Un claro ejemplo de ello es la campaña de retirada de
cruces cristianas
China "debe estar alerta" ante posibles
infiltraciones extranjeras a través de la religión, advirtió el presidente Xi Jinping, en un momento de aumento de la persecución
contra grupos religiosos en el país.
En una conferencia de dos
días sobre asuntos religiosos a la que asistió la plana mayor del Gobierno
-entre ellos, el primer ministro Li Keqiang-, Xi destacó que los grupos
religiosos deben seguir el liderazgo de la formación gobernante, publica hoy el
diario oficial Global Times.
Según dijo el presidente en
ese foro, que concluyó este fin de semana, los grupos religiosos deberían
"hacer confluir las doctrinas religiosas y la cultura china,
cumplir la legislación y entregarse al proceso de apertura y reforma del país y
a la modernización socialista".
Además, instó a "combatir la infiltración extranjera a través de la religión"
y a estar alerta ante el extremismo religioso.
El Global Times acompaña el
artículo con un editorial hoy en el que explica que la religión "está muy
politizada en muchos países y de vez en cuando se ve inmersa en confrontaciones
políticas a nivel internacional" y defiende que, para "garantizar la coexistencia armoniosa de diferentes
religiones", China pone por encima de todas ellas "el liderazgo
del Partido y el Estado de Derecho".
Dada la
influencia que tiene la religión sobre los creyentes, la religión se convertirá
en "el punto más flaco" de China, por donde las "fuerzas
extranjeras" podrán penetrar, "si está controlada por la política
internacional", añade.
Las
declaraciones de Xi se producen en un momento de aumento del control y la
censura contra grupos religiosos en el país, criticado duramente por
organizaciones de derechos humanos.
Un claro ejemplo de ello es
la campaña de retirada de cruces cristianas iniciada
por el Gobierno estos últimos años en múltiples partes del país, y
especialmente en la provincia oriental de Zhejiang.
Desde hace más de un año y
hasta el pasado febrero, 1.800 iglesias han visto
desaparecer sus cruces en China, según datos de China Aid,
organización que desde EE.UU. coordina una amplia red de activistas y
cristianos clandestinos chinos.
Esta campaña del Gobierno motivó
numerosas protestas, especialmente en la ciudad de Wenzhou, la conocida como el "Jerusalén de China" por su gran comunidad cristiana.
Zhang
Kai, abogado conocido como el "defensor de las cruces" por protestar
contra esa campaña, fue detenido siete meses y durante su tiempo recluido
protagonizó una confesión en televisión en la que admitía haber colaborado con
"fuerzas extranjeras", si bien ONG en defensa de los derechos humanos
consideraron que Zhang fue "forzado" a realizar estas
declaraciones.
El presidente chino ha reforzado el aparato de seguridad del Gobierno
desde su llegada al poder contra las amenazas extranjeras pero también locales.
Entre sus iniciativas, se encuentra la controvertida ley de seguridad
nacional que se aprobó el año pasado, y que abarca aspectos tan dispares como
las finanzas, la política, el ejército, la ciberseguridad o la religión.
(Rd/Agencias)
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