En el miércoles de cenizas que da inicio al tiempo litúrgico de la Cuaresma, el Papa Francisco relacionó el camino cuaresmal con la esperanza cristiana, y explicó que la Cuaresma, camino hacia la Pascua de Jesús, período de penitencia y mortificación que tiene como fin hacernos resurgir en Cristo, es, por naturaleza propia, un “tiempo de esperanza”.
Para profundizar sobre el significado del mismo, el pontífice se refirió a la experiencia del éxodo de los israelitas de Egipto, narrado por las Sagradas Escrituras: “Hoy, miércoles de ceniza, - dijo hablando en español - los invito a reflexionar sobre la cuaresma como tiempo de esperanza. Al igual que el Pueblo de Israel que sufrió la esclavitud en Egipto, cada uno de nosotros está llamado a hacer experiencia de liberación y a caminar por el desierto de la vida para llegar a la tierra prometida”.
El éxodo, un período largo de cuarenta años en el que el pueblo de Israel, ante las pruebas del camino, está siempre tentado de hacer marcha atrás, pero en el cual gracias a la esperanza y de la mano del Señor, finalmente es conducido de la esclavitud hacia la libertad. A partir de este concepto el Obispo de Roma hizo el punto en que la Cuaresma, como el éxodo, es un camino que nos conduce de la esclavitud hacia la libertad donada por Cristo Jesús: “Jesús nos abre el camino al cielo a través de su pasión, muerte y resurrección. Él ha debido humillarse y hacerse obediente hasta la muerte, vertiendo su sangre para librarnos de la esclavitud del pecado. Es el beneficio que recibimos de él, que debe corresponderse con nuestra acogida libre y sincera”.
El Papa añadió en italiano que la libertad que nos dona Jesús, no conlleva a que nosotros “no hagamos nada”, y que vayamos al paraíso “en carroza”, dado que, si bien nuestra salvación es don de Cristo, porque se trata de una “historia de amor”, “necesita de nuestro sí, y de nuestra participación en su amor, como nos lo demuestra nuestra Madre María, y después de ella, todos los santos”.
En la conclusión de la catequesis, tras recordar que los cristianos estamos llamados a seguir el ejemplo de Nuestro Señor que venció al tentador, y que ahora también nosotros debemos afrontar la tentación y superarla, de modo que nuestro camino cuaresmal sea signo sacramental de nuestra conversión, exhortó a todos “a caminar en esperanza y con empeño en este camino de amor, que Dios hoy nos propone al inicio de la Cuaresma”.
“Que nuestro esfuerzo forje una esperanza sólida, como la de María, que continuó a creer y a esperar incluso cuando se encontraba junto a la cruz de su Hijo. Que Dios los bendiga a todos”.
(Griselda Mutual - Radio Vaticano)
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