En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
-«Mirad que
os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y
sencillos como palomas.
Pero no os
fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las
sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así
daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os
arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su
momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que
habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Los
hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos;
se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.
Todos os
odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará. Cuando os
persigan en una ciudad, huid a otra.
Porque os
aseguro que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el
Hijo del hombre.»
Palabra del
Señor.
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