La alegría de la Resurrección se vio empañada por el"crimen vil e insensato" atentado que ha
acabado con la vida de decenas de cristianos en Lahore (Pakistán), mientras
celebraban la Pascua. A ellos quiso dedicar el Papa Francisco el primer Regina
Coeli de este Lunes de Pascua, incidiendo en que "la violencia, el odio homicida sólo conducen al dolor y a la
destrucción", y clamando una oración por las víctimas, sus
familiares y las minorías cristianas y étnicas en todo el mundo.
"Ayer, en Pakistán, la santa Pascua ha sido
ensangrentada por un execrable atentado, que ha
matado a personas inocentes, la mayoría familias de la minoría
cristianas, especialmente mujeres y niños mujeres, que celebraban en un parque
público la Resurrección", comenzó el Papa, quien quiso manifestar "mi
cercanía a cuantos han sido golpeados por este crimen vil e insensato, e invito
a rezar al Señor por las numerosas víctimas y heridos".
Al tiempo, pidió "a las autoridades civiles y a
todos los componentes sociales de esta nación para que hagan un esfuerzo para dar seguridad y serenidad a la población, y en particular
a las minorías religiosas más vulnerables".
"La violencia y el odio homicida sólo conducen al
dolor y a la destrucción. El respeto y la
fraternidad son la única vía para la paz", subrayó Bergoglio, quien
insistió en que "la Pascua del Señor nos suscita la oración a Dios para
que frene la mano de los violentos. Que dejen de sembrar terror y muerte, que
en el mundo reine el amor, la justicia y la reconciliación".
"Oremos todos por los muertos en
este atentado, por los familiares, por las minorías cristianas y étnicas de
todas las naciones", concluyó.
Antes de este recuerdo, Francisco invitó a los fieles
a repetir, hasta en tres ocasiones, la gloria de la Resurrección. "Cristo, mi esperanza, ha resucitado", gritó
el Papa, quien pidió a los creyentes que, a lo largo de esta semana, leyeran un
fragmento del Evangelio referido a la Resurrección de Jesús.
"Hoy vemos la tumba abierta de Jesús, y meditamos
con estupor y reconocimiento el gran misterio de la Resurrección del
Señor", arrancó el Papa, quien señaló cómo "la
vida ha vencido a la muerte, la misericordia y el amor han vencido al pecado.
Sueño de fe y esperanza para abrirse a este nuevo y maravilloso
horizonte".
Para Bergoglio, "la fe
y la esperanza son un don de Dios, y se lo debemos pedir al Señor. Dame la fe,
dame la esperanza, la necesitamos". También para decir a todo el mundo que
"Jesús ha resucitado de verdad, en medio de nosotros" y para, como
hicieran los discípulos, "seguir al maestro y recibir el espíritu santo, y
caminar sin miedo a anunciar a todos lo que habían visto y experimentado".
"En este año jubilar, estamos llamados a
redescubrir el anuncio de la Resurrección", invitó el Papa. "Si Cristo ha resucitado, podemos mirar con ojos nuevos todo lo que
sucede en la vida, incluso lo negativo. En momentos de dudas, fallos
o pecados, pueden transformarse y anunciar un camino nuevo. Cuando hemos tocado
el fondo de nuestra miseria y debilidad, Cristo resucitado nos da la fuerza
para volver a levantarnos. Su gracia nos salva".
(Jesús Bastante).-
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