domingo, 22 de noviembre de 2015

El miércoles comienza el viaje a Kenia, Uganda y Centroáfrica. El Papa encontrará una Iglesia africana es ascenso pero azotada por el extremismo

Desafíos del laicismo, competencia de otras confesiones y la violencia
El papa Pablo VI se convirtió en el primer pontífice moderno en visitar África en 1969 y declaró al continente la "nueva patria" de Jesucristo. Durante su papado de un cuarto de siglo, San Juan Pablo II visitó 42 países africanos y se ganó el mote de "El africano". El papa Benedicto XVI dijo que ese continente era el de la esperanza.
La próxima semana, el papa Franciscoseguirá los pasos de sus antecesores y visitará una región cuyos católicos en aumento son vistos como el baluarte de una Iglesia que busca ampliar su atractivo ante los desafíos del laicismo, la competencia de otras denominaciones cristianas y el extremismo violento. Esta última amenaza, encarnada en los ataques del 13 de noviembre en París --que se adjudicó el grupo Estado Islámico-- y del viernes en Mali, será tema crucial en la gira de Francisco del 25 al 30 de noviembre por Kenia, Uganda y la República Centroafricana, y entraña peligro para la seguridad del mismo papa.
Cada uno de los tres países tiene su propia faceta de divisionismos étnicos y sectarios. En Kenia, la primera escala de su peregrinaje, Francisco tiene previsto ofrecer palabras de aliento a los cristianos aún afectados por el ataque que el grupo al-Shabab perpetró en abril y en el que murieron casi 150 personas en una universidad keniana cuyos estudiantes son cristianos en su mayor parte.
Francisco tenderá la mano a "personas que viven con miedo, que han sido aterrorizadas, que han afrontado numerosas revisiones en retenes de seguridad y todas esas cosas", dijo el padre Stephen Okello, un sacerdote católico keniano que también recordó el estallido de la violencia étnica tras las elecciones de 2007 y que dejó más de 1.000 personas muertas.
"Los kenianos realmente necesitan esa reconciliación", manifestó Okello, uno de los organizadores de la visita papal. Ante otros estallidos de violencia en el continente, la visita "podría ser un mensaje positivo para toda África", agregó. En efecto, extremistas islámicos irrumpieron el viernes en el hotel Radisson Blu en Mali y mataron por lo menos a 20 personas. Boko Haram, un grupo extremista islámico, ha escenificado durante años una insurgencia en Nigeria.
Y en una preocupación más inmediata para el Vaticano, la violencia entre musulmanes y cristianos en la República Centroafricana ha suscitado desasosiego en torno a la seguridad en la gira de Francisco. El desafío para el papa, que ha descrito los hechos de violencia en París y otras latitudes como parte de una "tercera guerra mundial" que se está librando de manera gradual, será exhortar a la gente a que "se eleve por encima de sus tendencias humanas" mediante su resistencia a la tentación de endurecer sus actitudes, dijo Jo-Renee Formicola, una experta papal y profesora de ciencias políticas en la Universidad Seton Hall en Estados Unidos.
"¿Cómo puede uno reconciliar la misericordia y la guerra?", dijo Formicola. Además de los conflictos que asuelan al continente, previsiblemente Francisco tocará temas cercanos a su corazón que también son de enorme importancia para África: la pobreza y el medio ambiente, así como la necesidad de un diálogo entre cristianos y musulmanes.
No obstante los desafíos, África es tierra promisoria para la Iglesia católica, la cual ha perdido terreno en Europa y en el continente americano debido al aumento del laicismo y el proselitismo de las iglesias evangélicas y protestantes. La proporción de católicos africanos en la población mundial católica aumentó de 7 a 16% de 1980 a 2012, según un informe difundido este año por el Centro de Investigación Aplicada al Apostolado, un centro de investigación afiliado a la Universidad Georgetown, en Estados Unidos.
Debido al crecimiento de la población y el aumento de la longevidad, los católicos en el continente duplicarán su número a 460,4 millones en 2040, agregó. Okello, uno de los organizadores de la visita papal a Kenia y que hizo lo mismo durante la que efectuó San Juan Pablo II en 1995, expresó confianza en que Francisco fomente la armonía a pesar de los temas a menudo polémicos que suceden en África. "Sabemos que su estilo no es el de condenar; él es una persona con mucha compasión", declaró Okello. "Quiere que uno comprenda cómo no hacer cosas al no hacerlas él".
Fuente: Religión Digital
(RD/Agencias)

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