domingo, 8 de noviembre de 2015

Alaba, alma mía al Señor



Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-10 

 Alaba, alma mía, al Señor.

Que mantiene su fidelidad perpetuamente, 
que hace justicia a los oprimidos,  
que da pan a los hambrientos.  
El Señor liberta a los cautivos.

Alaba, alma mía, al Señor.

El Señor abre los ojos al ciego,  
el Señor endereza a los que ya se doblan,  
el Señor ama a los justos,  
el Señor guarda a los peregrinos.

Alaba, alma mía, al Señor.

Sustenta al huérfano y a la viuda  
y trastorna el camino de los malvados.  
El Señor reina eternamente,  
tu Dios, Sión, de edad en edad.


Alaba, alma mía, al Señor.

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