sábado, 31 de octubre de 2015

El Señor no rechaza a su pueblo.


Sal 93, 12-13a. 14-15. 17-18 

El Señor no rechaza a su pueblo.
Dichoso el hombre a quien tú educas, 
al que enseñas tu ley, 
dándole descanso tras los años duros.
El Señor no rechaza a su pueblo.
Porque el Señor no rechaza a su pueblo, 
ni abandona su heredad: 
el justo obtendrá su derecho, 
y un porvenir los rectos de corazón.
El Señor no rechaza a su pueblo.
Si el Señor no me hubiera auxiliado, 
ya estaría yo habitando en el silencio. 
Cuando me parece que voy a tropezar, 
tu misericordia, Señor, me sostiene.
El Señor no rechaza a su pueblo.

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