».
Las reflexiones del Viernes
santo, asegura Bassetti, también se referirán al Jubileo de la Misericordia,
que “representa el telón de fondo sobre el que se desarrolla todo el Vía
Crucis”, que, “como el Año
Santo, quiere hablar a todos los hombres y las mujeres de hoy, que a mí me
parecen cada vez más solos y confundidos, dentro de una sociedad en constante
movimiento que consume todo rápidamente (bienes, afectos y deseos), y que
parece haber perdido las nociones tanto de pecado como de verdad”. Según el
arzobispo, los hombres de hoy son “dramáticamente
infelices y sufrientes. Y esto se relaciona profundamente con
el Jubileo de la Misericordia. En la raíz de la palabra misericordia,
misericors, hay una referencia directa a la miseria humana e, indirectamente,
también al cotidiano sufrimiento de los hombres”.
Y sobre el sufrimiento, Bassetti
puntualiza: hablar de él “significa afirmar que no es cierto que sea algo
‘absurdo’, como decía Sartre. Jesús en la cruz se hizo cargo de nuestros
pecados y murió por nosotros. Y, en segundo lugar, significa reconocer que en
nuestras cruces cotidianas Jesús está con nosotros cada día. En esta época hay
un sufrimiento visible en los pobres, en los migrantes, en los enfermos, en las
personas solas y abandonadas. Pero, al mismo tiempo, encontramos hombres
riquísimos que parecen tener todo pero que en realidad no tienen nada, viven
una vida vacía y, en algunos casos, desean incluso la muerte”. Es por ello que
“el mal puede hasta ser ‘banal’, pero Jesús en la cruz ofrece otro significado
a la vida e indica un camino diferente: el de la conversión”.
En las meditaciones, el prelado
cita “a algunos Papas que han hablado (o que están hablando) con gran sabiduría
al hombre moderno: Juan XXIII, Juan Pablo II, Benedicto XVI, hasta llegar a
Francisco. Pero lo más importante no son las citas. En las meditaciones traté
de hablar al corazón del hombre, y para hacerlo puse muchos ejemplos
concretos”.
Estos: “En cada estación traté de
hacer una referencia a la actualidad, porque, como dice Francisco, ‘Dios es
real y se manifiesta en el hoy’. Hablo, por ejemplo, de los nuevos mártires que
ponen en peligro sus vidas incluso para hacer un funeral y que siguen siendo
asesinados en todos los rincones del mundo solamente porque son cristianos.
Hago referencia al drama de los migrantes y de los refugiados que después de haber
huido de la guerra encuentran la muerte en la fuga desesperada hacia la
libertad o en una patera en el Mediterráneo”. Bassetti también se refiere a “la
cosa más difícil de escribir»: la violencia contra los niños, contra los nuevos
esclavos del trabajo y contra los niños abusados por los adultos. Cuando
escribía esas líneas tuve la sensación de que no estaba utilizando la pluma
sobre una hoja de papel, sino un cincel sobre un pedazo de mármol; tan grande
era el sufrimiento por estas plagas”.
Para concluir, Bassetti revela
que un particular sobre el encargo que recibió de Francisco: “Una de las
últimas veces que he visto al Papa le dije: ‘Santidad, me encomendó una tarea
ardua’. Y Francisco me respondió: ‘Recuerda que no lo haces para mí, sino para
la Iglesia’. La forma con la que recogí la invitación para
escribir las meditaciones del Vía Crucis es la del servicio».
DOMENICO AGASSO JR
Artículo originalmente publicado por Vatican Insider
Aleteia
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