Nuevamente vuelve Pablo a hablar de la caridad, para atemperar la
aspereza de su reprensión.
Pues, después que los ha reprendido y les ha echado
en cara que no lo aman coma él los ama, sino que, separándose de su amor, se
han juntado a otros hombres perniciosos, por segunda vez, suaviza
la dureza de su reprensión, diciendo: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón,
esto es: "Amadnos".
El favor que pide no es en manera alguna gravoso,
y es un favor de más provecho para el que lo da que para el que lo recibe. Y no
dice: "Amadnos", sino: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón,
expresión que incluye un matiz de compasión. "¿Quién -dice- nos ha echado
fuera de vuestra mente? ¿Quién nos ha arrojado de ella? ¿Cuál es la causa de
que nos sintamos al estrecho entre vosotros?". Antes había dicho: Vosotros
estáis encogidos por dentro, y ahora aclara el sentido de esta expresión,
diciendo: Dadnos amplio lugar en vuestro corazón, añadiendo este nuevo motivo
para atraérselos. Nada hay, en efecto, que mueva tanto a amar como el
pensamiento, por parte de la persona amada, de que aquel que la ama desea en
gran manera verse correspondido.
Ya os tengo dicho -añade- que os llevo tan en el corazón, que estamos unidos para vida y para muerte. Muy grande es la fuerza de este amor, pues que, a pesar de sus desprecios, desea morir y vivir con ellos.
"Porque os llevamos en el corazón, mas no de cualquier modo, sino del modo dicho". Porque puede darse el caso de uno que ame pero rehúya el peligro; no es éste nuestro caso. Me siento lleno de ánimos. ¿De qué ánimos? "De los que vosotros me proporcionáis: porque os habéis enmendado y me habéis consolado así con vuestras obras." Esto es propio del que ama, reprochar la falta de correspondencia a su amor, pero con el temor de excederse en sus reproches y causar tristeza. Por esto, dice: Me siento lleno de ánimos y rebosando de alegría.
Ya os tengo dicho -añade- que os llevo tan en el corazón, que estamos unidos para vida y para muerte. Muy grande es la fuerza de este amor, pues que, a pesar de sus desprecios, desea morir y vivir con ellos.
"Porque os llevamos en el corazón, mas no de cualquier modo, sino del modo dicho". Porque puede darse el caso de uno que ame pero rehúya el peligro; no es éste nuestro caso. Me siento lleno de ánimos. ¿De qué ánimos? "De los que vosotros me proporcionáis: porque os habéis enmendado y me habéis consolado así con vuestras obras." Esto es propio del que ama, reprochar la falta de correspondencia a su amor, pero con el temor de excederse en sus reproches y causar tristeza. Por esto, dice: Me siento lleno de ánimos y rebosando de alegría.
De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre la segunda carta a los Corintios (Homilía 14,1-2: PG 61, 497-499)
Fuente: News.va
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