Ante el «sentimiento de disgusto y de resignación» que genera un exceso de malas noticias, el Papa Francisco ha pedido el martes a los medios «una comunicación constructiva que, rechazando los prejuicios contra los demás, fomente una cultura del encuentro que ayude a mirar la realidad con auténtica confianza».
En su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2017, el Santo Padre no propone falsificar ni edulcorar la realidad, pero sí salir al paso del fuerte desequilibrio en favor de las noticias negativas por motivos comerciales, intereses partidistas o puro pesimismo.
El Papa considera necesario «romper el círculo vicioso de la angustia y frenar la espiral del miedo, fruto de esa costumbre de centrarse en las “malas noticias”, como guerras, terrorismo, escándalos y cualquier tipo de frustración en el acontecer humano». Abusar de ellas amarga la vida y paraliza a lectores y espectadores.
El problema es que, «en un sistema comunicativo donde reina la lógica de que una noticia ha de causar un impacto, y donde fácilmente se hace espectáculo del drama del dolor y del misterio del mal, se puede caer en la tentación de adormecer la propia conciencia o de caer en la desesperación».
Superar el disgusto y la resignación
Recuperar la perspectiva correcta es necesario, según Francisco, para «superar ese sentimiento de disgusto y de resignación que con frecuencia se apodera de nosotros, arrojándonos en la apatía, generando miedos o dándonos la impresión de que no se puede frenar el mal».
En la fiesta de san Francisco de Sales, patrono de los periodistas, el Papa les invita a buscar «un estilo comunicativo abierto y creativo, que no dé todo el protagonismo al mal, sino que trate de mostrar las posibles soluciones, favoreciendo una actitud activa y responsable en las personas». En definitiva, responsabilidad profesional y social.
El mensaje del Papa ha sido presentado de un modo novedoso en la Sala de Prensa de la Santa Sede. En lugar de la clásica mesa realzada, tipo antigua universidad, el escenario era una sala de estar con tres sillones, como en las tertulias televisivas.
El jefe de la Secretaría de Comunicación, Dario Viganò, ha participado en un diáogo con la corresponsal de CNN, Delia Gallagher, la viceportavoz del Papa, Paloma García Ovejero, y los periodistas asistentes. Monseñor Viganò ha confirmado que al Papa no le molestan las críticas sino que incluso las agradece, pues sería un desastre estar rodeado de personas que le siguiesen la corriente.
El problema, en cambio, son las falsas noticias con las que intoxican algunas personas hostiles dentro y fuera de la Iglesia. Según Viganò, «las falsas noticias causan sensación pero duran poco. Provienen siempre de los mismos ambientes. No tienen mucho interés».
Juan Vicente Boo/ABC
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