Este miércoles, 20 de septiembre, por la mañana, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha visitado el colegio diocesano San Jaime Apóstol, asentado en el distrito de Villaverde. El centro ofrece Educación Infantil, de 0 a 6 años, Educación Primaria y –desde este curso– Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Durante la jornada, el prelado ha recorrido las aulas, ha saludado a los profesores y ha mantenido un encuentro con los alumnos del centro educativo
Acompañado por el vicario general, Avelino Revilla, el vicario de la V, Juan Pedro Gutiérrez, y el párroco de San Jaime Apóstol y titular del centro, Francisco Mora, el arzobispo de Madrid ha comenzado la visita rezando a los pies del Santísimo, en la parroquia que sustenta cada una de las columnas del colegio.
«Yo quiero ser amigo vuestro»
Tras el encuentro con el Señor, ha comenzado a recorrer, clase por clase, las distintas aulas que conforman el centro. Los primeros afortunados han sido los alumnos de 5º de Primaria, que se encontraban en clase de Matemáticas. Estos, atentos a todas y cada una de las palabras del cardenal, le han enseñado el temario que estaban tratando. «Yo quiero ser amigo vuestro», ha destacado, antes de impartirles la bendición, para animarlos a «escuchar a Jesús» y a «estar ratos a solas con Él», porque «se ha querido quedar con nosotros en el misterio de la Eucaristía, aunque –como pasa con algunas asignaturas– muchas veces no lo entendamos».
Para Jesús «todos somos iguales», ha confesado, mientras David enumeraba, uno por uno, los números ordinales. «Jesús os quiere a todos por igual, al primero, al quinto, al noveno…» Y vosotros, ha preguntado, «¿seríais capaces de hacer eso con todos?». En medio de los números cardinales y ordinales, ha concluido antes de despedirse de ellos, «para Él todos somos los primeros».
La siguiente aula en recibir al prelado ha sido la de 6º que, en ese momento, se encontraba cursando Lengua y, en concreto, los signos de puntuación. «¿Qué es un acento?», les ha preguntado. Tras la respuesta de Daniela, ha destacado que «el acento es importante en la vida de uno», y «ponemos el acento en aquello que nos gusta más». Sin embargo, «si no pongo acento en lo que creo, en que la gente conozca a Jesús, no me creen». Por tanto, para un cristiano, ha aseverado, «es importantísimo el acento».
«Jesús nos pide que nos amemos»
Así, clase a clase y alumno a alumno, el arzobispo de Madrid ha ido conociendo las distintas sensibilidades que conforman el colegio San Jaime Apóstol. 1º, 2º, 3º, 4º de Primaria, las sílabas, las palabras agudas, llanas y esdrújulas, el diccionario, el idioma inglés, niños, bebés… Y así, un sinfín de detalles que ha hallado su culmen con los alumnos de 1º de ESO, que se encontraban en la clase de Tecnología. Y hablando de incógnitas y teoremas, ha señalado que «los problemas están para resolverse y, de varias soluciones, tenemos que elegir la mejor». «¿Y cuál es?», ha sonado de fondo. Ante la atención de los presentes, el cardenal ha respondido que «Jesús identificó el problema», y «Él da una solución: que nos amemos», y «yo cuento con vosotros para que hagamos juntos ese proyecto de Jesús».
ván, pensativo, desde la quinta fila, ha levantado la mano para poner en el corazón del prelado aquello que más le inquietaba: «¿A usted le ha hablado Dios alguna vez?». Ante la atenta mirada de los compañeros, el arzobispo ha contestado que a todos nos habla: «A veces a gritos, otras en lo más profundo de nuestro corazón y sin escuchar su palabra, pero siempre nos habla a todos». «¿Y eso cómo lo sabemos?», ha apuntado Camila. «Nos habla en su palabra y también a través de personas». De hecho, ha continuado, «ahora mismo me está hablando a través de ti». «¿Solo?», ha insistido Héctor. «Y por medio de un hombre tirado en la calle que nadie se acerca a él, también nos está hablando Dios», ha destacado.
Antes de la despedida, se ha acercado a los más pequeños, ha jugado, ha rezado y ha cantado con ellos, para concluir firmando ¬–con una dedicatoria– una fotografía que ha dejado patente cada uno de los gestos de esta singular visita.
Infomadrid/Carlos González
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