Hacer la voluntad de Dios no significa no discutir o enojarse con el Señor. Lo importante es ser verdaderos y no fingidos y, al final, decirle nuestro “sí”. Es en síntesis el concepto que puso de manifiesto el Santo Padre Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
La historia de la salvación es una historia del “sí”
El Pontífice comenzó su reflexión a partir de la Carta a los Hebreos propuesta por la liturgia del día. Con sus palabras el Papa recordó que cuando Cristo viene al mundo, dice: “Tú no has querido ni te han gustado los sacrificios, las ofrendas o los holocaustos por el pecado. He aquí que vengo a hacer tu voluntad”. Y explicó que esta palabra de Jesús cierra una historia concatenada de “sí”. Porque como afirmó: “La historia de la salvación” es “una historia de sí”.
Después de Adán – que se esconde porque tenía miedo del Señor – Dios comienza a llamar y a escuchar la respuesta de aquellos hombres y mujeres que dicen: “Heme aquí. Estoy dispuesto. Estoy dispuesta”. Desde el sí de Abraham, Moisés, Elías, Isaías y Jeremías, hasta llegar al gran “sí” de María y al último “heme aquí”, el de Jesús. “Una historia de ‘heme aquí’, pero no automáticos”, porque “el Señor dialoga con aquellos a los que invita”:
“El Señor siempre dialoga con aquellos a los que invita a recorrer este camino y a decir que sí. Tiene tanta paciencia, tanta paciencia. Cuando leemos el Libro de Job, todos los razonamientos de Job, que no entiende, sus respuestas, y el Señor que le responde, lo corrige… y al final, ¿cuál es el sí de Job? ‘Ah, Señor, Tú tienes razón: yo sólo te conocía por haber oído hablar de ti; ahora mis ojos te han visto’. El sí, cuando existe la voluntad, ¡eh! La vida cristiana es esto: un ‘heme aquí’, un ‘sí’ continuo para hacer la voluntad del Señor. Y uno detrás del otro… Es bello leer la Escritura, la Biblia, buscando las respuestas que las personas dan al Señor, cómo respondían, y encontrarlas, es tan bello. ‘Heme aquí, estoy aquí para hacer Tu voluntad’”.
Jamás fingir con Dios
La liturgia del día exhorta a reflexionar acerca de cómo va mi ‘sí’ al Señor, dijo el Pontífice, y añadió:
“¿Voy a esconderme, como Adán, para no responder? O, cuando el Señor me llama, en lugar de decir ‘heme aquí’ o ‘¿qué cosa quieres de mí?’, ¿huyo como Jonás, que no quería hacer lo que el Señor le pedía? ¿O finjo que hago la voluntad del Señor, pero sólo externamente, como los Doctores de la Ley a quienes Jesús condena duramente? Fingían: ‘Todo bien… ninguna pregunta: yo hago esto y nada más’. ¿O miro hacia otro lado, como hicieron el levita y el sacerdote ante aquel pobre hombre herido, golpeado por los malhechores, dejado medio muerto? ¿Cómo es mi respuesta al Señor?”.
También enojarse con Dios es rezar
El Papa Bergoglio concluyó su homilía diciendo que el Señor nos llama todos los días y nos invita a decir nuestro “sí”, si bien – añadió – podemos “discutir con Él”:
“A Él le gusta discutir con nosotros. Alguno me dice: ‘Pero, Padre, yo tantas veces cuando voy a rezar, me enojo con el Señor…’. ¡También esto es oración! ¡A Él le gusta cuanto te enojas y le dices en la cara lo que sientes, porque es Padre! Y esto también es un 'heme aquí'… ¿O me escondo? ¿O huyo? ¿O finjo? ¿O miro para otro lado? Cada uno de nosotros puede responder: ¿Cómo es mi ‘sí’ al Señor, para hacer Su voluntad sobre mi vida? ¿Cómo es? Que el Espíritu Santo nos dé la gracia de encontrar la respuesta”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
(from Vatican Radio)
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