El Papa pisó suelo cubano y lo hizo como “Misionero de la
misericordia”. Durante su discurso en la ceremonia de bienvenida en el
aeropuerto de La Habana, saludó a las diferentes autoridades y quiso dedicar
sus primeras palabras a las personas que por diversos motivos no podrá
encontrar en este viaje y a todos “los cubanos dispersos por el mundo”.
Recordó que en 2015 se celebra el 80 aniversario del
establecimiento de las relaciones diplomáticas entre República de Cuba y la
Santa Sede y en este sentido recordó que sigue las huellas de sus predecesores
san Juan Pablo II y Benedicto XVI. También coincide con el I Centenario de la
declaración de la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba, por
Benedicto XV, cuyo santuario visitará como “hijo y peregrino” para pedirle por
todos los hijos cubanos y por esta Nación, “para que transite por los caminos
de justicia, paz, libertad y reconciliación.
Finalmente habló de la esperanza que todos tenemos ante el
proceso de normalización de las relaciones entre Cuba y EE.UU. "Animo a
los responsables políticos a continuar avanzando por este camino y a
desarrollar todas sus potencialidades, como prueba del alto servicio que están
llamados a prestar a en favor de la paz y el bienestar de sus pueblos, y de
toda América, y como ejemplo de reconciliación para el mundo entero. El mundo
necesita reconciliación en esta atmósfera de tercera guerra mundial por etapas
que estamos viviendo".
(MZ - RV)
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