domingo, 15 de noviembre de 2015

PROTÉGEME, DIOS MÍO, QUE ME REFUGIO EN TI


Del salmo 16:

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

Yo digo al Señor: «Señor, Tú eres mi bien,
no hay nada superior a ti».
Ellos, en cambio, dicen a los dioses de la tierra:
«Mis príncipes, ustedes son toda mi alegría».

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,
¡Tú decides mi suerte!
Me ha tocado un lugar de delicias,
estoy contento con mi herencia.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

Bendeciré al Señor que me aconseja,
¡hasta de noche instruye mi conciencia!
Tengo siempre presente al Señor:
Él está a mi lado, nunca vacilaré.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

Por eso mi corazón se alegra,
y todo mi ser descansa seguro:
porque no me entregarás la Muerte
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna a tu derecha.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

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