El P. Jesús Morán miembro y copresidente del Movimiento de los Focolares que cumplió 50 años de fundación en Chile, explicó cómo la Iglesia puede hacer frente a las sociedades secularizadas.
El sacerdote dijo a ACI Prensa que hay «países que están viviendo un proceso de exculturación» vale decir, el rechazo a «la encarnación del anuncio en la cultura, los grandes valores del humanismo cristiano». «Si no escuchamos al mundo, corremos el riesgo de ofrecer respuestas equivocadas». Este, por ejemplo, «es el gran drama de la Iglesia en Europa».
Para evangelizar el mundo actual, explicó el presbítero, los movimientos eclesiales deben ser fieles a su carisma y buscar los modos para hacerlo cada vez más fértil. Este proceso, indicó, se puede plasmar con un concepto de San Juan Pablo II conocido como la «fidelidad creativa».
En primer lugar, resaltó el P. Morán, es necesario recurrir «a las fuentes, es decir, al Evangelio y al carisma» a través de la revelación dada por Dios. También, se deben «escuchar los signos de los tiempos, el lenguaje del hombre de hoy».
En segundo lugar, «entra en juego la creatividad, como un impulso del Espíritu Santo» para hacer frente al desafío de «recrear la cultura cristiana en un mundo distinto poniendo en movimiento la técnica de Jesús que son los encuentros significativos con las personas». Es decir, «hacer que Jesús esté vivo en las comunidades, en las parroquias, en los movimientos porque de otra manera no tenemos receptividad». «Estos encuentros significativos son el futuro de la Iglesia en sociedades secularizadas», enfatizó el P. Morán.
El copresidente de los Focolares manifestó su alegría por su movimiento que «siempre quiso ser un signo de unidad y fraternidad en un país que ha sufrido muchas divisiones».
Los 50 años del movimiento en Chile constituyen «una gran oportunidad para agradecer a Dios por tantas personas que han dado la vida por este ideal de unidad». «Para poder escuchar al hombre de hoy, pienso que también han adquirido la madurez para poder ser un signo visible y eficaz, para poder ser más incisivos en la sociedad», finalizó.
Medio siglo
El Movimiento de los Focolares llegó a Chile en 1967 con el apoyo del obispo de Osorno, de esa época, monseñor Francisco Valdés Subercasseaux.
El P. Morán vivió en Chile durante 23 años y llegó al país sureño para celebrar los 50 años de vida con el lanzamiento de su libro titulado ‘Tomar el Pulso del tiempo: El desafío de la actualización de un Carisma’, el pasado 2 de noviembre en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
La reflexión del P. Morán se basa en su experiencia como miembro del Movimiento de los Focolares iniciado por la italiana Chiara Lubich en 1943 en Trento, Italia.
Sus miembros insertos en todos los ámbitos de la sociedad, consagrados y laicos, viven una espiritualidad de comunión y promueven la construcción de un mundo más unido, motivados por la oración de Jesús al Padre: «Que todos sean uno» (Jn. 17, 21).
Algunos movimientos eclesiales y nuevas comunidades laicales surgieron en la Iglesia como fruto del Concilio Vaticano II.
Son realidades que han recibido el aliento de San Juan Pablo II, especialmente en el Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales de 1998; de Benedicto XVI, especialmente en Pentecostés de 2006; y el Papa Francisco que recibe a algunos de ellos anualmente.
ACI/Giselle Vargas
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