El Papa se encontró con los sacerdotes, religiosos, religiosas y
seminaristas en el Coliseo de Don Bosco de Santa Cruz, la tarde de este jueves.
Se vivieron emocionantes momentos acompañados de cantos y testimonios de
diferentes fieles.
En el
discurso, que el Papa había preparado con anterioridad para este momento,
reflexionó sobre el Evangelio de Marcos donde se lee la experiencia del ciego y
mendigo Bartimeo que llamó a Jesús a gritos y recuperó la vista. Y así analizó
las diferentes respuestas frente a los gritos del necesitado: pasar, cállate,
ánimo, levántate. “Pasar es el eco de la indiferencia, de pasar al lado de los
problemas y que éstos no nos toquen”, observó el Santo Padre “pasa y pasa, pero
no queda nada”.
“Cállate”, es la segunda actitud frente al grito de Bartimeo, según el
Obispo de Roma, escuchan pero no oyen, ven pero no miran. Y finalmente se
refirió al “ánimo, levántate” que según consideró es un grito que se transforma
en Palabra, en invitación.
Concluyendo su discurso explicó que ésta es la lógica del discipulado, esto
es lo que hace el Espíritu Santo con nosotros, “Un día Jesús nos vio al borde
del camino, sentados sobre nuestros dolores, sobre nuestras miserias. No acalló
nuestros gritos, por el contrario se detuvo, se acercó y nos preguntó qué podía
hacer por nosotros”.
(MZ-RV)
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