Ezequiel 34, 11-16
11 "Porque
así dice el Señor Yahvé: Aquí estoy yo; yo mismo cuidaré
de mi rebaño y velaré por él.
12 Como un pastor vela por su
rebaño cuando se encuentra en medio de sus ovejas dispersas, así velaré yo por
mis ovejas. Las recobraré de todos los lugares
donde se habían dispersado en día de nubes y brumas.
13 Las sacaré
de en medio de los pueblos, las reuniré
de los países, y las llevaré de nuevo a su suelo. Las
pastorearé por los montes de Israel, por los barrancos y por todos los
poblados de esta tierra.
14
Las apacentaré en buenos pastos, y su majada
estará en los montes de la excelsa Israel. Allí reposarán en buena majada; y
pacerán pingües pastos por los montes de Israel.
15 Yo mismo apacentaré mis ovejas
y yo las llevaré a reposar, oráculo del Señor Yahvé.
16 Buscaré
la oveja perdida, tornaré a la descarriada, curaré
a la herida, confortaré a la enferma; pero a la
que está gorda y robusta la exterminaré; las pastorearé con justicia.
Ezequiel 36, 22-32
22 Por eso, di a la Casa de Israel: Esto dice el
Señor Dios: No lo hago por vosotros, Casa de Israel, sino por mi santo Nombre, profanado
por vosotros en las naciones adonde fuisteis.
23 Mostraré la santidad de mi Nombre ilustre profanado entre
los paganos, que vosotros profanasteis en medio de ellos, y sabrán los paganos
que yo soy el Señor -oráculo del Señor Dios- cuando les muestre mi santidad en
vosotros.
24 Os recogeré por las
naciones, os reuniré de todos los países y os llevaré
a vuestra tierra.
25 Os rociaré con un agua pura que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar.
26 Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón
de piedra y os daré un corazón de carne.
27 Os infundiré mi espíritu
y haré que caminéis según mis preceptos y que cumpláis mis mandatos poniéndolos
por obra.
28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.
29
Os libraré de vuestras inmundicias, llamaré al grano y lo haré abundar y no os
dejaré pasar hambre;
30 haré que abunden los frutos de los árboles y
las cosechas de los campos, para que no os insulten los paganos llamándoos
muertos de hambre.
31 Al acordaros de vuestra conducta perversa y de
vuestras malas acciones, sentiréis asco de vosotros mismos por vuestras
culpas y abominaciones.
32 Sabedlo bien, no lo hago por vosotros
-oráculo del Señor Dios-; avergonzaos y sonrojaos de
vuestra conducta, Casa de Israel.
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