jueves, 25 de agosto de 2016

Benedicto XVI revela los motivos de su renuncia y cómo es su relación con Francisco


Elio Guerriero, del diario La Repubblica, entrevista al Papa emérito. Durante la conversación, Benedicto asegura que renunció porque no podía «hacer un viaje tan fatigoso» como el de la JMJ de Rio de Janeiro y que «la obediencia a mi sucesor nunca se ha puesto en discusión»
El Papa Emérito Benedicto XVI ha reconocido en una entrevista concedida al diario italiano La Repubblica que renunció al pontificado en febrero de 2013 porque tenía la convicción de que no podría viajar a Brasil para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro en julio de ese año.
«Tenía dos convicciones bien precisas: después de la experiencia del viaje a México y Cuba, ya no me sentía con la capacidad de hacer un viaje tan fatigoso», ha revelado.
«Además, con la estructura que San Juan Pablo II dio a estas jornadas, la presencia física de un Papa era indispensable. No se podía pensar en una conexión televisiva o en otras formas respaldadas por la tecnología», ha agregado.
A su juicio, estar impedido para realizar el viaje a Brasil «era una circunstancia por la cual la renuncia era un deber». «Tenía finalmente la confianza en que sin mi presencia, el Año de la Fe llegaría a buen fin. La fe, de hecho, es una gracia, un don generoso de Dios para los creyentes -ha asegurado-. Tenía, por ello, la firme convicción de que mi sucesor, así como vino luego, iba a llevar igualmente a buen término mi iniciativa».
Asimismo, Benedicto XVI ha explicado que durante el histórico viaje que realizó a México y Cuba, experimentó «los límites de la resistencia física». «Sobre todo, me di cuenta de que no podía afrontar en el futuro los vuelos transoceánicos por el problema del huso horario», ha afirmado.
«Naturalmente hablé de estos problemas también con mi médico, el doctor Patrizio Polisca -ha asegurado-. Se hacía claro de este modo que no estaba capacitado para participar en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro en el verano (europeo) de 2013, ya que se oponía claramente el problema del huso horario. Desde entonces en adelante lo que tocaba era decidir en un tiempo relativamente breve la fecha de mi retiro».
Relación con el Papa Francisco
Durante la entrevista, centrada por completo en la renuncia de Benedicto XVI, Elio Guerriero le pregunta al Papa emérito por su relación con Francisco. «La obediencia a mi sucesor nunca se ha puesto en discusión. Pero hay además un sentimiento de comunión profunda y de amistad», responde Ratzinger.
«Personalmente me impresionó profundamente desde el primer momento la extraordinaria disponibilidad humana del Papa Francisco respecto a mí. Nada más ser elegido me llamó por teléfono. No consiguiéndolo en ese intento, me volvió a llamar inmediatamente después de su encuentro con la Iglesia universal en el balcón de San Pedro y me habló con gran cordialidad», cuenta Benedicto. Desde entonces, continúa el Papa emérito, «me ha regalado una maravillosa relación paterno-fraternal».
Francisco acude frecuentemente a visitar a su predecesor, le escribe cartas y le envía pequeños regalos. «La benevolencia humana con la que me trata es una gracia especial para mí en esta última fase de mi vida», confiesa Ratzinger. «Lo que dice sobre la disponibilidad hacia los demás no son solamente palabras. Las pone en práctica conmigo», concluye.
Alfa y Omega/Europa press

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