La
victoria del amor de Dios por el hombre se manifiesta precisamente en el
aparente “fracaso” de la Cruz de su Hijo. Demasiadas veces hemos dicho a Jesús
“vete” al no reconocerle en un fracaso. El Papa ha comentado la parábola de los
labradores asesinos del Evangelio del día, durante su homilía celebrada en
Santa Marta.
La piedra descartada que se convierte en
piedra angular. Un patíbulo escandaloso que parece el final de una historia
llena de esperanza y sin embargo es el inicio de la salvación del mundo. Dios
construye en la debilidad, pero si uno lee las páginas de la “historia de amor
entre Dios y su pueblo parece ser una historia de fracasos”, ha observado el
Papa.
Como sucede --ha precisado-- en la parábola de
los labradores asesinos, que aparece como el “fracaso del sueño de Dios”. Tal y
como ha explicado el Santo Padre, hay un hombre que construye una viña y están
los labradores que matan a todos los que envía el señor. Pero es precisamente
de esos muertos que todo toma vida. “Los profetas, los hombres de Dios que han
hablado al pueblo, que no fueron escuchados, que fueron descartados, serán su
gloria. El Hijo, el último enviado, que fue precisamente descartado por eso,
juzgado, no escuchado y asesinado, se convirtió en piedra angular”, ha indicado
Francisco. Asimismo ha subrayado que esta historia que comienza con un sueño de
amor, y que parece ser una historia de amor, después parece terminar en una
historia de fracasos, pero que termina con el gran don de Dios, que del
descarte saca la salvación; de su Hijo descartado nos salva a todos
Por
eso, el Papa ha observado que es aquí donde la lógica del fracaso “se cae”. Y
Jesús lo recuerda a los jefes del pueblo, citando la Escritura: “La piedra que
descartaron los constructores es ahora piedra angular. Esto lo ha hecho el
Señor y es una maravilla a nuestros ojos"
Así,
Francisco ha observado que es bonito leer en la Biblia, también en los lamentos
de Dios, el Padre que llora cuando su pueblo no sabe obedecer a Dios, porque se
quieren convertir en dios.
“El
camino de nuestra redención es un camino de muchos fracasos. También el último,
el de la cruz, es un escándalo. Pero precisamente ahí vence el amor. Y esa
historia que comienza con un sueño de amor y continúa con una historia de
fracasos, termina en la victoria del amor: la cruz de Jesús. No debemos olvidar
este camino, es un camino difícil”, ha explicado el Pontífice.
De este modo, Francisco ha asegurado que “si
cada uno de nosotros hace un examen de conciencia, verá cuántas veces, cuántas
veces ha expulsado a los profetas. Cuántas veces ha dicho a Jesús ‘vete’,
cuántas veces ha querido salvarse a sí mismo, cuántas veces hemos pensado que
nosotros éramos los justos”.
Finalmente, el Obispo de Roma en su homilía de
este lunes, ha pedido no olvidar nunca que “el amor de Dios con su pueblo” se
manifiesta en la muerte del Hijo en la cruz.
Nos hará bien --ha concluido-- hacer memoria
de esta historia de amor que parece fracasada, pero al final vence. Es hacer
memoria de la historia de nuestra vida, de esa semilla de amor que Dios ha
sembrado en nosotros y cómo ha ido, y hacer lo mismo que ha hecho Jesús en
nuestro nombre: se humilló.
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