“La Iglesia está viva, si formando un solo ser viviente con Cristo, es portadora de vida, es materna, es misionera, sale al encuentro del prójimo, solícita para servir sin perseguir poderes mundanos que la hacen estéril”, es la exhortación del Papa Francisco a los participantes en la 68° Semana Litúrgica Nacional, organizado por el Centro de Acción Litúrgica (CAL) de Italia, a quienes recibió en Audiencia este 24 de agosto, en el Aula Pablo VI del Vaticano.
En su discurso, el Santo Padre recordó que, el Centro de Acción Litúrgica este año cumple 70 años de fundación, y que este arco de tiempo es un periodo en el cual, en la historia de la Iglesia y, en particular, en el de la liturgia, han sucedido eventos sustanciales y no superficiales como el Concilio Vaticano II y la Reforma Litúrgica que de ella ha surgido. Eventos, señaló el Pontífice, que no han florecido espontáneamente, sino que han sido preparados largamente. Desde los cambios introducidos por San Pío X a la liturgia, hasta el Concilio Vaticano II y la promulgación de la Constitución Sacrosanctum Concilium (SC), como así también, los libros litúrgicos promulgados por el Beato Pablo VI.
“Y hoy todavía hay mucho que hacer en esta dirección – afirmó el Papa – en particular redescubriendo los motivos de las decisiones realizadas con la reforma litúrgica, superando lecturas infundadas y superficiales, recepciones parciales y prácticas que la desfiguran. No se trata de repensar la reforma revisando las opciones – precisó el Pontífice – cuanto de conocer mejor las razones subyacentes, incluso por medio de los documentos históricos, como también de interiorizar los principios inspiradores y de observar la disciplina que la rige”.
La liturgia es viva por la presencia de Cristo resucitado
Después de haber recorrido la memoria histórica del movimiento litúrgico, el Papa Francisco reflexionó sobre algunos aspectos de la liturgia a la luz del tema elegido para la 68° Semana Litúrgica Nacional: “Una liturgia viva para una Iglesia viva”.
“La liturgia es viva en razón de la presencia viva de Aquel que muriendo ha destruido la muerte y resucitando nos ha devuelto la vida. Sin la presencia real del misterio de Cristo – afirmó el Papa – no existe ninguna vitalidad litúrgica. Lo que define la liturgia es de hecho la actuación, en los santos signos, del sacerdocio de Jesucristo, es decir, la entrega de su vida hasta extender sus brazos en la cruz, sacerdocio hecho presente en modo constante a través de los ritos y las oraciones, máximamente en su Cuerpo y Sangre, pero también en la persona del sacerdote, en la proclamación de la Palabra de Dios, en la asamblea congregada en oración en su nombre”.
La liturgia es vida para todo el pueblo de la Iglesia
Por su naturaleza, señaló el Papa Francisco, la liturgia es vida para todo el pueblo de Dios, de hecho, dijo, es “popular” y no clerical, ya que es una acción para el pueblo y del pueblo.
“La liturgia es vida para el entero pueblo de la Iglesia. Por su naturaleza – puntualizó el Papa – la liturgia es de hecho ‘popular’ y no clerical, siguiendo la etimología, es una acción para el pueblo, pero también del pueblo. Como lo recuerdan tantas oraciones litúrgicas, es la acción que Dios mismo realiza en favor de su pueblo, pero también es la acción del pueblo que escucha a Dios que habla y responde alabándolo, invocándolo, acogiendo la inagotable fuente de vida y de misericordia que fluye en los santos signos”.
Esta dimensión “popular” de la liturgia, afirmó el Santo Padre, nos recuerda que es inclusiva y no exclusiva, promotora de comunión entre todos, sin homologar los diferentes carismas y vocaciones en la Iglesia, cuerpo de Cristo.
La liturgia es vida y no una idea por entender
Por ello, la liturgia dijo el Papa, es vida y no una idea por entender. Es una acción que transforma el modo de pensar y de comportarse, es fuente de vida y de luz para nuestro camino de fe.
“La liturgia es vida y no una idea por entender. De hecho, nos lleva a vivir una experiencia transformadora del modo de pensar y de comportarse, y no enriquece el propio bagaje cultural de las ideas de Dios. El culto litúrgico no es sobre todo una doctrina por comprender, o un rito por realizar; es naturalmente también esto, pero de otro modo, es esencialmente diverso: es una fuente de vida y de luz para nuestro camino de fe”.
Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco invitó a los responsables del Centro de Acción Litúrgica a proseguir en fidelidad a la inspiración original de servir a la oración del pueblo santo de Dios. “Es una tarea que todavía hoy les pido – dijo el Papa – de ayudar a los ministros ordenados, como a los demás ministros, los cantores, los artistas, los músicos, a cooperar para que la liturgia sea fuente y culmen de la vitalidad de la Iglesia”.
(Renato Martinez – Radio Vaticano)
(from Vatican Radio)
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