El Papa Francisco recibió esta mañana a los participantes en el congreso internacional “Por un mundo libre de las armas nucleares y por el desarme integral”, que se está celebrando en el Vaticano. Participan en esta reunión once Premios Nobel de la Paz, altos cargos de la ONU y la OTAN, diplomáticos, representantes de los Estados, entre ellos Rusia, Estados Unidos, Corea del Sur, Irán.
En su discurso, el Papa Francisco dijo, entre otras cosas:
“Es un hecho que la espiral de la carrera armamentista no se detiene y que los costos de modernización y desarrollo de las armas, no solamente las nucleares, representan un gasto considerable para las naciones, hasta el punto de dejar en segundo plano las prioridades reales de la humanidad que sufre: la lucha contra la pobreza, la promoción de la paz, la realización de proyectos educativos, ecológicos y sanitarios, y el desarrollo de los derechos humanos.
Además, no podemos por menos que sentir una aguda inquietud si consideramos las catastróficas consecuencias humanitarias y ambientales derivadas de cualquier empleo de las armas nucleares.
Por lo tanto, considerando incluso el riesgo de una detonación accidental de esas armas, tenemos que condenar enérgicamente la amenaza de su uso, así como su posesión, precisamente porque existen en función de una lógica del miedo que no concierne solamente a las partes involucradas en el conflicto, sino a todo el género humano.
Las relaciones internacionales no pueden estar dominadas por la fuerza militar, la intimidación mutua o la ostentación de los arsenales bélicos. Las armas de destrucción masiva, en particular las atómicas, no generan nada más que una engañosa sensación de seguridad y no pueden constituir la base de la convivencia pacífica entre los miembros de la familia humana, que debe inspirarse en una ética de la solidaridad...
Es necesario, en primer lugar... ocuparse de las personas y de los pueblos que sufren las desigualdades más dolorosas, a través de una labor que dé prioridad, con paciencia, a los procesos solidarios en vez de al egoísmo de los intereses... Debemos promover lo humano en su unidad inseparable de cuerpo y alma, de contemplación y acción”.
La conferencia ha sido organizada por el el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano. Participan también miembros de las Conferencias episcopales católicas; representantes de otras religiones; y delegaciones de profesores y estudiantes de universidades de Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea.
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