En la explanada del Parque Jordán en Cracovia tuvo lugar la Ceremonia de Bienvenida de los jóvenes en medio de un clima festivo y coloreado con banderas provenientes del mundo entero.
Entre los cantos y la alegría de los jóvenes, el evento tuvo su momento culmen con la llegada y el encuentro con el Papa Francisco. Contó con músicas y danzas típicas del lugar que expresban la acogida del pueblo polaco a los jóvenes de todo el mundo, y con el desfile de grupos de jóvenes que presentaban al Papa las banderas de los diversos continentes y las fotografías de los santos "Testigos de Misericordia": San Vicente de Paúl por Europa, la beata Madre Teresa de Calcuta por Asia, Santa María MacKillop (también llamada Santa María de la Cruz), por Australia y Oceanía, Santa Josefina Bakhita por África, San Damián de Molokai por América del Norte y la Beata Maria Rita Lopes Pontes de Sousa Brito, llamada hermana Dulce por América del Sur.
"Es Jesús quien nos ha convocado a esta 31 Jornada Mundial de la Juventud; y es Jesús quien nos dice ‘Felices los misericordiosos, porque encontrarán misericordia’" (Mt 5,7) les dijo el Papa a los jóvenes, después de haber agradecido a todos por la calurosa acogida. En las palabras que les dirigió, el pontífice les hizo presente que es "un regalo del cielo" poder ver que, con sus cuestionamientos, los jóvenes buscan hacer que las cosas sean diferentes, y afirmó además que la Iglesia hoy los mira y quiere aprender de ellos, para renovar su confianza en que la Misericordia del Padre tiene rostro siempre joven y no deja de invitar a todos a ser parte de su Reino.
La misericordia siempre tiene rostro joven, porque un corazón misericordioso se anima a salir de su comodidad, sabe ir al encuentro de los demás y logra abrazar a todos, explicó el Papa Francisco, y confesó asimismo el dolor que le genera encontrar a jóvenes que parecen haberse "jubilado antes de tiempo", o a los que dejan la vida buscando el "vértigo" por caminos oscuros, detrás de falsos vendedores de ilusiones.
"¿Quieren para sus vidas ese vértigo alienante o quieren sentir esa fuerza que los haga sentirse vivos, plenos?", les preguntó el Pastor y Guía de la Iglesia Universal, quien dio a los jóvenes un mensaje muy claro: "para ser plenos, para tener fuerza renovada, hay una respuesta: no es una cosa, no es un objeto, es una Persona y está viva, y se llama Jesucristo". "Jesucristo es quien sabe darle verdadera pasión a la vida, Jesucristo es quien nos mueve a no conformarnos con poco y a dar lo mejor de nosotros mismos; es Jesucristo quien nos cuestiona, nos invita y nos ayuda a levantarnos cada vez que nos damos por vencidos. Es Jesucristo quien nos impulsa a levantar la mirada y a soñar alto". A continuación, las palabras del Papa:
(Griselda Mutual – Radio Vaticano)
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