viernes, 1 de septiembre de 2017

El nuevo abad de Covadonga espera que «se reavive la fe y el compromiso de nuestras comunidades»



Comienza la novena a Nuestra Señora de Covadonga y el Año Jubilar concedido por el Papa Francisco en el centenario de la coronación canónica de la Virgen
Miércoles 30 de agosto. Hoy comienza la novena a Nuestra Señora de Covadonga, que tendrá un sentido especial para Adolfo Mariño. «He venido siempre como peregrino y aquí me acogían. Ahora soy yo el abad para acoger a los que peregrinan hasta la casa de Dios».
Este sacerdote asturiano (Avilés, 1953) ha sido nombrado hace poco más de dos meses como nuevo abad del Santuario de Covadonga, cargo que acogió «con disponibilidad. Cuando alguien llega a la ordenación [él lo hizo hace 38 años] hay que sentirse y mostrarse disponible». También sintió «temor ante la tarea encomendada», reconoce a Alfa y Omega, pero este último sentimiento ha ido desapareciendo gracias a la colegialidad con la que está afrontando su tarea. «Solo soy primus inter pares [primero entre los iguales]. Esto no es cosa de uno. Este camino lo recorro con mis hermanos canónigos que Dios ha puesto a mi lado».
Regalo a la madre de Dios
La novena será asimismo especial para todos los fieles en general, pues supondrá el comienzo del Año Jubilar que el Papa Francisco ha concedido al santuario y que se extenderá hasta el 8 de septiembre de 2018.
El año santo llega al conmemorarse el centenario de la coronación canónica de la Virgen de Covadonga. El 8 de septiembre de 1918, en el duodécimo centenario de la batalla de Covadonga –en la que don Pelayo venció a las tropas de Al Qama y con la que se inició la reconquista de España–, la Virgen fue coronada solemnemente por el entonces cardenal arzobispo de Toledo, el asturiano Victoriano Guisasola, en presencia de los reyes Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia. La corona que desde entonces porta Nuestra Señora de Covadonga fue costeada gracias a las joyas y donativos de los fieles. «Este acto fue como un regalo en reconocimiento a la dignidad y grandeza de la madre de Dios», explica Mariño.
Año jubilar
A los 100 años de este hecho, en la festividad de Nuestra Señora de Covadonga –8 de septiembre–, comenzará el Año Jubilar con el que el abad del santuario espera que «se reavive la fe de los fieles y nuestras comunidades estén más comprometidas».
Comenzando con la novena que arranca este miércoles, así como en cada uno de los actos que se han preparado para la celebración, el objetivo es «convertir todo en un trampolín que nos lance desde María hacia nuestra propia diócesis para dar vida a nuestras comunidades».
En este sentido, «se han preparado actos en toda la diócesis: vigilias, coloquios, conciertos…Todos los arciprestazgos, las parroquias, las vicarías, se han volcado y seguro que va a ser un momento muy especial para nosotros».
Al final, Adolfo Mariño espera el «gran regalo y milagro de la Santina», que sería «que nos dejásemos vencer y convencer por Cristo y por María, y que se fortaleciera nuestra fe».
José Calderero @jcalderero
Alfa yOmega

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