Al celebrar la audiencia
general del primer miércoles de octubre en la Plaza de San Pedro y ante miles
de fieles y peregrinos de numerosos países, el Papa Francisco prosiguió su
catequesis semanal sobre la familia, centrándose, en esta ocasión, en el “espíritu
familiar”.
Al recordar los trabajos del
Sínodo de los Obispos sobre “la vocación y la misión de la familia en la
Iglesia y en el mundo contemporáneo”, Francisco – hablando en italiano –
destacó que la familia que camina en la senda del Señor resulta fundamental en
el testimonio del amor de Dios, razón por la cual merece toda la dedicación de
la que la Iglesia es capaz.
El Santo Padre afirmó que el
Sínodo está llamado a interpretar esta solicitud y atención de la Iglesia, por
lo que invitó a acompañar el desarrollo sinodal de modo especial con la
oración. Y explicó que en este período las catequesis serán reflexiones
inspiradas en algunos aspectos de la relación indisoluble entre la Iglesia y la
familia, con el horizonte abierto al bien de la entera comunidad humana.
El Papa Bergoglio afirmó
asimismo que “los hombres y mujeres de hoy necesitan una inyección de espíritu
de familia”, y destacó que ante el débil reconocimiento y apoyo a la persona en
las diversas relaciones sociales, la familia abre una perspectiva más humana,
que permite establecer vínculos de fidelidad, sinceridad, cooperación y
confianza.
Además, el Obispo de Roma dijo
que la familia ofrece a la sociedad una perspectiva mucho más humana, puesto
que abre los ojos de la mirada y los demás sentidos de sus hijos sobre la vida
representando una visión de la relación humana basada en la libre alianza del
amor. De ahí que la familia – dijo el Papa –además de promover relaciones
de fidelidad, sinceridad, cooperación y respecto, anime a proyectar un mundo
habitable y a creer en las relaciones de confianza, incluso en condiciones
difíciles enseñando a honrar la palabra dada, y el respecto a cada individuo,
compartiendo los límites personales y de los demás.
El Santo Padre también destacó
que a la familia no se le da su debido peso, reconocimiento y apoyo en la
organización política y económica de la sociedad contemporánea hasta el extremo
de no generar más aprendizaje…
De ahí que el Papa haya
afirmado que la Iglesia individua el sentido histórico de su misión con
respecto a la familia y del auténtico espíritu familiar y comparó a las
familias como las redes más importantes para la misión de Pedro y de la
Iglesia. No una red que aprisiona, sino que libera de las aguas malas del
abandono y de la indiferencia, que ahogan a muchos seres humanos en el mar de
la soledad y de la indiferencia.
Y concluyó esta catequesis
manifestando su esperanza de que el entusiasmo de los Padres Sinodales,
animados por el Espíritu Santo, fomente el impulso de una Iglesia que abandona
sus viejas redes y se pone a pescar confiando en la Palabra de su Señor.
(María
Fernanda Bernasconi -
RV).
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