sábado, 11 de abril de 2015

Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

Sal 117,1 y 14-15.16-18.19-21 

Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Dad gracias al Señor porque es bueno, 
porque es eterna su misericordia. 
El Señor es mi fuerza y mi energía, 
él es mi salvación. 
Escuchad: hay cantos de victoria 
en las tiendas de los justos.
Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
La diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.
No he de morir, viviré 
para contar las hazañas del Señor. 
Me castigó, me castigó el Señor, 
pero no me entregó a la muerte.
Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Abridme las puertas del triunfo, 
y entraré para dar gracias al Señor. 
Esta es la puerta del Señor: 
los vencedores entrarán por ella. 
Te doy gracias porque me escuchaste 
y fuiste mi salvación.
Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

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