Según la leyenda, nació en Pompaelo (la
actual Pamplona), hijo de un senador
pagano de nombre Firmo, un alto funcionario de la administración romana que
gobernó Pamplona en el siglo III. La predicación de Honesto, quien había marchado
a la península tras ser milagrosamente liberado de su prisión en Carcasona, conmovió a sus padres, quienes sin embargo no se
convirtieron hasta oír a san Saturnino
de Tolosa. El santo habría bautizado a Fermín y a sus padres en el lugar que hoy se
llama popularmente pocico de San Cernín.
Bajo la tutela de Honesto el joven
Fermín aprendió la religión y el arte de la prédica. A los 18 años fue enviado
a Tolosa, donde sería
ordenado. Tras predicar en Navarra, marchó a Francia, donde se asentó en
Amiens. Habiendo organizado la construcción de la iglesia local, fue nombrado
obispo a los 24 años. La oposición oficial a la doctrina cristiana le granjeó
la cárcel, donde, tras negarse a cesar su prédica, fue decapitado.
En 1186 el obispo Pedro de París llevó de Amiens a Pamplona una reliquia de la cabeza de Fermín.
Actualmente su santoral se celebra el 7
de julio. En Pamplona se conmemora con unas fiestas de fama internacional, los Sanfermines, en las que destacan
los encierros.
Es además patrono de las cofradías de
boteros, vinateros y panaderos.
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