sábado, 28 de mayo de 2016

El Papa celebra en Roma el Corpus Christi y pide que nos dejemos ‘partir’ para los demás

La festividad de Corpus Christi ha sido conmemorada este jueves en Roma, delante de basílica San Juan de Letrán, catedral de Roma, con una misa solemne presidida por el papa Francisco y concelebrada por cardenales, obispos y sacerdotes.
La ceremonia contó con la participación del Coro Pontificio de la Capilla Sixitina y del Coro guía ‘Mater Ecclesiae’ que acompañaron la ceremonia.
El Santo Padre, que vestía paramentos crema con bordes verde y dorados, y endosando el palio, tras incensar el altar, y después de las lecturas del día, centró su homilía en dos ideas: ‘haced esto en conmemoración mía’ y ‘el pan partido’.
En su homilía Francisco recordó que es Jesús quien bendice y parte los panes, con el fin de satisfacer a todas esas personas, pero los cinco panes y los dos peces fueron aportados por los discípulos y Jesús quería precisamente esto: que en lugar de despedir a la multitud, ofrecieran lo poco que tenían.
“Jesús se ha dejado ‘partir’, se parte por nosotros”, señaló el Pontífice. “Y pide que nos demos, que nos dejemos partir por los demás. Precisamente este ‘partir el pan’ se ha convertido en el icono, en el signo de identidad de Cristo y de los cristianos”.
Como los santos y santas que se han dejado ‘partir’ para ‘alimentar a los hermanos’, o las madres y papás que se parten para criar a sus hijos bien, los cristianos empeñados en defender la dignidad de todos, especialmente de los más pobres, marginados y discriminados. Porque ellos encuentran la fuerza en la Eucaristía.
Al concluir la santa misa, la hostia fue puesta en el ostensorio y la procesión partió hacia la basílica pontificia de Santa María la Mayor.
Varios miles de personas acompañaron al Santísimo que iba en un vehículo abierto. En el recorrido de poco más de un kilómetro, acompañaban asociaciones, órdenes, hermandades, cofradías y público en general, entonando cantos eucarísticos, letanías y oraciones.
Una vez que llegó el Santísimo Sacramento a la basílica Santa María la Mayor, el Santo Padre dio la bendición solemne con el ostensorio, mientras se cantaba el Tantum ergo, y antes de retirarse se quedó rezando en silencio algunos momentos, delante de la imagen de la Virgen María con el Niño.
Zenit

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