El que ama al prójimo debe hacer
tanto bien a su cuerpo como a su alma, y esto no consiste sólo en acudir al
médico, sino también en cuidar el alimento, la bebida, el vestido, la
habitación, y proteger el cuerpo contra todo lo que pueda resultar molesto
[...]. Son misericordiosos los que ponen cortesía y humanidad al proporcionar
lo necesario para resistir males y dolores [...]. ¿No sabéis que tener
misericordia significa hacerse uno mismo miserable, condoliéndose del otro?
(San Agustín, Sobre las costumbres de la Iglesia Católica, 1, 28, 56).
¿Qué has dado sino lo que de mí
recibiste? Das cosas terrenas, recibes cosas celestiales. De lo mío has dado,
yo me entrego a ti. Si Cristo se te ha dado, ¿cómo no vamos a darnos también
nosotros a Cristo, a quien encontramos en los necesitados? Cristo alimenta y
pasa hambre por ti; da y está necesitado. Cuando da, quieres recibir; ¿y no vas
a querer dar cuando está necesitado? Cristo está necesitado cuando lo está un
pobre. Quien está dispuesto a dar a todos los suyos el bien de la vida eterna
se ha dignado recibir bienes temporales en cualquier pobre. Deseas encontrar al
Cristo que se sienta en el trono celestial. Pues espera encontrarlo durmiendo
bajo un puente, espera encontrarlo hambriento y tembloroso de frío, espera
encontrarlo como extranjero. (San Agustín, sermón 38,8) San Agustín Imágenes,
expresiones y acciones bíblicas de la misericordia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario