Ningún matrimonio se vive en lo "blanco y negro". El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martín, hizo este diagnóstico de la vida familiar en el mundo moderno. Ante tal realidad, insistió en que la Iglesia no puede simplemente "repetir fórmulas doctrinales" sino que ha de entender y responder a las "áreas grises" de las relaciones sentimentales.
En su homilía en una misa para los trabajadores de Accord, el servicio dublinés de pastoral del matrimonio, Martin reiteró que, en lo que a la vida familiar se refiere, "la Iglesia tiene que entender las áreas grises, los éxitos y fracasos, las alegrías y decepciones".
"No hay ninguna familia ideal en el mundo de hoy", observó el prelado. "De hecho, las familias buenas que todos conocemos serían las primeras en admitir que sus matrimonios y vida familiar son lejos de ser ideales", agregó, matizando que eso no significa que la Iglesia no proponga "un ideal al que todos podemos aspirar".
"Solo repitiendo fórmulas doctrinales no es la manera de acompañar a la gente", prosiguió el prelado, refiriéndose al "camino difícil" que se aventaja a menudo la vocación al matrimonio católico. "Los matrimonios empiezan como un sueño. Se topan con tiempos difíciles. Fracasan. Empiezan de nuevo".
"Hay algunos en la Iglesia a los que les perturba la capacidad del Papa de imaginarse en medio de las incertidumbres de las vidas de la gente", continuó el arzobispo de Dublín, aludiendo a ciertos jerarcas de la Iglesia que "parecen sentir que la afirmación de certezas de una manera abstracta y decidida es la única manera" de dar respuesta a los problemas con los que se encuentran las familias.
La hoja de ruta que el Papa ha fijado para la Iglesia entera, no obstante -la de acompañar a las familias en los vaivenes de la vida- significa, señaló Martin, "estar allí al lado de los afligidos, señalando hacia y también representando a Jesús, quien nos conduce poco y poco más allá de las dudas paralizantes que a menudo nos acosan, poco y poco dirigiéndonos más allá de nuestras limitaciones y las imperfecciones de nuestro amor".
El arzobispo de Dublín contrastó esta actitud doctrinaria con la que algunos católicos pretenden dar respuesta a los problemas a los que se enfrentan las parejas de hoy con el ejemplo comprensivo de Jesucristo. "El método de Jesús era el de acompañar", dijo el arzobispo. "Su método era el de demostrar que la misericordia es más efectiva que la condena a la hora de cambiar la vida de la gente".
Este ejemplo de Jesucristo lo ha hecho suyo el Papa Francisco sobre todo en el "caleidoscopio maravilloso" de la "belleza" del amor matrimonial que es la Amoris laetitia.
En su exhortación apostólica, aseveró Martin, el Papa "destaca el deber de la Iglesia de aprender cómo enseñar este mensaje (el de la doctrina sobre el matrimonio) en un lenguaje inteligible para los hombres y las mujeres de hoy día". Asimismo, en su escrito el Pontífice "destaca el papel de la Iglesia de acompañar a los hombres y las mujeres en el camino de la vida matrimonial y familiar, aún cuando los sueños iniciales han empezado a marchitarse o incluso cuando han desaparecido totalmente".
(Cameron Doody).
No hay comentarios:
Publicar un comentario