Papa Francisco comenzó su discurso ante las Autoridades Políticas, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático de Armenia en el Palacio Presidencial de Ereván, destacando “la profundidad de la historia del país y la belleza de su naturaleza”. Después de saludar al Presidente de Armenia, Serj Sarkissian y de agradecerle su invitación al país caucásico, añadió que ésta era la ocasión para devolver la visita que ya hicieron las autoridades armenias el año pasado a Roma, cuando se celebró en la Basílica de San Pedro la misa por el centenario del Metz Yeghèrn, el “Gran Mal”, de 1915. “Aquella tragedia, por desgracia,inauguró la triste lista de las terribles catástrofes del siglo pasado, causadas por aberrantes motivos raciales, ideológicos o religiosos, que cegaron la mente de los verdugos hasta el punto de proponerse como objetivo la aniquilación de poblaciones enteras”, aseguró el Santo Padre.
Y en este sentido, la persecución cristiana que se ha vivido a los largo de la historia del mundo y que se sufre todavía activamente en muchos países, fue una parte importante del discurso del Papa Francisco. “Es indispensable que los responsables del destino de las naciones pongan en marcha, con valor y sin demora, iniciativas dirigidas a poner fin a este sufrimiento, y que tengan como objetivo primario la búsqueda de la paz, la defensa y la acogida de los que son objeto de ataques y persecuciones, la promoción de la justicia y de un desarrollo sostenible”.
Armenia ha sufrido a lo largo de su historia esta situación en primera persona y ahora ayuda activamente a los miles de ciudadanos sirios que han huido de su país por la guerra. Es por eso que el Obispo de Roma valora su actitud ante esta realidad, “animo a que no dejen de ofrecer su valiosa colaboración a la comunidad internacional”. Y aseguró que es “vital” que todos los que todos los que confiesan su fe en Dios unan sus fuerzas para “aislar a quien usa la religión para llevar a cabo proyectos de guerra, de opresión y de persecución violenta”.
Finalmente Papa Francisco recordó que la Iglesia Católica a pesar de estar presente en el país con recursos “humanos limitados”, contribuye en la ayuda dirigida a los más débiles tanto en el campo sanitario, educativo y en la caridad, “como lo demuestra el trabajo realizado desde hace veinticinco años el hospital «Redemptoris Mater», en Ashotzk, las actividades del Instituto educativo a Ereván, las iniciativas de Cáritas Armenia y las obras gestionadas por las Congregaciones religiosas”.
(MZ-RV)
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