Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
"Los escribas y fariseos ocupan la
cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no
se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.
Atan pesadas cargas y las
ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni
siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los
vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta
ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las
sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar 'mi maestro' por la
gente.
En cuanto a ustedes, no se
hagan llamar 'maestro', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son
hermanos.
A nadie en el mundo llamen
'padre', porque no tienen sino uno, el Padre celestial.
No se dejen llamar tampoco
'doctores', porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
Que el más grande de entre
ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado,
y el que se humilla será ensalzado".
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