martes, 26 de abril de 2016

Laicos en la vida pública, Iglesia y mundo. Carta del Papa al Presidente de la CAL


Los laicos, son parte del Santo Pueblo fiel de Dios y por lo tanto, los protagonistas de la Iglesia y del mundo, a los que los pastores están llamados a servir y no a servirse de ellos, recuerda el Papa Francisco, que envió una Carta al  Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, sobre la importancia del compromiso de los laicos en la vida pública.
En el documento - firmado el 19 de marzo de 2016, Solemnidad de San José, en el cuarto año de su pontificado -  el Santo Padre recuerda el encuentro que mantuvo (4 de marzo de 2016)  con los participantes en la Asamblea Plenaria de la CAL, sobre el tema: «Indispensable compromiso de los fieles laicos en la vida pública de los países latinoamericanos».
Recogiendo lo compartido espontáneamente y prosiguiendo su reflexión, con el anhelo de que «el espíritu de discernimiento y reflexión ‘no caigan en saco roto’» y «nos ayude y siga estimulando a servir al Santo Pueblo fiel de Dios», el Obispo de Roma hace hincapié en  que el «Santo Pueblo fiel de Dios es al que como pastores estamos continuamente invitados amirar, proteger, acompañar, sostener y servir».
«Nos hace bien recordar que la Iglesia no es una elite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el Santo Pueblo fiel de Dios», escribe el Papa Francisco, evocando en su densa reflexión el magisterio del Concilio Vaticano II y al Beato Pablo VI. Y pone en guardia contra el clericalismo, animando la piedad popular y la pastoral popular y señalando asimismo que, ante los desafíos que la vida contemporánea presenta, los pastores deben estimular la inculturación, alentando a la gente a vivir, anunciar y celebrar su fe «en el aquí y ahora de la historia».
«Dos memorias se nos pide cuidar en nuestro pueblo. La memoria de Jesucristo y la memoria de nuestros antepasados», madres, abuelas, padres…, recuerda luego, una vez más el Sucesor de Pedro, que antes de concluir su carta recuerda también su oración en México, ante la Madre de Dios y la oportunidad de estar a solas y de dejarse mirar por Ella.
(CdM – RV)

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