Con el Evangelio y el Magisterio
social de la Iglesia, los empresarios católicos sean artífices del
desarrollo al servicio del bien común, en la familia, en el trabajo, en la
sociedad y en el cuidado de la creación, con especial atención a los más
necesitados, exhortó el Papa Francisco al recibir a numerosos miembros de la
Unión Cristiana de Empresarios y Dirigentes, asociación eclesial, reconocida
por los Obispos italianos.
El Santo Padre recordó la importancia de
que se tutele «la armonización entre trabajo y familia» y el
derecho de las trabajadoras, en su vocación a la maternidad y a la presencia en
los hogares. Y puso de relieve asimismo que «las instituciones, los
empresarios, los economistas, los organismos financieros y bancarios» y todos
los sujetos implicados en el mundo laboral tienen la responsabilidad de actuar
con «ética», «honradez» y «competencia».
Con su llamada a poner en el centro a la
persona humana, alentó a los empresarios a mantener el Evangelio vivo en sus
corazones, en sus mentes y en sus acciones. Y con su invitación a ser
misioneros en la dimensión social del Evangelio, el Papa Francisco recordó el
Jubileo de la Misericordia:
«Esta llamada a ser misioneros
en la dimensión social del Evangelio, en el mundo difícil y complejo del
trabajo, de la economía y de la empresa, conlleva también una apertura
evangélica a las diversas situaciones de pobreza y de fragilidad. Se
trata, también aquí, de una actitud, de un estilo con el cual llevar adelante
los programas de promoción y asistencia, incrementando las numerosas y
beneméritas obras concretas del compartir y de la solidaridad que sostienen en
varias partes de Italia. Éste será también un modo que les es propio para poner
en práctica la gracia del Jubileo de la Misericordia».
(CdM - RV)
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